El aumento de olas de calor, sequías e inundaciones ya ha superado los umbrales de tolerancia de muchas especies, fenómenos que pueden ser simultáneos y que generan impactos en cascada cada vez más difíciles de controlar. Estas situaciones exponen a inseguridad alimentaria e hídrica a los países de las Américas.
San José, 29 de mayo de 2023 (IICA). En América Latina y el Caribe, las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático deben incrementarse y generar resultados más rápidamente, pues los impactos del fenómeno sobre las poblaciones más vulnerables crecen en forma más veloz que las respuestas en la región, de acuerdo con especialistas participantes en un seminario web organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Secretaría Ejecutiva del Consejo Agropecuario Centroamericano (SECAC).
En el evento, Edwin Castellanos, miembro del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas inglés) para Latinoamérica, expresó que el aumento de olas de calor, sequías e inundaciones ya ha superado los umbrales de tolerancia de muchas especies, fenómenos que pueden ser simultáneos y que generan impactos en cascada cada vez más difíciles de controlar.
Estas situaciones exponen a inseguridad alimentaria e hídrica a millones de personas en regiones como el Triángulo Norte Centroamericano (Guatemala, El Salvador y Honduras), el Cono Sur del hemisferio y otras partes del mundo.
El aumento de la temperatura por acciones provocadas por las personas, como las emisiones de combustibles fósiles, afectan los patrones de lluvias y esto causa problemas en la producción de alimentos, la disponibilidad de agua y consecuentemente en la salud, afirmó Castellanos en el seminario Impactos del Cambio Climático para la región y el sector agropecuario: Resumen del 6° Informe del IPCC, transmitido en las redes sociales del IICA.
“También se presentan problemas en las ciudades, pero especialmente en las zonas costeras, donde están sufriendo inundaciones y pérdidas de infraestructura, lo que provoca una disminución en la productividad económica del planeta”, agregó.
“Si logramos cumplir con lo establecido en el Acuerdo de París y reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero para que la temperatura no aumente más de 1.5ºC, podríamos estar en un escenario optimista; pero si todas estas negociaciones, que llevan más de 30 años no logran tener efecto, y seguimos con aumentos en las emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento de temperatura podría llegar a 3ºC o 4ºC, alcanzando puntos de inflexión en los que los ecosistemas o el planeta cambiaría su estructura, su forma de funcionar”, sentenció.
De acuerdo con el especialista de nacionalidad guatemalteca, invitado por IICA y SECAC, todavía hay esperanza para llevar adelante iniciativas adecuadas. “Cualquier acción climática que se realice para mitigar o adaptar traerá cobeneficios; por ejemplo, si se reduce la deforestación y se aumenta la cantidad de bosques en el planeta, no solo se atacan los impactos del cambio climático, sino que se aumenta el hábitat para la biodiversidad, se regulan los ciclos hídricos y se reduce la erosión, como explica el sexto informe del IPCC”, expresó.
Ricardo Montero, coordinador técnico regional de la SECAC, mencionó que el sexto informe del IPCC señala que existe un camino propuesto para la acción climática, en el que los países del mundo deben integrar esfuerzos para disminuir las emisiones de gases contaminantes.
“En este contexto, el IICA actúa como puente entre todos sus países miembros, apoyándolos en sus esfuerzos por lograr la acción climática y destacando los espacios propicios para elevar la participación del sector agropecuario en la institucionalidad global del cambio climático”, comentó Montero.
Edwin Castellanos, del IPCC, consideró que buena parte de la gestión climática tendría que ver con el buen manejo del agua para que no haya afectación en la producción de alimentos y en la vida de las personas. Para esto, dijo, hay opciones sencillas para optimizar el uso del recurso hídrico como almacenar agua, conservar las fuentes de agua e implementar sistemas de riego con tecnologías simples y baratas, al alcance de pequeños productores.
En su criterio, también hay que aumentar el financiamiento para acciones de mitigación y adaptación. El nivel de financiamiento necesario para reducir emisiones y asegurar que el aumento de la temperatura se mantenga por debajo de los 2ºC, debe ser tres a seis veces más alto que el actual, para lo que se necesita compromiso político, en especial de los países más desarrollados, y una gobernanza inclusiva de los sistemas de decisión climática.
“Esta década es muy importante para tomar acción, no solo para reducir emisiones sino para incrementar acciones de adaptación”, explicó el experto.
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