Durante el acto organizado por el IICA, que contó también con un mensaje de la ministra de Agricultura de Chile, María Emilia Undurraga, se escucharon relatos en primera persona que reflejan el creciente protagonismo de las mujeres en el campo y se hizo foco sobre la necesidad de visibilizar las brechas de desigualdad que las afectan.
San José, 15 de octubre de 2021 (IICA). Agricultoras de distintos países de América Latina y el Caribe que cotidianamente trabajan por construir una vida mejor para ellas y sus comunidades fueron las protagonistas de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres Rurales organizada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Durante el acto, que contó también con un mensaje de la ministra de Agricultura de Chile, María Emilia Undurraga, se escucharon relatos en primera persona que reflejan el creciente protagonismo de las mujeres en el campo y se hizo foco sobre la necesidad de visibilizar las brechas de desigualdad que las afectan.
Entre las mujeres rurales, los índices de pobreza, marginalidad e inseguridad alimentaria son muy superiores tanto a los de los hombres que viven en el campo como a los de las mujeres que habitan las ciudades.
“Las mujeres cumplen un rol clave en el desarrollo rural, ya que colaboran de forma significativa en la economía local, promueven la erradicación de la pobreza, enfrentan el cambio climático, aseguran la educación y la alimentación de sus familias y fortalecen el tejido social”, dijo Undurraga.
La ministra advirtió que es tiempo de trabajar en conjunto para mejorar la calidad de vida de las mujeres rurales y mencionó la violencia intrafamiliar y las barreras para acceder a las nuevas tecnologías como algunas de las cuestiones más urgentes a abordar. “Las mujeres tienen un rol fundamental para incentivar cambios positivos en las comunidades rurales”, afirmó.
Por su lado, Sussy Rodríguez de Zura, Jefa de Seguimiento de la Oficina de Políticas y Planificación Sectorial del Ministerio de Agricultura y Ganadería de El Salvador, afirmó que las vulnerabilidades de las mujeres rurales se vieron agravadas por la pandemia de Covid-19 y llamó a “apoyarlas, para favorecer la erradicación de la violencia y la pobreza de los sectores rurales”.
En la jornada participaron Jolie Pollard, creadora de productos naturales para el cuidado del cabello, a base de algas naturales, de Belice; Jussara Dantas, fundadora de una cooperativa agropecuaria en la región Nordeste de Brasil; Evelyn Alvarado, cultivadora de cacao de Costa Rica; Petrona Pérez, caficultora de Guatemala; y Lucila Quintana, de Perú, promotora de la actividad asociativa de los agricultores.
“Cuando uno vive en una comunidad rural pequeña y con pocos recursos, las limitaciones pueden ser un incentivo para innovar. Las mujeres rurales pueden vencer obstáculos y hacer cosas nuevas”, dijo Pollard.
Jussara Dantas explicó que la cooperativa agropecuaria reúne a unos 270 agricultores en la zona semiárida del estado brasileño de Bahía. “Está compuesta por un 70% de mujeres –precisó- que cultivan frutas nativas y las transforman en dulces, jaleas y compotas. Tuvimos muchas dificultades al inicio para comercializar los productos, pero logramos insertarnos en el mercado nacional e internacional”.
Dantas dijo que las mujeres hoy son parte activa en toda la cadena productiva de los alimentos y que hacen falta acciones urgentes para alcanzar la igualdad de género, lo que incluye el acceso a ámbitos de capacitación y a espacios de decisión política.
Evelyn Alvarado enfatizó que “la pobreza en las zonas rurales tiene rostro de mujer”. Y lo justificó: “La mujer puede tener buenas ideas pero es muy complicado conseguir financiamiento, ya que no cuenta con bienes a su nombre que la respalden. En las zonas rurales el hombre es dueño de todo, incluyendo tierras y animales”.
Petrona Pérez contó la historia de cómo se inició de niña en el cultivo del café en una aldea de Guatemala, cuando su padre emigró a los Estados Unidos, y como ella misma también salió a venderlo. “Hay que apoyar a las pequeñas productoras, sobre todo con educación, porque a las mujeres rurales todo les cuesta”, afirmó.
“El sector rural necesita la asociatividad de pequeños productores para tener organizaciones representativas”, dijo la peruana Lucila Quintana. “Hoy –añadió- las mujeres estamos en los órganos de gobierno de nuestras cooperativas, pero todavía hay mucho qué trabajar para favorecer el desarrollo de capacidades, la inclusión digital y el acceso a las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones”.
Durante el acto, que se desarrolló de manera virtual, fueron reconocidas la colombiana Liliana Jiménez Molina y la jamaiquina Tamisha Lee, ambas de importante trayectoria en el sector agrícola, como delegadas de la Plataforma Hemisférica de Mujeres Rurales.
La plataforma es un espacio web que el IICA lanzó en agosto con el objetivo de generar redes, facilitar el acceso a oportunidades de capacitación e impulsar el intercambio de experiencias que contribuyan al empoderamiento de las mujeres de las Américas que viven y trabajan en el campo.
Jiménez es una productora de cacao y destacada defensora de los derechos de las mujeres rurales del departamento colombiano de Cundinamarca, quien también ha sido distinguida por el IICA como #LíderdelaRuralidad.
La colombiana agradeció al IICA por “tomar como bandera la igualdad de oportunidad de las mujeres rurales” y subrayó el valor de la Plataforma Hemisférica: “Me he comprometido a promoverla para que las mujeres rurales podamos incidir y promover cambios estructurales”. Jiménez invitó a las agricultoras de la región a ingresar a la plataforma y registrarse.
Lee, presidenta de la red de mujeres productoras rurales de Jamaica, defiende a mujeres rurales en su país, en el Caribe y en el mundo. Ella participó en julio pasado en la Precumbre de Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas, en Roma, donde pronunció una declaración en nombre de las agricultoras.
“La Plataforma –celebró- nos brinda una herramienta para promover sistemas alimentarios inclusivos, que faciliten la salud, el bienestar y las prácticas agrícolas inteligentes. La pandemia ha generado impactos económicos que aumentaron las desigualdades; por eso es necesario que las mujeres nos ayudemos unas a otras y que los hombres se sumen”.
A su turno, el Director General del IICA, Manuel Otero, puntualizó que el Día Internacional de las Mujeres Rurales no es una fecha celebrar. “Conmemoramos esta fecha para señalar que tenemos una deuda pendiente con las mujeres rurales y debemos pasar de las palabras a la acción”, dijo.
Otero expresó que las 58 millones de mujeres rurales de América Latina y el Caribe son responsables de la seguridad alimentaria y de la preservación de la biodiversidad, pero sufren una flagrante desigualdad que se manifiesta en todos los ámbitos del desarrollo de la vida rural.
“Sólo el 30% posee tierras agrícolas y estas son de menor tamaño y peor calidad. La pandemia, con las restricciones de circulación, aumentó para las mujeres el riesgo de sufrir violencia de género, lo que fue constatado en varios países de la región. Las mujeres rurales, además, perciben sólo la mitad de los ingresos de las mujeres urbanas y un tercio con respecto a los hombres”, detalló el Director General del IICA.
Otero anunció que próximamente el IICA convocará a una segunda reunión del Foro de Ministras y Viceministras de Agricultura de las Américas, que se constituyó en julio en el marco de la Precumbre de Sistemas Alimentarios con la misión de promover políticas públicas que empoderen a las mujeres rurales y promuevan el reconocimiento pleno de sus derechos.
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