
San José, 1 de octubre de 2025 (IICA) – La inteligencia artificial (IA) marca una ruta para transformar la agricultura de América Latina y el Caribe (ALC) y para su adopción es crucial el acceso a datos de calidad, conectividad digital, capacitación de los productores, mayor inversión en investigación, desarrollo e infraestructura tecnológica, creación de cultura institucional y de innovación, así como marcos éticos y regulatorios claros que generen confianza y garanticen un uso responsable.
Así se expuso en el evento Innovando el agro con IA: de la visión a la acción, que marcó el cierre de la Semana de la Agricultura Digital (SAD) 2025, organizada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), CAF-Banco de desarrollo de América Latina y El Caribe, Bayer, el Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y AgroIndustrial del Cono Sur (PROCISUR), la Universidad de Córdoba de España y AWS.
El encuentro, denominado Día de la IA en la SAD 2025, reunió a más de 200 participantes en formato híbrido (presencial-virtual), entre expertos, académicos, investigadores y funcionarios del IICA, con el objetivo de sensibilizar sobre el potencial transformador de la IA en el sector agrícola.
Durante dos días de actividades se presentaron experiencias reales, tecnologías emergentes y reflexiones estratégicas sobre el uso de la inteligencia artificial en el agro, a través de nueve ponencias de alto nivel, en las que se abordaron diversos temas vinculados con agricultura de precisión, automatización, uso de datos, conectividad, productividad, sostenibilidad y cultura organizacional, entre otros.
En las ponencias, se puso en evidencia que la IA ya es una herramienta presente en la producción agropecuaria, con aplicaciones que van desde el riego inteligente y el monitoreo de cultivos mediante drones, hasta el uso de sensores de bajo costo y modelos de predicción climática.
Los especialistas coincidieron en que la clave está en desarrollar soluciones abiertas, escalables y adaptadas a las realidades locales, para que los productores se conviertan en protagonistas de la transformación digital en la región, y que la IA debe empoderar y no excluir.
“La región debe apropiarse de estas tecnologías, desarrollándolas de manera abierta, accesible y adaptada a su realidad. Democratizar el conocimiento es clave para avanzar, la tecnología no debe impresionar, debe empoderar, y cuando un agricultor se convierte en artífice de las soluciones y la IA amplifica sus capacidades, hablamos de una verdadera transformación”, resaltó Tomás de Camino Beck, Director de la Escuela de Sistemas Inteligentes de la Universidad Cenfotec de Costa Rica.
“La IA ya no es el futuro, es la herramienta del presente. Permite automatizar procesos, optimizar recursos y personalizar decisiones en el campo”, expresó a su vez Julián Mauro, Cofundador y Director de la agtech argentina Autoplants, una solución tecnológica que con el uso de inteligencia artificial facilita la optimización del uso del agua en la agricultura, al predecir lluvias, heladas o consumos de riego.
Durante la reunión, los expertos subrayaron además que los datos son el oro de la inteligencia artificial, y que su calidad, gestión y contextualización son esenciales para el éxito de cualquier modelo que se emplee.
“Los datos son el oro de la inteligencia artificial, sin información confiable, cualquier modelo pierde valor. Los modelos de IA se basan de datos, por lo que deben ser buenos, si no, se vuelven obsoletos y esto va de la mano del Internet de las Cosas (IoT). El diálogo y el trabajo interdisciplinario es también indispensable para el desarrollo de soluciones o modelos de inteligencia artificial para innovar en la agricultura”, argumentó Jesús Bejarano Quesada, Profesor de la Escuela de Ingeniería de Biosistemas de la Universidad de Costa Rica (UCR).
“La IA y el IoT son simbióticos; juntos permiten tomar decisiones automáticas basadas en datos reales”, destacó Fulvio Lizano Madriz, profesor de la Universidad Nacional (UNA) y de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) de Costa Rica, quien en el evento presentó un prototipo de colmena inteligente para meliponicultura, capaz de medir temperatura, humedad, luminosidad y calidad del aire.
Y es que el uso de la IA aplicada a cultivos tuvo su espacio preponderante en las ponencias para demostrar que no hay que temer a la utilización de estas herramientas tecnológicas.
Fabián Fallas Moya, profesor e investigador de la UCR y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) presentó PineSORT, un sistema de drones para el conteo de piñas, con el cual se puede planificar cosechas con mayor precisión, mientras que Rodrigo Herrera Garro, Cofundador y Director de Tecnología de AinnovaTech, mostró una solución para el conteo automatizado en la floración del mismo cultivo.
“La democratización del conocimiento es esencial para escalar soluciones como esta. Acercar más la academia y la industria nos puede abrir más puertas en América Latina, también, se requiere de inversión, otro de los grandes retos”, aseguró Moya.
“La IA nos ayuda a unir mundos: medicina, agricultura, ingeniería, etc. Lo importante es tener datos de calidad y voluntad para innovar. El agricultor está anuente a probar, no cierra las puertas, eso da oportunidades”, acotó por su lado Garro.
Aliada, no amenaza
A su vez, Adrián Miranda Cordero, Ingeniero Senior de Soluciones en Cloudera, hizo un llamado a que no le “temamos al uso de la IA”. “La tecnología no es enemiga, es una aliada para tomar mejores decisiones”, señaló.
En el evento se destacó también que la conectividad sigue siendo una de las mayores barreras. Superar la brecha digital en el medio rural será fundamental para garantizar que las herramientas de inteligencia artificial lleguen efectivamente a los agricultores.
Otro eje de análisis fue la necesidad de marcos éticos y regulatorios que acompañen la adopción tecnológica, y fomentar la inversión pública y privada en investigación y desarrollo para que ALC no quede rezagada en la generación de conocimiento.
“La inversión pública en I+D es clave para que la IA genere bienestar y no profundice desigualdades, activar a todos los sectores de la sociedad; necesitamos de ese esfuerzo sistemático, un marco regulatorio a nivel regional, integrarnos más también a nivel de acceso a fondos. La inteligencia artificial puede acelerar la innovación, pero sin políticas públicas claras, la región quedará rezagada”, advirtió Saúl Calderón Ramírez, profesor e investigador de la Escuela de Ingeniería en Computación del TEC.
Emmanuel Picado, gerente de Tecnologías de Información y Comunicación y Agricultura Digital del IICA, concluyó que el tema de la IA es fundamental para el Instituto, por lo que el compromiso es ir más allá de la visión y pasar a la acción, para que la inteligencia artificial se convierta en un motor de inclusión, productividad y resiliencia en la agricultura de las Américas.
“Debemos aprender más, capacitarnos, crear, queremos fomentar y construir una cultura de innovación aprovechando la IA”, cerró.
Más información:
Emmanuel Picado, gerente de Tecnologías de Información y Comunicación y Agricultura Digital del IICA.
emmanuel.picado@iica.int