En la región se requieren medidas que impulsen el aprovechamiento de los residuos para generar energía y que desincentiven su quema y disposición a cielo abierto, de acuerdo con un taller efectuado por IICA, PNUMA y el Ministerio de Agricultura y Ganadería costarricense.
San José, Costa Rica, 18 de diciembre, 2012 (IICA). Cuantificar, clasificar, determinar su uso más adecuado y desarrollar tecnologías que permitan procesarlos en forma competitiva y sustentable, son las prioridades centroamericanas para aprovechar los residuos orgánicos agrícolas (ROA) y aprovecharlos como materia prima para generar bioenergía y otros materiales de valor agregado.
En un taller organizado en San José por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Centro Internacional de Tecnología Ambiental (IETC, por sus siglas en inglés)del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Costa Rica (MAG), funcionarios de los sectores agrícola y energético de Centroamérica determinaron que la región debería contar con incentivos para el procesamiento de los ROA y con medidas que frenen su quema y disposición a cielo abierto, entre otras acciones que impulsen la correcta gestión de los residuos orgánicos y al mismo tiempo permitan obtener beneficios ambientales, económicos y sociales.
“La creación y fortalecimiento de alianzas entre entidades públicas, privadas y académicas en las cadenas de valor será fundamental para aprovechar la biomasa agrícola, reducir la contaminación ambiental y dotar a los países de opciones energéticas más limpias”, dijo Orlando Vega, especialista en agroenergía y biocombustibles del IICA.
Estos esfuerzos son congruentes, agregó, con mandatos provenientes de la Estrategia Regional Agroambiental y de Salud (ERAS), la Estrategia Centroamericana de Desarrollo Rural Territorial (ECADERT), el Plan Regional de Desarrollo de la Fruticultura (POR-FRUTAS) y la Política Agropecuaria Centroamericana (PACA), las cuales promueven el aprovechamiento de las energías renovables, la reducción de las emisiones de gases, las buenas prácticas agrícolas y el reciclaje y aprovechamiento de los residuos provenientes de la agricultura.
De acuerdo con los participantes del taller, quienes también visitaron el campo costarricense para conocer alternativas de procesamiento de los residuos, en Centroamérica la mayor parte de los ROA son originados por el cultivo del café, la piña, la caña de azúcar, el banano, la naranja, la palma africana y el maíz.
En algunos casos, los residuos de estos productos ya se aprovechan para generar biocombustibles, energía eléctrica y materiales de valor agregado como papel y briquetas (bloques de uso constructivo, formados por residuos muy compactados).
Jordi Pon, punto focal del PNUMA/IETC en América Latina y el Caribe, expresó que al cuantificar y clasificar los residuos agrícolas se puede construir una línea de base a partir de la cual se mida la eficiencia de las acciones emprendidas para aprovecharlos. “El siguiente paso, después de conocer cuáles residuos son más aprovechables, es diseñar el sistema más adecuado de recolección, transporte, tratamiento y conversión de los ROA en energía y materiales útiles”, consideró.
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