En esto concordaron expertos reunidos en el Taller Global ‘Aplicación sinérgica del consumo y la producción sostenibles de agua y energía para la consecución de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París’.
Antigua, Guatemala, 25 de octubre de 2024 (IICA) – El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, la Asociación de Azucareros de Guatemala (ASAZGUA), la Red de Soluciones de Agua y Energía Sostenible, la Embajada de España en Guatemala y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) llevaron a cabo en Antigua, Guatemala, el Taller Global ‘Aplicación sinérgica del consumo y la producción sostenibles de agua y energía para la consecución de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París’.
Agustín Torroba, Especialista Internacional en Biocombustibles del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y secretario ejecutivo de la Coalición Panamericana de Biocombustibles Líquidos (CPBIO), participó de la sesión sobre ‘Consumo y producción sostenibles de agua y energía – Interrelaciones medioambientales y cambio climático’, la cual abordó las implicaciones medioambientales, incluidas las relacionadas con el cambio climático y la biodiversidad, de las acciones y políticas que promueven el consumo y la producción sostenibles de agua y energía, destacando las sinergias y eficiencias que pueden obtenerse cuando se sigue un enfoque integrado del nexo agua-energía.
La Coalición Panamericana de Biocombustibles Líquidos (CPBIO) está integrada por los principales gremios empresariales e industriales de las Américas dedicados a la producción y procesamiento de azúcar, alcohol, maíz, sorgo, soja, aceite vegetal y granos, entre otros productos del sector agropecuario. Sus principales objetivos son los de coordinar la elaboración, promoción y consumo sustentables de estas energías limpias en todo el hemisferio.
Torroba participó en el taller junto a Mariano González (CEO, Canal de Isabel II, Comunidad de Madrid, España), Anneli Alatalo Paulsen (Directora de la Iniciativa Empresarial Común para el Desarrollo Sostenible Global, SINTEF, Noruega), Alice Jipius (Directora Ejecutiva, Tonibung, Malasia), Jorge Asturias (Coordinador de Proyecto Readiness-GCF, GIZ, Guatemala) y Zaida Solano (Directora de Sostenibilidad, LAICA, Costa Rica), quienes presentaron estudios de casos de sus respectivos países.
La CPBIO transmitió en el panel que es altamente probable que se incumplan los objetivos del Acuerdo de Paris; que los impactos del cambio climático en la economía son peores de lo que pensábamos ya que 1°C de incremento de temperatura puede llevar a una caída de 13 % del PIB; que los biocombustibles líquidos son la mejor solución para descarbonizar el transporte en América Latina -el cual representa el 40 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)-, y que los biocombustibles son una tecnología inmediatamente disponible para descarbonizar el transporte, no requiere modificación en los motores, son económicos, sostenibles y nuestros países cuentan con recursos biológicos excedentarios, lo cual facilitaría una industrialización de los biocombustibles a gran escala, sustituyendo así la importación de combustibles fósiles.
Ivanova Ancheta, directora ejecutiva de la Asociación de Productores de Alcohol de Guatemala (APAG), señaló las expectativas que el sector de los biocombustibles tiene en los avances de la mezcla de etanol en su país. Guatemala es uno de los diez principales productores de etanol en Latinoamérica, con 70 millones de galones de alcohol por año. “Aspiramos a que Guatemala pueda jugar un papel relevante en el abastecimiento de combustibles sostenibles para la aviación (SAF) en la región”, resaltó Ancheta.
Por su parte, Juan Carlos Fernández, director ejecutivo de la Asociación de Azucareros del Itsmo Centroamericanos (AICA), destacó su compromiso en los esfuerzos para la promoción de los biocombustibles y los beneficios que representa el desarrollo de esta industria en la región.
Aida Lorenzo, directora de la Asociación de Combustibles Renovables de Guatemala (ACR), resaltó el potencial que tiene la caña de azúcar en la producción de energía y combustibles. “Hace más de 38 años que Guatemala produce etanol de manera sostenible, reconocido como ‘etanol avanzado’ a nivel internacional, por lo que posee un potencial enorme que debe ser apoyado por una legislación nacional. Según la reglamentación emitida el año pasado para cumplir la Ley 17-85, la mezcla debe iniciar el 1 de enero del 2026. Esperamos que Guatemala sea el primero en empezar una mezcla del 10% en la gasolina”, agregó Lorenzo.
“Los biocombustibles son una combinación de captura de carbono con captación de energía solar, que mediante la fotosíntesis de los vegetales permite producir materia prima para estos combustibles biológicos con una intensidad de carbono muy inferior a los fósiles que reemplazan. La sinergia de agua y energía que vimos en este evento demuestra que el etanol puede contribuir a la descarbonización en todos los países de Latinoamérica, en especial la caña de azúcar y otros cultivos, podrían contribuir a reducir significativamente las emisiones de GEI en el sector transporte y facilitar la consecución de la Agenda 2030 y los objetivos del Acuerdo de París”, concluyó Torroba.
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