Belém do Pará, Brasil, 17 de noviembre de 2025 (IICA) – La agricultura regenerativa ya ha demostrado que es doblemente beneficiosa, tanto en términos productivos como ambientales, y por eso es tiempo de escalarla.
Los caminos para hacerlo fueron explorados en el pabellón del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en la COP30, la conferencia global que reúne más de 50.000 participantes en Belem do Pará, en la Amazonia brasileña.
En el debate participaron agricultores, representantes del sector privado y de organismos internacionales, quienes coincidieron en que es necesario mejorar la financiación y también la confianza de todos los actores en la agricultura regenerativa.
También señalaron que es crucial que la implementación esté centrada no solamente en las nuevas tecnologías y en la teoría científica, sino también en las expectativas y las necesidades de los agricultores, de acuerdo a las distintas comunidades y regiones.
La agricultora brasileña Ana Carolina Zimmerman; la líder de Asociaciones Globales / Plataforma de Múltiples Partes Interesadas de la compañía Bayer, Gabriela Burian; la secretaria ejecutiva de FONTAGRO, Eugenia Saini; y el investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina Marcelo Beltrán participaron de la discusión junto al Director General del IICA, Manuel Otero. El Subdirector General del organismo hemisférico, Lloyd Day, fue el moderador.
Ana Carolina Zimmerman, productora de la región brasileña del Cerrado, la sabana central del país y bioma que es motor del extraordinario desarrollo agrícola en las últimas décadas, contó que ha sido testigo del cambio, porque viene de una familia volcada a la producción de alimentos.
“Hasta hace solo 30 años Brasil era importador de alimentos y hoy es un gran exportador. Lo hemos logrado gracias a la tarea científica de EMBRAPA, que nos permitió mejorar la productividad y el ambiente en forma simultánea”, dijo.
Zimmerman, cuya finca está en el estado de Goiás, contó que allí se realiza siembra directa hace muchos años, se utilizan cultivos de cobertura y también irrigación, lo que permite hacer hasta cuatro cosechas al año y tener más productividad. “Hoy la calidad de la materia orgánica en nuestros suelos -afirmó- es mejor que antes, porque utilizamos bioinsumos y podemos ser muy precisos en cuanto a dónde aplicarlos”.
Dar un paso más
“La gran diferencia entre agricultura sustentable y agricultura regenerativa es que esta última avanza un paso más. Si lo sostenible pone el acento en sostener lo que tenemos, lo regenerativo es pasar a la ofensiva: recomponer los suelos, hacer cosecha de agua o fortalecer la biodiversidad. Si hacemos eso en las Américas, vamos a consolidarnos más como región exportadora no solo de alimentos sino también de conocimientos”, dijo Manuel Otero.
El Director General del IICA dio detalles del programa Suelos Vivos, que desde 2020 el IICA viene desarrollando con el liderazgo del científico Rattan Lal, de la Universidad Estatal de Ohio, para recuperar un recurso esencial para la vida. “Conseguimos llamar la atención de decisores políticos y hoy muchos más países saben que sin suelos no hay agricultura y sin agricultura no hay seguridad alimentaria”, explicó.
Gabriela Burian, de Bayer, celebró que la agricultura está por primera vez está en el centro de las discusiones en una COP: “Hace varios años que participábamos, pero nunca con el protagonismo que tenemos en Belém do Pará. La presidencia brasileña ha hecho un llamado a la acción a favor de la agricultura sostenible y eso representa una oportunidad increíble para el sector”, sostuvo.
Burian, de todas maneras, también llamó la atención sobre la necesidad de mayores inversiones y recursos para extender las buenas prácticas. “Hoy los ingresos del 30% de la población mundial dependen de la agricultura, pero nuestra base financiera es de apenas el 4% del PIB. Necesitamos más recursos para extender la agricultura regenerativa”, afirmó.
En nombre de FONTAGRO -mecanismo de financiamiento sostenible para el desarrollo de tecnología agropecuaria en América Latina y el Caribe-, Eugenia Saini explicó que ese fondo reúne en su modelo organizacional la ciencia, el financiamiento y la gobernanza.
Saini se refirió a la importancia de pasar la ciencia a la finca: “Debemos trabajar en colaboración para escalar y contribuir al diseño de políticas que favorezcan la transferencia del conocimiento a los productores de manera efectiva. Hoy existe mucho conocimiento y la oportunidad de utilizar herramientas digitales”, reconoció.
Marcelo Beltrán, a su turno, aseguró que la agricultura regenerativa, lejos de ser una expresión sin contenido, está dando frutos en Argentina y en otros países de la región: “Tenemos desde el INTA contacto permanente con productores. Y sabemos, debido al trabajo en nuestras unidades de agricultura regenerativa, que el productor cree en este modelo porque ve que el campo sufre menos los problemas ambientales y, al mismo tiempo, produce más”.
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