Especialistas de América Central, Brasil y España compartieron experiencias para aumentar la incidencia de los grupos de acción territorial en la calidad de vida de las zonas rurales, como parte de los esfuerzos de la ECADERT.
San José, Costa Rica, 10 de noviembre, 2011 (IICA). Hace 10 años, dos terremotos golpearon El Salvador, en enero y febrero del 2001, y provocaron más de mil víctimas mortales así como grandes daños a la infraestructura agrícola y las viviendas. Pero en el departamento de Usulután hubo una consecuencia positiva: surgieron grupos decididos a trabajar juntos en la reconstrucción y que hoy procuran elevar la calidad de vida de una parte de la población.
Luis Calles, coordinador de proyectos de FUNDAMUNI (Fundación de Apoyo a los Municipios de El Salvador), afirma que este emprendimiento también generó otro beneficio: potenció la participación ciudadana en la toma de decisiones colectivas, algo impensable antes de la firma de los Acuerdos de Paz de 1992.
“Un objetivo de los procesos participativos es propiciar el liderazgo entre la gente”, apuntó Calles, quien acudió al taller metodológico internacional sobre experiencias en desarrollo rural territorial, efectuado en la sede central del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Reunidos en San José, especialistas en este tema provenientes de América Central, Brasil y España compartieron los logros y discutieron sobre los obstáculos que los grupos de acción territorial (GAT) enfrentan para incidir en el bienestar de las áreas rurales, en donde las actividades agropecuarias suelen ser al mismo tiempo fuente de alimentos y elemento base de iniciativas empresariales, como la agroindustria y el agroturismo.
Soná, en Panamá, cumple con estas características, de acuerdo con Susana Morales, representante del Centro de Gestión Local (CEGEL). En este distrito de la provincia de Veraguas, el involucramiento de las autoridades políticas también ha sido clave para alcanzar logros, como contar con extensión universitaria en el mismo distrito, para que los jóvenes puedan estudiar sin desplazarse a la cabecera provincial.
Sin embargo, la proximidad con órganos de gobierno en ocasiones hace que los líderes ciudadanos se involucren en partidos políticos, consideró José Luis Cárdenas, coordinador en Centroamérica de la Fundación ETEA para el Desarrollo y la Cooperación, de España. “Los gestores del desarrollo rural territorial deben dejar el electoralismo de lado, pero no necesariamente la política”, indicó.
Sistematización, el primer paso
La forma en que operan los procesos participativos y su incidencia en la toma de decisiones es única para cada territorio rural, por lo que las metodologías para propiciarlos varían aun dentro de los mismos países.
Mario Samper, especialista en desarrollo rural del IICA, dijo que esto hace necesaria la sistematización de procesos, entendida como el registro y la interpretación de experiencias, acciones y resultados obtenidos por los GAT, para extraer aprendizajes positivos y negativos de las experiencias de gestión territorial, con participación de los actores sociales e institucionales de los territorios.
Las experiencias sistematizadas son importantes para otros grupos o procesos de incidencia. “Se convierten en una herramienta para la formación de capacidades”, señaló Samper.
Por ejemplo, en Chalatenango, El Salvador, la sistematización de las acciones de la iglesia Jesucristo Campesino en los años 90 sirvió para montar la estrategia de desarrollo rural territorial, en especial para los rasgos de identidad, explicó José Antonio Herrera, gerente de Medios de Vida de la agencia Catholic Relief Services.
Entre los retos que todavía deben superar los países que participan en la Estrategia Centroamericana de Desarrollo Rural Territorial (ECADERT) se encuentran lograr un involucramiento más fuerte y sostenido de todas las instituciones estatales pertinentes, aumentar el liderazgo y empoderamiento de las mujeres y movilizar recursos para incentivar la participación ciudadana, de acuerdo con los participantes en el taller metodológico.
El encuentro fue organizado por el IICA y la Plataforma Regional de Apoyo Técnico al Desarrollo Rural Territorial, con apoyo del Fondo España-SICA y la colaboración de la Fundación ETEA, la Secretaría de Desarrollo Territorial de Brasil y la Secretaría Ejecutiva del Consejo Agropecuario Centroamericano (SECAC).
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mario.samper@iica.int