San José, 10 de octubre, 2025 (IICA). América Latina y el Caribe (ALC) tiene la oportunidad de transformar sus sistemas agroalimentarios en modelos más sostenibles, inclusivos y resilientes; pero para ello deben estar impulsados por políticas coherentes, innovación institucional y tecnológica, gobernanza fortalecida y una amplia colaboración multisectorial.
Esto concluyeron varios expertos durante el panel Transformando los sistemas alimentarios en ALC: de las lecciones a la acción, en el marco del diálogo hemisférico Experiencias transformadoras y escalables para una nueva generación de políticas públicas para los sistemas agroalimentarios, en la sede central del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en Costa Rica.
En el encuentro de alto nivel participaron el coordinador del Observatorio de Políticas Públicas para los Sistemas Agroalimentarios (OPSAa) del IICA, Joaquín Arias; el Jefe de la División de Medio Ambiente, Desarrollo Rural y Gestión del Riesgo de Desastres del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Pedro Martel; el economista del Banco Mundial, Héctor Peña; el ejecutivo principal de la Dirección de Programación del Sector Privado de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, Nelson Larrea; el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Ricardo Marra; y el Director del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) de Chile, Carlos Furche.
El evento, realizado como parte de la conmemoración del 50 aniversario del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI por sus siglas en inglés), fue moderado por Valeria Piñeiro, Representante Regional para ALC y Coordinadora Sénior de Investigación de la Unidad de Mercados, Comercio e Instituciones de esa entidad.
La discusión se centró en cómo ha influido la evolución de los sistemas alimentarios en los últimos 50 años en el panorama de retos y oportunidades para ALC, la visión de los sistemas alimentarios en la región al 2030 y más allá, cuáles intervenciones de políticas e innovaciones institucionales han demostrado tener mayor potencial de impacto y cómo pueden escalarse o adaptarse a los diversos contextos de los países, y cómo pueden los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado colaborar de manera más eficaz para convertir las visiones a largo plazo en estrategias coordinadas y viables.
“Para transformar los sistemas agroalimentarios debemos alinear objetivos, instrumentos y financiamiento, y hacerlo de manera coherente y colaborativa”, afirmó Joaquín Arias, del IICA, al resaltar la importancia de fortalecer la coherencia en las políticas agroalimentarias mediante un “enfoque de sistemas que integre lo económico, social y ambiental”, al tiempo que ponderó el valor del diálogo intersectorial y la generación de bienes públicos regionales como datos e indicadores para impulsar mejores políticas.
Pedro Martel, del BID, puso el énfasis en la relevancia de invertir en conocimiento, gobernanza pública y desarrollo tecnológico para robustecer las políticas agroalimentarias, e indicó que estas acciones, “de bajo costo y alto impacto”, generan información, análisis y capacidades institucionales clave para enfrentar los desafíos del sector.
“Invertir en gobernanza y en sistemas de información no es un gasto, sino una inversión esencial para que las políticas beneficien a todos los actores de la economía”, acotó.
Héctor Peña, del Banco Mundial, señaló la necesidad de políticas agroalimentarias adaptadas a cada país que integren a los pequeños productores, promuevan sostenibilidad y desarrollo, e incluyan herramientas de inclusión financiera y mitigación de riesgos. “No podemos pensar en transformar los sistemas agroalimentarios sin incluir a quienes producen la mayor parte de nuestros alimentos”, afirmó, priorizando además lo crucial de fortalecer la confianza en las instituciones públicas.
Nelson Larrea, de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, también hizo hincapié en lo trascendente que es canalizar financiamiento hacia los productores a través de bancos de desarrollo y agrarios, aprovechando la tecnología y la innovación -como la digitalización, la inteligencia artificial y los mercados de carbono-, para mejorar la inclusión financiera y la eficiencia del crédito agrícola.
“Es fundamental modernizar los bancos de desarrollo para llegar mejor a quienes están más alejados del sector financiero y generar oportunidades reales de desarrollo”, afirmó Larrea, y subrayó la necesidad de que los países apoyen estas iniciativas.
Por su lado, Ricardo Marra, presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, destacó el rol del sector privado y de los productores en fortalecer la transparencia y la previsibilidad del mercado agrícola; además, la relevancia de generar información objetiva, institucionalizar mercados competitivos y promover consensos entre los distintos actores de la cadena productiva.
“Cuando productores grandes, medianos o pequeños acceden a la misma información de precios y mercados, se fortalece la toma de decisiones y la sostenibilidad del sector”, aseveró.
Carlos Furche, director del INIA de Chile, cerró el panel argumentando que la transformación de los sistemas agroalimentarios debe partir de fortalecer la base productiva -la agricultura y sus recursos naturales-, especialmente el agua y el suelo, aunado a la necesidad de políticas que promuevan su uso sostenible, fortalezcan la sanidad animal y vegetal, impulsen la digitalización del sector y generen condiciones habilitantes para la inversión.
“El futuro de la agricultura requiere gobernanza moderna, investigación, innovación y evaluación constante de las políticas públicas”, concluyó.
Fortalecer la ciencia y políticas basadas en evidencia
Durante la sesión especial del 50 aniversario del IFPRI, el Director General del IICA, Manuel Otero, destacó el papel esencial del conocimiento, la evidencia científica y la cooperación internacional para transformar los sistemas agroalimentarios de ALC.
Además, valoró al IFPRI como un socio indispensable en el esfuerzo por entender y transformar las políticas alimentarias a escala global, reconociendo su trayectoria de cinco décadas en la generación de evidencia científica para orientar decisiones de política pública.
“En el IICA compartimos plenamente la visión del IFPRI de que la transformación de los sistemas agroalimentarios requiere políticas basadas en evidencia, inversiones sostenidas en innovación y gobernanza inclusiva. Reafirmamos el compromiso de seguir construyendo puentes entre la ciencia y la política, entre la investigación y la acción, que deben traducirse en decisiones de política pública más coherentes, coordinadas y transformadoras”, dijo Otero.
El Director General del IFPRI, Johan Swinnen, destacó a su vez que hoy, 50 años después de la fundación de ese Instituto, se enfrentan a “un conjunto de desafíos más complejos”, como “las desigualdades persistentes, los riesgos climáticos y la volatilidad política y económica”, pero que con el mismo espíritu de colaboración que impulsó su creación seguirán trabajando en su “compromiso conjunto de erradicar el hambre y la desnutrición”.
“Juntos, podemos trazar un camino hacia sistemas alimentarios sostenibles, inclusivos y resilientes para ALC, y para el mundo. América Latina y el Caribe es un actor crítico en la seguridad alimentaria global y la sostenibilidad ambiental; su sector agroalimentario proporciona medios de vida y desarrollo económico en toda la región, beneficiando a muchos”, comentó Swinnen.
El IFPRI, con sede en Washington D.C. y miembro del consorcio CGIAR, es un referente mundial en investigación aplicada a la alimentación, la agricultura y el desarrollo rural. Desde su creación en 1975, colabora estrechamente con gobiernos, organizaciones internacionales y centros de investigación para fortalecer la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios a nivel global.
Más información:
Gerencia de Comunicación Institucional
comunicacion.institucional@iica.int