Lo afirmó la climatóloga, científica e investigadora estadounidense Cynthia Rosenzweig en una reunión con Ministros y Secretarios de Agricultura de las Américas para debatir iniciativas de acción climática para la transformación del sector.
San José, 1 de junio de 2022 (IICA) – La voz de la agricultura deber resonar con fuerza y ser protagonista en la Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, programada para noviembre en Egipto, por su rol clave y potencial único para liderar las acciones frente a los desafíos globales que impone este tema.
Así lo puso de manifiesto la climatóloga estadounidense Cynthia Rosenzweig, ganadora este año del Premio Mundial de la Alimentación, en la “Reunión de las Américas sobre Cambio Climático y Agricultura: En Camino hacia la Cumbre de las Américas de 2022 y Más Allá”, convocada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
El encuentro reunió a una veintena de Ministros y Secretarios de Agricultura de los países de las Américas con el propósito de tratar formas de abordaje conjuntas e identificar mecanismos apropiados de acción y oportunidades para canalizar recursos técnicos y financieros para transformar el sector agrícola ante el cambio climático.
“En la COP27 debe haber un enfoque mayor en la agricultura”, sentenció Rosenzweig, investigadora sénior y jefa del grupo para impacto climático del Instituto Global de Estudios Espaciales de la NASA.
“El mundo entero está hablando sobre la urgencia de tener una acción ante el cambio climático y no tenemos todo el tiempo para hacer las cosas, debemos embarcarnos en la década de la acción para el clima ya”, enfatizó la principal científica adjunta en la Facultad de Climatología de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Esta agrónoma y agricultora con más de 40 años de carrera profesional, remarcó ante los líderes del sector agropecuario del Hemisferio que, para lograr avances significativos en materia climática, es imperativa la voluntad política, más aún en el escenario global actual marcado por la pandemia y el conflicto bélico en el Este de Europa.
“Aunado al conflicto que está impactando la agricultura y la seguridad alimentaria en todo el mundo, también necesitamos una voluntad política mayor para ayudar al sector agrícola. Tenemos que trabajar juntos para poder transformar el sector, para poder responder a los retos del cambio climático, los medios de vida de los agricultores y la seguridad alimentaria”, complementó la fundadora en 2010 del Proyecto de Intercomparación y Mejoramiento de Modelos Agrícolas (AgMIP, en inglés), una red mundial de investigadores que con el uso de modelos climáticos y de sistemas alimentarios ayuda a mejorar el pronóstico del futuro de los sistemas agrícolas y alimentarios.
Ante los ministros, Rosenzweig reconoció que el sector agrícola de la región, al que catalogó de innovador, ha venido sumando avances cruciales en respuesta a los retos climáticos, entre ellas estrategias de adaptación del agro.
Citó las vinculadas a la conservación y la gestión del suelo y agua, la diversificación de cultivos, la de agricultura climáticamente inteligente, los sistemas de alerta temprana, el cambio creciente de las plantaciones para evitar el calentamiento del hábitat y las plagas y la gestión mejorada de los pastos y el ganado.
“Las estrategias de adaptación están aumentando y eso es lo que se necesita, pero también necesitamos hacer más”, indicó la Premio Mundial de la Alimentación 2022, dejando claro que el sector agropecuario requiere apuntalar aún más sus esfuerzos.
“Claramente necesitamos entendimiento técnico y allí es donde el IICA es un líder definitivamente, necesitamos que mejoren la gobernanza y haya nuevas estrategias para hacer frente al cambio climático; existen barreras y en este momento no podemos superarlas, faltan programas educativos para los agricultores, conocimiento adecuado para la adaptación y limitaciones financieras que son una parte fundamental”, describió Rosenzweig, respaldando sus argumentos con el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), organización intergubernamental de las Naciones Unidas.
En la reunión la científica norteamericana repasó además los impactos actuales y los previstos en materia de alimentación y agricultura a raíz del cambio climático, así como la vulnerabilidad de las Américas y los sistemas agroalimentarios si se acrecienta la inacción climática y el calentamiento global.
“Vamos a tener cambios climáticos mucho más extremos y la seguridad alimentaria se verá cada vez más afectada. Hay significantes impactos actuales y proyectados en muchas de las regiones: las precipitaciones y las temperaturas extremas se intensificarán, habrá disminución en la provisión de agua o en el suministro de agua que va a tener una repercusión en la producción agrícola, en la pesca tradicional que impactará la seguridad alimentaria y en los medios de vida rurales, de los agricultores, especialmente para agricultores pequeños y medianos, los pescadores y los pueblos indígenas”, concluyó la experta.
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