Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura

Cambio climático

Crisis climática hace imprescindible financiar más ciencia e innovación en agricultura para garantizar seguridad alimentaria global, advierten gobierno de Canadá, FIDA e IICA

Cambio climático

Crisis climática hace imprescindible financiar más ciencia e innovación en agricultura para garantizar seguridad alimentaria global, advierten gobierno de Canadá, FIDA e IICA

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En el encuentro se promovió la agricultura familiar y la producción resiliente en las Américas y se destacó que para acercarse al objetivo de eliminar el hambre, el foco debe estar puesto en los agricultores familiares, que son los más vulnerables al cambio climático.

 

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Ottawa, 31 de mayo de 2023 (IICA) – La inseguridad alimentaria, que se ha exacerbado por las crisis superpuestas que enfrenta la humanidad, hace más importante que nunca aumentar la financiación a la ciencia e innovación en agricultura, con la mira en fortalecer la resiliencia de la agricultura.

Ese fue el consenso alcanzado en el taller “Confrontando la inseguridad alimentaria en las Américas”, en el que participaron el Gobierno de Canadá, organizaciones de productores agrícolas canadienses y autoridades de organismos internacionales.

El encuentro sirvió para promover la agricultura familiar y la producción resiliente al clima en las Américas, en un escenario complejo y en el que el mundo ha retrocedido en su objetivo de erradicar el hambre.

Durante la jornada de trabajo se advirtió que, para acercarse al objetivo de eliminar el hambre, el foco debe estar puesto en los agricultores familiares, que son los más vulnerables tanto al cambio climático como a las turbulencias económicas.

En el taller participaron Marie-Claude Bibeau, Ministra de Agricultura y Agroindustria de Canadá; Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Subdirector General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Lloyd Day.

El debate se desarrolló en el Museo de Agricultura y Alimentación de Canadá, en la ciudad de Ottawa.

“En un contexto de crisis climática, tenemos que pensar más que nunca en la importancia de financiar proyectos que no solo permitan alcanzar resiliencia a los pequeños agricultores, sino también que eleven el nivel de vida de sus familias”, dijo la ministra Bibeau.

Bibeau, que es la primera mujer que ocupa el cargo de ministra de Agricultura en la historia de Canadá, subrayó la importancia del trabajo de cooperación del IICA, cuya labor calificó como “esencial para mejorar la seguridad alimentaria en nuestro hemisferio”.

La ministra dijo que es momento de tomar acción urgente para alimentar al mundo de manera sostenible, ya que la seguridad alimentaria está severamente amenazada por el impacto del cambio climático, al que se suma el efecto de la guerra en Europa del Este, que ha afectado los suministros y los precios de los alimentos.

“Canadá seguirá trabajando con sus socios para dar soluciones inmediatas a la crisis y también para sentar las bases de transformaciones a largo plazo. Invertimos en una serie de proyectos en el hemisferio. Por ejemplo, financiamos una iniciativa para producir papas más nutritivas en Colombia e invertimos millones de dólares en comunidades agrícolas de Nicaragua. El objetivo es reducir la pobreza rural y empoderar a las mujeres, que son las más vulnerables. Invertir en ellas es invertir en la seguridad alimentaria”, subrayó.

Álvaro Lario, quien preside el FIDA, institución financiera y organismo especializado de Naciones Unidas para combatir el hambre en los países en desarrollo, también destacó la labor del IICA a favor el bienestar en las zonas rurales.

“El 80% de las personas más pobres del mundo vive en áreas rurales y dependen de la agricultura a pequeña escala para tener ingresos y para su nutrición. Se estima que los agricultores familiares producen un tercio de las calorías mundiales y que alrededor del 70% de las personas depende de lo que ellos cultivan”, dijo Lario.

En ese sentido, el presidente del FIDA aseguró que construir sistemas agroalimentarios resilientes depende de los pequeños productores, quienes deben tener acceso a mercados, infraestructura y servicios financieros. “Debemos pasar de agricultura de subsistencia a una de prosperidad. La inacción sería carísima. Invertir en pequeños agricultores puede sacar a millones de personas de la pobreza”, aseguró.

Una región heterogénea

Lloyd Day, Subdirector General del IICA, explicó que América Latina y el Caribe es una región clave para la seguridad alimentaria, nutricional y ambiental del planeta, ya que es responsable del 13% de la producción global de alimentos, del 16% de las exportaciones agrícolas y además cuenta con el 16% de las tierras cultivables y el 50% de la biodiversidad del mundo.

Hizo hincapié en la heterogeneidad de la región, en la que conviven potencias mundiales en la producción de alimentos, como Argentina, Brasil y México, con los países del Caribe, que son importadores netos. También destacó la importancia del trabajo conjunto, colaborativo y permanente del FIDA y el IICA, y elogió el papel de Canadá, del que destacó especialmente su capacidad de promover políticas públicas innovadoras para la ruralidad y su “labor inspiradora en materia de equidad de género en las zonas rurales”.

“Las naciones caribeñas se habían fijado la meta de reducir sus importaciones alimentarias en un 25% para 2025, pero la pandemia de Covid-19 complicó el camino. Tenemos que ayudar al Caribe para que sea resiliente al cambio climático”, indicó.

Segunda

Day puso en un escalón destacado el valor de la agricultura familiar, que contribuye con entre el 57% y el 67% de la producción alimentaria regional y es el medio de vida para 60 millones de personas. “Paradójicamente –advirtió-, en América Latina y el Caribe los agricultores familiares son los más vulnerables. En América Central, por ejemplo, el 60% vive en la pobreza y el 50% no tiene acceso a la electricidad”.

“No hay razón para el hambre y la desnutrición en la región dada la gran oferta de alimentos. Tenemos que invertir más en ciencia e investigación vinculada a la agricultura, ya que se invierte muy poco. Mientras los países desarrollados invierten 2,81 dólares por cada 100 dólares producidos por la agricultura, América Latina invierte sólo uno”, apuntó.

“La agricultura –finalizó- es parte de la solución a los retos climáticos y debemos intensificar la producción sostenible. Hay que hacer transformaciones, pero deben ser basadas en ciencia. Y su costo no puede ser asumido solo por los productores”.

 

 

 

 

Más información:
Gerencia de Comunicación Institucional
comunicacion.institucional@iica.int

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