Nombre: Luz Karime Atencia Payares
Estudios/Máster: Grado en Ingeniería Agrícola (UPM) y Máster en Estrategias y Tecnologías para el Desarrollo (UPM y UCM)
Universidad: Universidad Politécnica de Madrid y Universidad Complutense de Madrid
Ciudad/País de la pasantía: San José – Costa Rica
¿En qué área/programa estás desarrollando tu pasantía y qué tareas realizas?
Las pasantías se enmarcan en el programa de Bioeconomía y Desarrollo Productivo, uno de los 5 programas centrales de la cooperación técnica del IICA.
La línea de trabajo de estas pasantías se enfocaba en el conocimiento y aplicación de las tecnologías disruptivas como herramientas de aprovechamiento de biomasa residual en cadenas agrarias, además de su contribución para el desarrollo de la bioeconomía.
¿Por qué decidiste aplicar al IICA para hacer tus prácticas?
Considerando el marco en el que se desarrolla el máster, es decir, en el cumplimiento de la Agenda 2030; el programa de bioeconomía del IICA ofrecía la oportunidad de estudiar y conocer aquellas tecnologías que serán claves para el futuro de la bioeconomía, además, la propia OCDE se refiere a la bioeconomía como una herramienta clave para lograr un crecimiento económico más sostenible y equitativo hacia 2030. Por tanto, la relación entre los estudios realizados y el trabajo de esta institución se presentaban más que acertadas para contribuir en el desarrollo de mi futuro profesional.
¿Habías estado antes en esta ciudad? ¿Por qué la elegiste para vivir y formarte?
Nunca antes había estado en San José, por lo que fue una grata sorpresa para mí el haber podido vivir ahí durante los meses de mi pasantía. La elegí principalmente porque es en esta ciudad donde se encuentra la sede principal del IICA, gran oportunidad que no podía desaprovechar, conocer desde el mismo centro de operaciones cómo se llevan a cabo las decisiones más trascendentales en la cooperación técnica me parecía una enseñanza sin precedentes, así mismo, en esta sede tenía lugar el desarrollo de programas que apostaban por la agricultura sostenible y resiliente de gran relevancia en la actualidad y concretamente de gran importancia para mi desarrollo profesional como Ingeniera agrícola; así como un profundo y valioso conocimiento sobre el nuevo paradigma de desarrollo económico como la bioeconomía.
¿Cómo ha influido esta pasantía en adquirir nuevas competencias y desarrollar tus habilidades profesionales y personales?
Me ha enseñado el verdadero trabajo en equipo; cómo las distintas visiones de cada miembro del equipo eran escuchadas y valoradas contribuyendo a la consecución de los objetivos del programa; además de tener un ambiente de trabajo en el que todos, indistintamente del rango, eran tratados con amabilidad y respeto; incluso yo como becaria, pude sentirme en todo momento parte del equipo, sin que mi estatus limitara el trabajo del programa.
Por otro lado, comprendí la importancia de saber comunicar; tanto los académicos, los políticos o los directores de proyectos deben saber comunicar sus ideas para que de esta forma salga adelante cualquier iniciativa o proyecto. Sobre todo en el mundo de la cooperación donde es común encontrar trabajos en la que la colaboración y la comunicación de distintos actores son clave para conseguir resultados eficientes y sostenidos en el tiempo.
¿Qué es lo que más te gustó de tus prácticas y de vivir en el extranjero? ¿Se lo recomendarías a tus amigos?
Lo que más me gustó de las prácticas fue el buen trato y la simpatía entre todos y cada uno de los trabajadores, desde el personal de mantenimiento hasta los grandes directivos. Considero que es una cualidad clave en cualquier organización de que todo el personal se encuentre a gusto y seguro en su trabajo, cosa que reflejaban día a día en su trato con los demás. Por otro lado, trabajar en este tipo de organizaciones me permitió conocer gente de todos los países de Latinoamérica y el Caribe, conocer sus costumbres y su cultura, principalmente de los costarricenses; personas amables y respetuosas que abrieron sus brazos y me aceptaron sin ninguna reserva.
Creo que lo mejor de vivir en el extranjero es descubrirte a ti mismo, es una forma de empezar de cero y poner a prueba tu capacidad de adaptación y aceptación de otras culturas, de aprender y crecer con ellas, de enfrentarte a situaciones completamente distintas que ayudan a enriquecerte como persona.
Considero que oportunidades como esta no deberían dejarse escapar, por lo que nunca dudaría el recomendar este tipo de experiencias. Creo que todos deberíamos tener la posibilidad de enfrentarnos a este tipo de vivencias por lo menos una vez en nuestras vidas.