Jorge Werthein es consultor internacional con experiencia en la industria de la gestión de la educación y las políticas públicas. Especializado en organizaciones sin fines de lucro, negociación con instituciones financieras, tecnología educativa y relaciones con los medios de comunicación. Ha trabajado para la UNESCO y para el IICA, donde fue Director de Relaciones Externas e Institucionales. Hoy, se desempeña como Asesor Directo del Director General del IICA, Manuel Otero, desde donde ha impulsado importantes actividades como la exposición fotográfica itinerante “El alma de la Mujer Rural”, en alianza con Vogue Brasil; la conformación del Comité Asesor en Comunicaciones, integrado por 10 líderes de opinión a nivel global; y el homenaje de la música popular para agradecer a agricultores y trabajadores de la cadena alimentaria en tiempos de pandemia, entre muchas otras.
Jorge, recientemente el IICA ha conformado el Comité Asesor en Comunicaciones para la Agricultura y la Seguridad Alimentaria, podría comentarnos ¿cuáles son sus principales objetivos y acciones que ha llevado a cabo hasta el momento?
Este comité se creó con el objetivo central de contar con un grupo de expertos/as comunicadores – con una larga trayectoria cubriendo el sector agropecuario –, que nos ayudara a difundir la relevancia económica, política y social que la agricultura, y sus principales actores, tienen para las comunidades y desarrollo de cada país.
Estos comunicadores han puesto su experiencia en los principales medios de la región, al servicio de asesorarnos en enfocar mejor los mensajes que intentamos difundir y que quieren contar lo que el IICA está haciendo, especialmente dentro de la población urbana, que generalmente no sabe de la importancia del sector agropecuario.
Este es un desafío que no sólo enfrenta el IICA, sino también todos los Ministerios de Agricultura de nuestros países miembros; la agricultura siempre ha sido relegada y continúa siendo tratada como un ciudadano de segunda clase; tiene poco espacio en los medios de comunicación, hay muy pocos diarios con suplementos agropecuarios, o finalmente quienes las lean son los que tienen un interés particular en el área, no hay espacio para que la gente urbana entienda la relevancia de lo que ocurre en el campo.
Por esto, otro de los objetivos de este comité, es ayudar también a dichos ministerios a redirigir sus discursos para que la gente de cada país conozca la importancia de este sector.
A lo largo de su gestión, ha promovido diversas iniciativas que buscan integrar agricultura y cultura, procurando impulsar esta relación como estrategia para llegar a más audiencias y lograr mayor impacto sobre las acciones más técnicas del IICA.
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- ¿En qué aspectos cree que la cultura puede relacionarse con la agricultura para generar esta conexión virtuosa que sirva a la estrategia global del IICA?
En la gestión del actual del Director General del IICA, Manuel Otero, hemos intentado mostrar que la agricultura no se puede restringir ni entender su impacto sólo desde los aspectos productivos, sino que hay otras áreas que también forman parte de este sector y que no siempre son visibilizados. Vinculando agricultura y cultura, pretendemos aumentar la audiencia que habitualmente ve, escucha o le interesan temas como la ruralidad o la agricultura.
Con este objetivo hemos producido actividades, en alianza con otras instituciones, como la exposición “El alma de la ruralidad”, en conjunto con Vogue Brasil, que buscaba mostrar y valorar un aspecto más folklórico o poco conocido de la cultura indígena de Latinoamérica y el Caribe; en este caso nos concentramos en la riqueza de la vestimenta que es producida por pueblos originarios en zonas rurales. A partir de allí, creamos la exposición itinerante que nos permitió ampliar el universo de actoras que eran parte de esta riqueza de artesanías y vestimenta. Luego, nos asociamos con Corteva y otras instituciones, y gracias a ello, la muestra ha itinerado por Madrid, Whashington, Otawa, Costa Rica y Buenos Aires, entre otras ciudades del mundo, promoviendo el valor por el mundo rural.
Yo creo que la cultura tiene un papel central en la agricultura, y es parte del rol del IICA hacer un esfuerzo por acercar estos mundos. Así también es que hemos impulsado el homenaje de la música popular a las y los trabajadores de la cadena alimenticia, gracias a quienes podemos tener alimento en nuestras mesas. Este es un reconocimiento que nos permite asociar cultura urbana y agricultura.
Son movimientos que parecen difíciles al principio, pero realmente hemos atraído artistas de gran calidad; hoy puedo decirles que hemos llegado a 97 cantantes del Caribe y de toda América Latina y España que le están cantando a la ruralidad y a los responsables de esos alimentos. Esto muestra que sí se puede, y que sí es posible vincular la cultura y la agricultura.
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- ¿Cuál es el rol que cumplen las instituciones partners en estas iniciativas? ¿Ha sido complejo lograr su apoyo y convencerles de la importancia de visibilizar el rol del agro?
Sin duda en estas iniciativas que nombré, las alianzas han sido importantísimas. Es indispensable que nos asociemos con el sector privado y con representantes de la sociedad civil. Si nos unimos en la lucha por lograr darle visibilidad al sector agropecuario – como ya lo hemos hecho con Vogue, Corteva, Bayer, Microsoft, etc. – tenemos más fuerza y posibilidades de difundir este mensaje y valorizar a la población que vive en zonas rurales.
Los jóvenes y mujeres rurales son grupos vulnerables que el IICA intenta visibilizar y poner en valor dado su relevante rol para lograr una agricultura sostenible y un desarrollo rural integral, ¿cómo cree que podríamos llegar a más jóvenes y mujeres a través de los nuevos formatos de difusión y comunicación?
Las mujeres y los jóvenes rurales son un grupo prioritario para nosotros. En el caso de las mujeres, generando reflexión, a través de seminarios o publicaciones – como el libro “Luchadoras” -, intentamos mostrar la importancia de su rol y de la necesaria actualización de la mujer rural, la necesidad de empoderarla y darle el nivel y reconocimiento que merece.
Y en el caso de los jóvenes, lo que más nos preocupa es su migración del mundo rural. Hoy, se hace fundamental poder atraerlos o impedir que se vayan, sin embargo, si el Estado no les ofrece oportunidades de educación, culturales, tecnológicas, etc., es muy complejo. Por ello, desde el IICA promovemos pensar en esa juventud y darles una oportunidad de presente y de futuro; por ejemplo, propiciar que aprendan de robótica, que puedan manejar drones, que conozcan sobre el uso de la tecnología celular en los aspectos productivos, sanitarios, etc.
El foco es escucharlos, entender cuáles son sus necesidades y cómo podemos motivarles a que estén contentos, se queden en el mundo rural y contribuyan así a la formación y mejora de sus comunidades y de su país.
En su opinión, ¿cómo esperaría que la OPE, desde España, apoyara los esfuerzos comunicacionales que surgen desde la sede central?
La representación en España es una ventana a Europa, a poder mostrar lo que el IICA está haciendo y la importancia que tiene para el sector agropecuario en Latinoamérica y el Caribe como organismo especializado.
Esta oficina nos permite proyectar alianzas con distintos socios de Europa, para que valoren apoyar a una región que tiene un potencial tremendo y que puede mejorar a través de financiamiento, asistencia técnica, o de la socialización de experiencias exitosas que se llevaron o se están llevando a cabo en España y Europa.
Nuestra oficina en España tiene que estar buscando esos espacios de cooperación y continuamente buscando alianzas que permitan estrechar los lazos entre nuestra región y el resto de Europa, entendiendo que si estamos próximos podemos sumar esfuerzos en la lucha por una región y una población rural mejor.
