El mundo enfrenta una difícil coyuntura debido al efecto acumulativo y la sobreposición de crisis que se iniciaron con la ralentización del crecimiento económico antes de la pandemia del COVID-19, con los inéditos impactos de la crisis sanitaria global (solo comparables con los de las dos guerras mundiales), la crisis ambiental global, y recientemente, con los efectos negativos del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Para los países de América Latina y el Caribe se abre un capítulo de incertidumbre que ya impacta negativamente sobre los esfuerzos de recuperación económica y de atención a los segmentos sociales más desprotegidos, con altos índices de inflación y una lenta recuperación del empleo. De acuerdo con recientes estudios de la CEPAL, América Latina ha sufrido un retroceso de 20 años en sus niveles de pobreza extrema debido al impacto del Covid-19, alcanzando niveles similares a los del 2005. Esto significa más de 210 millones de personas en situación de pobreza extrema.
Con el incremento en la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos con el objetivo de combatir una inflación más alta de los últimos 40 años, se prevé que el crecimiento mundial descienda del 5,7 % en 2021 al 2,9 % en 2022, un porcentaje considerablemente menor que el 4,1 % que se anticipó en enero, de acuerdo con el Banco Mundial.
Es en ese escenario global que surgen ideas renovadas y se refuerzan nuevos planteamientos para cambios de los actuales patrones de desarrollo, tales como reformas en los que los sistemas territoriales sostenibles, las ciudades intermedias, los circuitos cortos de comercialización, la innovación y las tecnologías amigables con el ambiente, la mayor inclusión social y la revalorización de las economías e identidades locales, son sólo algunos de sus rasgos distintivos.
Hemos comprobado en nuestro proceso de acumulación de reflexiones y experiencias de los once (11) encuentros anteriores, que las Ciudades Intermedias (CI), entendidas como nodos territoriales de desarrollo integral, destacan por su potencial de fortalecer las
identidades culturales y la historia, y también para establecer plataformas que proveen servicios básicos que generen oportunidades y mejores niveles de vida a las poblaciones locales y a las familias migrantes y/o desplazadas de sus regiones de origen.
Pese a esos avances, las CI no son reconocidas en sus potencialidades y tampoco son visibilizadas en las políticas públicas. Puesto que no aparecen como espacios conflictivos, tienen menor visibilidad. Solo 13 ciudades de ALC se encuentran entre las más competitivas en el mundo; y casi 60 ciudades de la región cuentan ya con más de un millón de habitantes (CAF, 2022).
Cuando aplicamos el análisis al caso específico de México y partimos de la hipótesis de las potencialidades que ofrecen, comprobamos que los alcances y roles de las CI tendrían que ser explorados en mayor profundidad y urgencia a la luz de los nuevos escenarios globales y nacionales.
México pasó de ser un país rural a uno donde la mayor parte de la población vive en localidades urbanas. Entre los estados con más espacios urbanos se mencionan: la Ciudad de México, Nuevo León, Baja California y Coahuila; mientras que, en Oaxaca, Chiapas e Hidalgo, menos de la mitad de su población habita en localidades urbanas. En las próximas décadas, buena parte del crecimiento demográfico en México será urbano.
Esto significa que el país pasará de contar con 384 ciudades a 961 en 2030, en las que se concentrará 83.2% de la población nacional, y en las que, muy probablemente, predominará la población pobre. Esto implica un reto formidable para México, puesto que cuenta con ciudades donde se concentran las fuerzas productivas, políticas, científicas y culturales, al grado que, en gran medida, la prosperidad del país está depositada en ellas y en su entorno territorial. Por ello, es fundamental ordenarlas, hacerlas más productivas y competitivas, reduciendo sensiblemente la inequidad y desigualdad social y su huella ambiental (ONU-Habitat, 2022).
Tanto las metrópolis, como las ciudades menos densas en población y las comunidades rurales, requieren de agua, alimentos sanos y energía para sostener sus procesos y para el consumo o transformación de bienes y dotación de servicios básicos. Las ciudades son las que generan abundantes cantidades de residuos sólidos y líquidos, además de contaminantes de la atmósfera, que afectan ecosistemas locales y distantes. Esto implica que para el promover un desarrollo sostenible de los territorios deben considerare la planificación del uso del suelo, la gestión del recurso hídrico y de la biodiversidad; y la promoción de la economía circular y de la bioeconomía, como algunos de los elementos indispensables para el sostenimiento de los ecosistemas.
México ocupa el lugar número 10 entre los países más poblados en el mundo y el 14 en el ranking mundial por su extensión territorial. En lo referente a tenencia de la tierra, el 52% es propiedad social; y más del 45% de los suelos del país se encuentran con diversos grados de erosión. México se encuentra entre los 17 países más megadiversos del globo y representa el centro de origen de más de 100 especies cultivadas.
Por otro lado, el turismo es un sector que ha adquirido una gran relevancia dentro de la economía mexicana, representando casi el 9% de los ingresos del PIB, y un sector que al
igual que la agricultura, concentran grandes oportunidades para la innovación, la adopción de tecnologías disruptivas y para la generación de empleos. México es un destino que cuenta con una gran diversidad de recursos naturales, enorme riqueza histórica y cultural, y una, cada vez más reconocida, gastronomía a nivel mundial y un creciente consumo turístico interno. De acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo en México, la oferta cultural y de recursos naturales incluyen cerca de 190 sitios arqueológicos, 11 mil kilómetros de litorales, 34 sitios de patrimonio de la humanidad y 111 pueblos mágicos.
Dicho lo anterior, se considera esencial conocer la experiencia mexicana sobre CI y, en su caso, complementarla con otras experiencias en lo referido a la correlación de los conceptos de ciudadanía, de gestión social de los territorios, gobernanza y la generación de procesos de innovación y la disminución de la brecha de conocimiento y oportunidades.
El XII Encuentro Internacional de Ciudades Intermedias
El XII Encuentro busca generar espacios de intercambio y reflexión sobre el papel clave que pueden desempeñar las CI como promotoras de oportunidades para el desarrollo de las economías locales.
Desde múltiples dimensiones y puntos de vista, se plantearán propuestas y reflexiones sobre las crecientes brechas entre lo urbano y lo rural; y la inequidad en el acceso a bienes y servicios que profundizan las desigualdades en un territorio. Se compartirán casos exitosos en los que las CI actúan como nodos de desarrollo y se analizarán también los procesos de desruralización y desculturización en los territorios, los procesos migratorios temporales y permanentes, la generación de oportunidades para la retención de población migrante y el rol de los gobiernos locales, de la ciudadanía organizada y el de las universidades y la inversión privada.
Objetivo General
Generar un espacio de reflexión e intercambio de experiencias de diferentes países de América Latina y de Europa sobre la situación actual y el rol de las CI como nodos articuladores y espacios de oportunidad para las poblaciones de los territorios rurales y los grupos migrantes; y para la promoción de un desarrollo más sostenible, productivo y equitativo.
Objetivos Específicos
ü Resaltar el papel de las políticas públicas en la promoción de las CI como promotoras del desarrollo sostenible de los territorios.
ü Intercambiar buenas prácticas y experiencias exitosas de rediseño urbano, desarrollo socioeconómico, turismo, seguridad ciudadana, erradicación de la pobreza e inseguridad alimentaria, iniciativas ambientalmente amigables, bioeconomía y
economía circular, la economía social y empresarial, con la finalidad de posicionar estos elementos en la gestión pública y la inversión privada.
ü Fortalecer los gobiernos locales en su rol de actores públicos y promotores de la integración de los territorios a través de nodos de desarrollo.
Modalidad
Se propone una modalidad híbrida, es decir de carácter presencial y virtual, que consiste en un evento de tres días: del 24 al 26 de agosto del año en curso, en el que el primer día y mitad del segundo día, se desarrollarán conferencias y paneles de expertos; y un día para visitas de campo, para observación y dialogo.