Texcoco, Estado de México, 24 de octubre de 2025.– La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que los suelos agrícolas de América Latina y el Caribe han perdido entre 30 y 40 megagramos de carbono por hectárea, y que cerca del 90% del potencial de mitigación climática del sector agrícola se concentra en la captura de carbono en los suelos. Recuperar ese carbono no solo representa una oportunidad ambiental, sino también una estrategia de desarrollo rural, productividad y resiliencia para las comunidades agrícolas.
Con esa visión, la Oficina del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en México, los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) y CIMMYT llevaron a cabo la segunda edición del foro “Recarbonización de los suelos agrícolas y descarbonización de los sistemas agroalimentarios: financiamiento para la transición sostenible”, que convocó a autoridades, investigadores, productores, representantes del sector financiero, organismos internacionales y empresas comprometidas con la sostenibilidad agrícola.
El encuentro contó con la participación de autoridades de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), entre ellas la Dra. Laura E. Aguirre Téllez, directora general de Financiamiento Verde, quien enfatizó: “Desde el Gobierno de México estamos transformando el ecosistema de financiamiento para impulsar sistemas agroalimentarios sostenibles. La salud del suelo es la base de la productividad y la seguridad alimentaria; por eso, priorizamos productividad, sostenibilidad y bienestar del productor como un mismo objetivo.”
Asimismo, participaron el Dr. Diego Montenegro, representante en México del IICA; el Dr. Jesús Alan Elizondo Flores, director general de FIRA; y la Dra. Sarah Hearne, directora de Investigación e Innovación de CIMMYT, junto con representantes del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Boomitra, Heifer International, The Nature Conservancy, SYNGENTA, Iniciativa Carbono Agro y autoridades de los gobiernos de Morelos y Durango.
Captura y almacenamiento de carbono: restaurar la base del futuro agrícola
El foro destacó que los suelos son el eje del sistema agroalimentario y una de las mayores oportunidades para mitigar la emergencia climática actual. La captura y almacenamiento de carbono en el suelo permiten mejorar su estructura, retención de agua y fertilidad, mientras se reduce la huella ambiental de la producción agrícola.
Al respecto, la Dra. Sarah Hearne subrayó: “La agricultura está en el corazón de los desafíos del siglo XXI. Los suelos agrícolas son el segundo sumidero de carbono más grande del planeta después de los océanos; recarbonizarlos mejora la fertilidad, optimiza la dinámica del agua en el suelo y fortalece la captura adicional de carbono. Abordar el carbono a lo largo de toda la cadena agroalimentaria es fundamental para lograr un impacto real y construir sistemas más sostenibles.”
Expertos, productores y representantes del sector coincidieron en que recarbonizar el suelo no es una práctica aislada, sino una inversión estratégica para garantizar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad a largo plazo.
En ese sentido, el Dr. Diego Montenegro acentuó que “la salud de los suelos es una condición indispensable para la seguridad alimentaria. Recarbonizar significa devolver vida a la tierra y dignidad al trabajo rural; es apostar por un futuro productivo, sostenible e inclusivo para América Latina.”
Los mercados de carbono: una alternativa para financiar la transición sostenible
El foro subrayó la importancia de los mercados de carbono agrícolas como herramientas de financiamiento verde que pueden conectar el capital privado con proyectos de impacto climático. Estos mecanismos, explicaron los ponentes, permiten valorar económicamente las prácticas sostenibles y canalizar recursos hacia productores que regeneran sus tierras y capturan carbono.
El Dr. Jesús Alan Elizondo, director general de FIRA, destacó: “El compromiso de FIRA es facilitar el acceso al mercado de carbono para los pequeños productores, aprovechando nuestra fortaleza para la generación de economías de escala y nuestra capacidad para incidir en el sector financiero. Nuestro programa Sustenta+ busca reducir la fertilización química e incentivar el uso de bioinsumos mediante incentivos positivos como reembolsos en tasa, garantías y asistencia técnica. Esto abre la oportunidad para la captura de carbono en suelo y la emisión de certificados de carbono.”
Su éxito dependerá de marcos normativos claros, transparencia en la medición y verificación, la participación y el compromiso de las instituciones financieras para ampliar su alcance y equidad.
Durante su intervención, el Dr. Montenegro comentó que los mercados de carbono pueden convertirse en un puente entre la ciencia, las finanzas y la acción climática. “Si logramos que los productores accedan a estos mecanismos con reglas claras y medición confiable, el campo latinoamericano será parte activa de la solución global a los desafíos climáticos”, afirmó.
Políticas públicas: habilitar la acción climática
Las políticas públicas son fundamentales para escalar la transición hacia sistemas agroalimentarios bajos en carbono. La participación de autoridades de la Secretaría de Agricultura en el foro reforzó el compromiso del Gobierno de México con el financiamiento verde, la agregación de valor y la sustentabilidad productiva, ejes que permiten alinear incentivos, innovación y colaboración interinstitucional.
“La colaboración y la transferencia tecnológica son esenciales para que la recarbonización de los suelos se traduzca en resultados tangibles. Desde los gobiernos estatales debemos impulsar políticas públicas y marcos regulatorios que permitan a los productores acceder a incentivos y beneficios económicos por las prácticas sostenibles que implementan en el campo”, señaló Margarita Galeana Torres, secretaria de Desarrollo Agropecuario del Estado de Morelos.
En las discusiones se resaltó la necesidad de construir marcos regulatorios sólidos y alianzas regionales que impulsen un entorno favorable para la inversión climática en el agro.
Un llamado a la acción colectiva
El foro cerró con un mensaje unánime: la recarbonización de los suelos agrícolas es una tarea colectiva que requiere el compromiso de productores, empresas, instituciones financieras, gobiernos y centros de investigación.
La Dra. Sarah Hearne hizo un llamado a transformar la colaboración en acción concreta: “Debemos pasar del diálogo a la acción. Este foro busca transformar las ideas y la innovación en compromisos concretos, nuevas alianzas y mejores formas de trabajar junto con productores y actores de la cadena de valor para recarbonizar los suelos y descarbonizar los sistemas agroalimentarios.”
IICA, FIRA y CIMMYT reiteraron su disposición a seguir impulsando la ciencia, la innovación y los mecanismos de financiamiento que permitan devolver carbono al suelo, fortalecer la resiliencia del campo y acelerar la transición hacia sistemas agroalimentarios sostenibles y competitivos.
Entre tanto, el Dr. Montenegro concluyó que la recarbonización de los suelos no es solo una meta técnica, sino una causa compartida: “En el IICA creemos que la cooperación es la vía para transformar los sistemas agroalimentarios y generar bienestar en los territorios rurales”, sostuvo.
El suelo es el punto de partida de cualquier futuro sostenible; invertir en la ciencia, en soluciones financieras y en alianzas que impulsen acciones concretas para restaurar su salud es invertir en nuestra seguridad alimentaria, coincidieron los organizadores.