Tomadores de decisiones y profesionales del sector agroalimentario aprendieron entre otros temas, a manejar residuos orgánicos de fincas para convertirlos en materia prima para generar energía.
San José, 1 de octubre de 2024 (IICA) – Con el objetivo de promover el uso de tecnologías de biodigestión, compartir experiencias exitosas y fomentar políticas públicas que avancen hacia sistemas agroalimentarios sostenibles, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA); la Red de Biodigestores para Latinoamérica y el Caribe (RedBioLAC); y el programa WISIONS of Sustainability, del Instituto Wuppertal de Alemania, lanzaron el curso “Aplicación de la biodigestión para la transformación agroecológica y bioeconómica de los sistemas agroalimentarios”.
El curso -dirigido a tomadores de decisiones y profesionales del sector agroalimentario de Argentina, México, Colombia, Costa Rica y Guatemala- proporcionó herramientas para integrar tecnologías de biodigestión en la agricultura familiar, promoviendo la sostenibilidad y la resiliencia frente al cambio climático.
“El biogás y las bioenergías gaseosas tienen un rol fundamental en la descarbonización del sector energético. La producción actual de biogás debe multiplicarse por 15 en 2050, para contribuir al cumplimiento del Acuerdo de París, que busca mantener el aumento de la temperatura global promedio por debajo de los dos grados centígrados”, señaló Agustín Torroba, especialista en biocombustibles del IICA.
El curso logró atraer a más de 90 participantes de toda la región latinoamericana, incluyendo productores, formadores de políticas públicas, reguladores e investigadores.
Willigton Ortiz, coordinador de proyectos de WISIONS of Sustainability, institución que brinda respaldo financiero a la iniciativa, señaló que el curso “representa la materialización de años de trabajo. El interés mostrado tanto por las autoridades como por actores privados señala el potencial de replicabilidad de esta actividad”.
Experiencias y contactos
“Este programa no solo ha fortalecido las capacidades técnicas de sus participantes, sino que también ha generado un valioso intercambio de experiencias y la creación de una red de contactos que promueve el uso de la biodigestión, sentando las bases para el avance en su implementación y contribuyendo al desarrollo de sistemas agroalimentarios más resilientes y sostenibles”, afirmó Celestina Brenes, especialista del IICA y coordinadora del proyecto.
Durante el desarrollo del curso se efectuaron de giras de campo a Guatemala, Costa Rica y Colombia, que incluyeron talleres prácticos en fincas modelo que ya implementan tecnologías de biodigestión.
“Este curso y las giras demostrativas han significado un avance significativo en la difusión y adopción de tecnologías de biodigestión en la región”, explicó Yudtanduly Acuña, coordinadora general de proyectos de RedBiolac.
La primera gira se llevó a cabo en la finca Central Agrícola de Guatemala, donde se destacaron las oportunidades y beneficios de desarrollo de la implementación de la biodigestión en prácticas agrícolas y en el tratamiento de residuos orgánicos, con énfasis en los beneficios directos para los productores que la adoptan.
El siguiente taller se realizó en la finca Agroecológica Biamonte en Costa Rica, con el apoyo de Viogaz, una empresa local especializada en el diseño, fabricación y distribución de biodigestores. Allí se abordaron temas como la evolución de los biodigestores, proyectos de investigación en colaboración con universidades públicas y normativas relevantes en materia de biodigestión. Además, se realizaron demostraciones sobre la aplicación de biodigestores, utilizados para la generación de energía renovable.
Finalmente, la gira concluyó en Finca Líder, en Colombia con el apoyo técnico de Sistema Bio. Esta finca es un ejemplo de sostenibilidad, ya que utiliza biodigestores para convertir residuos orgánicos en energía renovable, mejorando la calidad del suelo y reduciendo olores, convirtiéndose en un modelo de producción porcina sostenible e innovador que impacta positivamente en el medio ambiente y la generación de empleo.
La realización de estas giras de campo facilitó el contacto entre productores, permitiendo la visitación de otras zonas productivas y el intercambio de conocimientos.
“Esta interacción entre los estudiantes no sólo enriquece el aprendizaje, sino que también fomenta la creación de redes y el intercambio de buenas prácticas”, indicó Gloria Pedraza, coordinadora de relaciones interinstitucionales de la RedBiolac.
Walfer Martínez, uno de los participantes del curso, consideró que la experiencia fue muy enriquecedora: “Además, tuve la oportunidad de conocer otras experiencias de biodigestores, como la de Arnoldo Castillo, quien también es participante del curso y cuenta con una parcela ubicada en la zona fronteriza de Guatemala”.
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