Entrevista a Eduardo Trigo, experto en Bioeconomía, consultor del BID y director del Grupo CEO (Consultores en Economía y Organización). Actual miembro del Consejo Asesor del IICA.
Ante la actual pandemia global provocada por el Covid-19, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) conformó un Consejo Asesor para la Seguridad Alimentaria para las Américas, integrado por personalidades de ocho países del hemisferio con una trayectoria de grandes contribuciones al sector agroalimentario, tanto desde el ámbito político como el académico.
El Consejo actuará monitoreando el impacto del nuevo coronavirus en la seguridad alimentaria de la región con el objetivo de transmitir análisis y recomendaciones que puedan ser útiles a la toma decisiones en diversas instancias de los sectores público y privado.
Además, ayudarán al trabajo de la cooperación técnica del IICA en el marco de su reorientación para atender las nuevas y más urgentes demandas de los países, vinculadas a los efectos de la pandemia, contribuyendo a la elaboración de una nueva hoja de ruta institucional.
Eduardo Trigo es experto en Bioeconomía, consultor de IICA y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y director de Grupo CEO (Consultores en Economía y Organización). Fue director del proyecto “Prospectiva Biotecnología Argentina 2030” del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (2014-2016) de ese país, asesor de la Dirección de Relaciones Internacionales del MINCYT de Argentina (2000-2014), director ejecutivo en Fundación ArgenINTA (1994-1998) y director de Investigación y Transferencia de Tecnología del IICA (1986-1994).
COVID19
- ¿Podría compartirnos su diagnóstico/reflexión sobre la situación que vive América Latina y el Caribe frente a esta compleja crisis sanitaria? ¿Cuáles son los principales retos?
Creo que ALC se enfrenta a la peor crisis de la que haya memoria. Por varios motivos. Por una parte, porque es todavía un proceso en curso, con final abierto y con grandes incertidumbres, aún respecto de como será su evolución y cuanto durará, donde día a día va cambiando la perspectiva respecto de su futura evolución; una situación sustantivamente diferente de lo ocurrido en algunas otras situaciones recientes, como la crisis financiera del 2008/2009, existían muchas mayores coincidencias acerca de como sería el proceso de la crisis, y un hecho no menor, existían en el mundo áreas económicas no afectadas, que luego actuarían como dinamizadores de la economía global. Por otra parte, esto llega a la región al final de un ciclo de expansión, basado en el precio de los comodities, donde hace tiempo que ya comenzó a quedar en evidencia de que el modelo de desarrollo de industrialización sustitutiva de importaciones, instalado de los años 50 en adelante, no ha funcionado como se esperaba y la búsqueda de alternativas es imperativa. Además la crisis es global, afecta a todos, a oferta y a demanda, a países ricos y pobres, y por lo tanto es inevitable tener que esperar una época de grandes inestabilidades y donde la capacidad de anticipación y gestión será central para minimizar los efectos negativos, sobre las realidades como las conocemos.
- En este escenario, ¿cuál es el rol de la cooperación internacional y cómo cree que debería proyectarse al mediano plazo?
La cooperación internacional tendrá un papel central. Aún cuando cada realidad será, inevitablemente, diferente, los problemas tienen raíces comunes y hay mucho que ganar por tener acceso a la experiencia de cómo los otros están enfrentando los problemas. Por otra parte, la mayor distancia de la gestión diaria de los problemas, permite a la CI, hacer planteos más anticipatorios y abarcativos, alimentando así de opciones a quienes deben, por necesidad tomar la decisiones de acción. Esto por supuesto, mas allá del aporte que puede significar el apoyo a procesos y proyectos específicos. La globalidad de la crisis, hace que pensar juntos respuestas coordinadas a problemas comunes, o altamente conectados, tenga sentido, y la cooperación internacional es el ámbito idea para que esto pueda suceder.
CONSEJO ASESOR
- El Consejo Asesor recomendó brindar alta atención a la pequeña producción agropecuaria, ¿Cuál es el impacto que éstos tienen para garantizar la seguridad alimentaria de la región?
La pequeña producción es un componente importante en la agricultura de la región, y buena parte de ellos están entre los sectores de mayor vulnerabilidad. Pero la realidad es que ALC, se ha transformado en un continente altamente urbanizado, y la gran mayoría de las poblaciones vulnerables, son los pobres urbanos; esto independientemente, de que buena parte de las situaciones de pobreza mas extrema, se encuentran en las áreas rurales. Esta realidad dual, no parece estar, aún, totalmente asumida como tal. El desafío es comenzar a transparentarla y, mas importante, reflejarla en toda su magnitud en las políticas referidas al aseguramiento de la seguridad alimentaria. La geografía de la producción y el consumo ha sufrido grandes transformaciones en las ultimas décadas, pero todavía no han sido totalmente internalizadas en las estrategias de políticas.
- Uno de los objetivos de este consejo es reorientar la cooperación técnica del IICA para elaborar una nueva hoja de ruta institucional en este nuevo contexto ¿Cómo proyecta el rol del IICA como facilitador estratégico y asesor para los ministros de agricultura de sus estados miembros?
Yo interpreto que mas que “reorientar”, el papel de CA es apoyar al DG, aportando puntos de vista útiles para la gestión de la crisis. Yo no veo grandes cambios en el papel del IICA, mas allá del mayor perfil que tendrá el servir de plataforma para el intercambio de información y experiencias. Además, el papel ira modificándose, en la medida de que las etapas de la pandemia evolucionen y aparezcan nuevos desafíos, pero siempre en el marco de facilitador y asesor de las instituciones nacionales.
BIOECONOMÍA
- ¿Cuál es el potencial de la Bioeconomía y cuál es su importancia para la agricultura?
La bioeconomía representa un nuevo paradigma para el aprovechamiento productivos de los recursos naturales, que hace pleno uso de los avances de la ciencia y la tecnología y de las oportunidades de innovación e inversión asociadas a las mismas. En este contexto, pone en un nuevo escenario a la agricultura y su relación con la sociedad, planteando un conjunto de nuevas relaciones económicas con alto impacto en la agregación de valor a la producción primaria, la creación de empleo y las posibilidades de crecimiento económico; así como avances concretos y significativos en lograr nuevos equilibrios entre los objetivos de productividad y sostenibilidad, temas hoy centrales frente a los incrementos en las demandas de alimentos y energías que se deben enfrentar en las próximas décadas.
- ¿Cuáles son las oportunidades que nos brinda y cómo podemos transformarla en una herramienta de desarrollo integral para América Latina y el Caribe (ALC)?
Visto el potencial mencionado y el hecho ALC es una de las regiones mejor posicionadas en cuanto a disponibilidad de recursos para la bioeconomía, incluyendo el hecho de es la región del mundo en desarrollo con mayor disponibilidad de tierras con potencial agrícola aún no aprovechadas, y que un número importante de los países megadiversos del planeta, se encuentran en la región, la bioeconomía es una evolución inevitable para la mayoría de los países. En muchos casos, ofrece opciones válidas para lograr una mejor inserción de sus economías en la economía global, y en la mayoría representa un aporte significativo para la revitalización de sus economías rurales. Avanzar en esta dirección requiere, sin embargo, de una revisión del enfoque de las políticas publicas, ya que por sus características los enfoques requeridos no son una simple evolución de las políticas tradicionales para el desarrollo agrícola y rural. La bioeconomía es una forma distinta de organizar el uso de los recursos naturales y eso se debe reflejar en los marcos institucionales y las políticas publicas al respecto.