El Código de Ética tiene como propósito orientarnos, como funcionarios, respecto de las conductas apropiadas al desempeñar nuestras funciones y tomar decisiones. Su objetivo es promover una cultura basada en altos principios éticos en que resalte el compromiso moral de nuestras acciones cotidianas, encauzadas al respeto de los principios y derechos propios y de los demás y a las buenas relaciones, en procura de un entorno que favorezca nuestra confianza y crecimiento.