Así lo plantearon los empresarios Gustavo Grobocopatel, de Argentina, y Bosco de la Vega, de México, en un llamado a fortalecer el multilateralismo ante los enormes retos que plantea la pandemia de Covid-19.
San José, 30 de septiembre de 2020 (IICA). Reconocidos actores del sector privado agroalimentario coincidieron en que la región de América Latina y el Caribe necesita una mayor convergencia entre empresas y gobiernos para atender los desafíos planteados por la crisis sanitaria.
Así lo expresaron los empresarios Gustavo Grobocopatel, presidente del argentino Grupo Los Grobo, y Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario de México. Ambos, convocados por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), expusieron la necesidad de una nueva y cercana relación entre los sectores público y privado para hacer frente a los enormes retos que en materia de alimentación, comercio, salud, empleo y educación plantea la pandemia de Covid-19.
“Tenemos que estar organizados de una manera diferente. El sector privado es el que puede aportar capacidad de innovación, de transformación, creatividad, esa capacidad de adaptarse a los cambios que muchas veces el Estado no tiene”, dijo Grobocopatel en un diálogo moderado por el Director General del IICA, Manuel Otero.
Los expertos coincidieron en que la agricultura se ha convertido en un bastión de la recuperación económica, pero requiere de una estructura renovada y un relevo generacional para el que las compañías, los organismos internacionales y los Estados aún tienen mucho camino por recorrer.
El empresario mexicano indicó que “los organismos internacionales, basados en la propia experiencia de las naciones, han demostrado que una de las características de los países más exitosos en la inserción internacional ha sido la forma en que los sectores público y privado se potencian mutuamente en la búsqueda de nuevas oportunidades para el crecimiento”.
Así, “las alianzas público-privadas para el desarrollo de agronegocios, a las que es necesario fortalecer en sintonía con las recomendaciones de los organismos internacionales como el IICA, se presentan como un mecanismo institucional importante para acceder a recursos adicionales, compartiendo riesgos y haciendo frente a dificultades, en favor todo esto del desarrollo sostenible”, agregó De la Vega.
Es mediante el multilateralismo y la cooperación entre diferentes sectores que será posible avanzar en la construcción de las soluciones que trascienden fronteras ante problemas cuyos alcances exceden la capacidad de acción de países y agentes locales, coincidieron los empresarios.
“Los bienes públicos supranacionales van a ser cada vez más importantes porque los temas, pues nos cruzan a todos, y con esa consigna es que tenemos que seguir trabajando”, expresó a su vez Manuel Otero.
En el conversatorio se destacaron los esfuerzos en la construcción de oportunidades de trabajo, negocios y bienestar para los jóvenes, uno de los grupos más afectados en materia de empleo durante la pandemia.
Los panelistas concordaron en que la región requiere de una mayor diversificación de su cartera de productos agrícolas, transitando hacia aquellos que generen más rentabilidad, e incorporar un alto nivel de innovación tecnológica porque es ahí donde existe un nicho comercial considerable para las nuevas generaciones.
“Los jóvenes y pequeños agricultores pueden ser grandes empresarios mañana con cultivos de alto valor agregado y creo que es así como América puede conquistar al mundo y podemos generar bienestar en nuestra región”, mencionó De la Vega.
“Combinado con productividad, competitividad y diversificación de mercados, innovación, tecnología, responsabilidad ambiental, responsabilidad social, haremos un mejor mundo”, añadió.
De acuerdo con los participantes, la tecnología va a ser un jugador protagónico para garantizar el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y una comunidad más fuerte y sólida de agricultores.
“Hay toda una convergencia tecnológica que va a cambiar la forma de hacer agricultura en el mundo, por un lado; por otro lado, viene una serie de transformaciones en la forma de organizarnos”, dijo Grobocopatel.
De acuerdo con el empresario argentino, en la post pandemia se visualiza una nueva y fortalecida ola de asociativismo e interconexión entre actores para enfrentar desafíos comunes y participar más efectivamente en los mercados internacionales, algo en lo que los organismos internacionales tienen un papel clave, de puente, transfiriendo visiones, conocimientos y anhelos de personas, sectores de interés y países.
“Si nosotros pudiéramos tener más conexión con los productores y tener un flujo de vínculos más dinámicos, estoy seguro que saldrían muchísimas oportunidades de crear valor conjuntamente. Muchas veces los empresarios estamos muy focalizados en nuestros propios problemas operativos y necesitamos instituciones como el IICA que nos den esta oportunidad o estos espacios, de vínculos”, dijo el presidente de Los Grobo.
Ambos panelistas reconocieron el papel que juegan instituciones como el IICA en la construcción de soluciones que resuelvan desafíos que trascienden las fronteras.
“Estoy seguro que el continente va a dar un salto de madurez, hacia la responsabilidad ineludible que tenemos de ser garantes de la seguridad alimentaria nutricional, con aportes también muy importantes en el plano ambiental para todo el planeta”, dijo el Director General del IICA.
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