El desarrollo de la tecnología y su creciente masificación vienen conformando un mundo más interconectado y sociedades más interdependientes, que se reflejan en cambios acelerados en las economías, las sociedades, la relación con el ambiente, entre otros. Las nuevas tecnologías se están filtrando en todas nuestras actividades haciendo más eficientes los recursos humanos, incrementando la productividad, mejorando los servicios, la comunicación, la convivencia, etc.
Uno de los grandes desafíos que enfrentamos como sociedad, es asegurar el acceso y las capacidades de utilización de esas tecnologías a todos los habitantes, de lo contrario estas herramientas podrían más bien ampliar las diferencias en cuanto a condiciones de desarrollo en las sociedades, y minar las posibilidades de crecimiento de los grupos rezagados y menos favorecidos. Ese desafío es conocido como la brecha digital, que de acuerdo con el Foro Económico Mundial (2017), se define como “la desigualdad en posibilidades que existen para acceder a la información, conocimiento y la educación mediante las tecnologías de información y comunicación”. Los países del hemisferio están conscientes de esta situación y han ido tomando medidas para promover la inversión en infraestructura tecnológica y mejorar las capacidades de acceso y uso de la población.
La diseminación del Covid-19 por el mundo en el año 2020, ha generado una serie de crisis que plantean un desafío inesperado y mayúsculo para el cual nuestras sociedades no estaban preparadas. Pero además, la pandemia ha puesto en evidencia la importancia de las nuevas tecnologías, las cuales han tenido un papel central para amortiguar sus efectos, al crear condiciones para mantener activos sectores de la economía con capacidad de operar por medios virtuales. La pandemia nos hace valorar aún más el potencial de las nuevas tecnologías para el desarrollo de nuestras sociedades, y sin duda se multiplicarán los esfuerzos por ampliar la infraestructura, crear capacidades, e incentivar el uso de tecnologías. De esta forma, las nuevas tecnologías, que hoy, tímidamente se van sumando a los instrumentos para contribuir con el desarrollo agrícola y rural, en un futuro cercano encontrarán mejores condiciones para consolidarse y multiplicarse.
Sin embargo, el reto está en que esos instrumentos aseguren también un desarrollo equitativo, incluyente y sostenible en los territorios rurales, por lo que, de la mano con los estímulos para promover la difusión y aplicación de tecnologías, deberá prestarse atención a los grupos sociales que se van quedando rezagados, y plantear estrategias para fortalecer sus capacidades, profundizar esfuerzos para asegurarles acceso y cobertura digital, así como el diseño de tecnologías adecuadas para sus entornos y medios de vida, es decir, poner atención permanente a la brecha digital y promover estrategias para minimizarla.
El IICA considera que las tecnologías de información y comunicación constituyen una poderosa herramienta para mejorar las condiciones de vida en las zonas rurales, y con ello contribuir a su desarrollo. En este contexto, la reducción de la brecha digital se convierte en una condición indispensable para su aprovechamiento, dadas las amplias potencialidades que brinda al desarrollo y a la transformación de la actividad productiva en los territorios rurales.
Objetivos
General: Fomentar la obtención de los máximos beneficios del progreso tecnológico digital en procura de no dejar a nadie atrás, en especial en las zonas rurales y en el sector agroalimentario.
Específicos:
- Compartir información sobre las oportunidades y desafíos de la digitalización para contribuir con una agricultura y ruralidad más inclusivas.
- Difundir casos de éxito y lecciones aprendidas de proyectos y políticas públicas implementadas en los diferentes países de ALC, relacionadas con la reducción de la brecha digital en zonas rurales y pueblos indígenas.
- Compartir experiencias sobre el aprovechamiento de herramientas TIC en zonas rurales, con énfasis en su impacto en los habitantes, particularmente agricultores familiares, pueblos indígenas, jóvenes y mujeres rurales.
- Definir elementos para futuros proyectos que permitan ejecutar acciones conjuntas de sensibilización, difusión, apropiación, capacitación, uso productivo, empoderamiento y en general de alfabetización digital, en las zonas rurales de los países de ALC.