Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura

Agricultura, Agroindustria, Cambio climático

Implicaciones de la CoP17 para la agricultura de América Latina y el Caribe

Antecedentes

En las discusiones y acuerdos multilaterales que abordan el cambio climático, el sector agropecuario ha estado subordinado y muchas veces limitado; en general, únicamente las aplicaciones forestales para el secuestro y/o captura de CO2 se han tomado en cuenta. Pareciera, sin embargo, que esa postura de la comunidad global empieza a cambiar.

Es en este contexto que el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) busca contribuir con sus Estados Miembros en la diseminación de herramientas y metodologías que les permita incidir en procesos de adaptación de la agricultura al cambio climático y la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero1 (GEI) generadas por el sector.

Como agencia especializada del Sistema Interamericano, el IICA se propone apoyar a los países en el cumplimiento de los compromisos ambientales multilaterales para el desarrollo de una agricultura responsable, sustentable y competitiva que garantice la seguridad alimentaria de sus poblaciones.

El Instituto está consciente, además, de que en este campo el sector agropecuario debe encarar desafíos de enormes dimensiones, que van desde introducir nuevas y operativas fuentes de financiamiento y nuevas formas de negociación capaces de consolidar mejoras que no incentiven los monocultivos y la concentración de tierras, sino que, partiendo de una realidad distinta, logren fomentar unidades productivas eficientes en el uso de los recursos y la energía.

 Con el aporte de reconocidos expertos internacionales, el Foro del 6 de marzo próximo organizado por el IICA buscará responder preguntas claves, tales como:

  • ¿Qué iniciativas se están considerando para reducir y/o estabilizar el nivel de gases de efecto invernadero? ¿Cómo puede contribuir la agricultura en dichas iniciativas?
  • Reconociendo la urgente necesidad de los países en desarrollo para obtener recursos y llevar a cabo medidas de prevención de eventos y adaptación al cambio climático, ¿cuál será la dinámica del Fondo Verde para facilitar el acceso a fondos?
  •  ¿Qué puede hacer el IICA para ayudar a los países miembros en el desarrollo de una agricultura capaz de adaptarse al cambio climático y reducir los niveles de emisiones de GEI?

Las Conferencias de las Partes

En diciembre del 2011, se reunieron en Durban, Sudáfrica, cerca de 150 ministros y Jefes de Estado en la XVII  Conferencia de las Partes (la llamada CoP17). Su propósito fue prorrogar el Protocolo de Kioto, definir los alcances y regulaciones del Fondo Verde, además de analizar la situación del aumento de los gases efecto de invernadero y buscar soluciones para reducirlos.

El Protocolo de Kioto es un acuerdo donde se establecen compromisos jurídicamente vinculantes de reducción de emisiones de GEI. Fue adoptado en 1997 durante la CoP3 celebrada en Kioto, Japón, bajo la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático y define las normas básicas para que los países industrializados reduzcan en al menos un 5% las emisiones de GEI, tomando como referencia las emisiones registradas en 1990. El Protocolo entró en vigor en el 2005, luego de que Rusia lo ratificara, y lo han firmado más de 180 países, incluyendo todos los industrializados a excepción de los Estados Unidos, país que emite casi una cuarta parte de los GEI. En el marco del Protocolo, el grupo de países industrializados se conoce como Países Anexo I. El resto de los participantes, países en desarrollo, no tienen compromisos de reducción de emisiones; sus compromisos ante la Convención son el levantamiento de inventarios de GEI y la publicación de comunicaciones nacionales. El período de cumplimiento para el Protocolo inició en el 2008 y concluye en diciembre de 2012.

Las más recientes Conferencias de las Partes han estado enfocadas en ampliar el período de cumplimiento para el Protocolo o en proponer nuevos instrumentos de negociación. La Conferencia de Copenhague (COP15, diciembre 2009) debió establecer un nuevo convenio internacional y servir de seguimiento a las iniciativas establecidas y los acuerdos presentes en el Protocolo de Kioto, lo cual no fue posible.

Posteriormente, en la Conferencia de Cancún (COP16, noviembre 2010) los acuerdos estuvieron orientados a crear el Fondo Verde para brindar financiamiento a estrategias de adaptación y mitigación a largo plazo a los países en desarrollo, fortalecer REDD+ 3 , establecer lineamientos sobre el manejo forestal, y la creación del Comité Ejecutivo en Mecanismos Tecnológicos, cuyo propósito es desarrollar tecnologías relevantes a los procesos de mitigación y adaptación. Se estableció, además, el marco de trabajo de adaptación de Cancún, el cual impulsa estrategias de cooperación internacional para reducir la vulnerabilidad en los países en desarrollo.

Situación actual

 El panorama de emisiones de carbono es desalentador, si tomamos en cuenta la meta propuesta para reducir emisiones. Según datos de Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC 2011), las emisiones de CO2 no han disminuido y por el contrario aumentaron en 2010 en 5,9%, para llegar a las 10.000 millones de toneladas. Este aumento y acumulación de carbono y los demás GEI es directamente proporcional al aumento de la temperatura media global. Al aumentar la temperatura y la consecuente variabilidad de las lluvias, se impacta la producción agropecuaria generando una reducción de los rendimientos y la alteración de la estacionalidad de los cultivos. Lo anterior provoca un impacto negativo directo sobre la economía y la seguridad alimentaria de los países.

Es evidente que bajo los esquemas productivos actuales, la agricultura se vincula al cambio climático tanto en sus causas como en sus repercusiones. Consecuentemente el desafío debe ser abordado desde un enfoque integral, que ofrezca una respuesta pronta y oportuna a los procesos de adaptación y mitigación ya existentes, teniendo en cuenta el propósito fundamental de la agricultura, que es proveer alimentos suficientes en calidad y cantidad para toda la humanidad, sin comprometer la base de los recursos naturales para las futuras generaciones.

 En la última Conferencia de las Partes (CoP17, Durban 2011) la discusión incluyó de manera más clara al sector agropecuario y como una respuesta a los desafíos se reconoció la necesidad de enfocar la agricultura bajo el concepto de “agricultura climáticamente inteligente”, la cual procura el fomento de prácticas que impliquen un uso responsable y eficiente de los recursos naturales, el desarrollo de agro ecosistemas con una capacidad mayor de adaptación al cambio climático y que a la vez se propicie el desenvolvimiento de esquemas productivos enfocados en la reducción de emisiones de GEI.

Adicionalmente en esta última COP se incluyeron las consideraciones para que el tema de la agricultura ingrese en el Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico (SBSTA) con fecha límite del 5 de marzo -dependiendo del interés y argumentación de los países interesados- . Asimismo, se reconoció la desvinculación en la práctica de los temas de adaptación y mitigación y la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria, como inquietudes planteadas que aún requieren respuestas y soluciones.

Una revisión de la CoP 17 desde la perspectiva del sector agropecuario de América Latina y el Caribe permitirá prepararse mejor para la siguiente Conferencia de las Partes (CoP18, 2012 Doha).

Expositores

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