Labor del IICA, SEGIB y RED LATN ayudaría a países centroamericanos y andinos a aplicar políticas y medidas que contribuyan a asegurar la alimentación de sus habitantes y a que agricultura y comercio amortigüen impactos del cambio climático.
San José, Costa Rica, 14 de setiembre de 2011 (IICA). Un equipo apoyado por el IICA, la Oficina de Representación para Centroamérica y Haití de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y RED LATN analizará por primera vez las interrelaciones entre la seguridad alimentaria, los impactos del cambio climático y el comercio en Centroamérica y la zona andina, para apoyar la formulación de políticas articuladas en estas tres áreas.
Los resultados de esta iniciativa que se promueve serán puestos a disposición de los países de la franja tropical de América Latina, que podrán incorporarlos en sus estrategias de adaptación de la agricultura al cambio climático, disponibilidad de alimentos para la población, reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y comercio agroalimentario.
De acuerdo con el Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Víctor M. Villalobos, el agotamiento de la frontera agrícola obliga a encontrar vías para aumentar la productividad de los cultivos, que al mismo tiempo garanticen el acceso a alimentos y hagan un uso eficiente del agua y el suelo.
“En el IICA apostamos a la innovación y precisamente este taller nos proveerá de una propuesta innovadora que incorpora el comercio a dos temas que ya acaparan la agenda internacional, como son el cambio climático y la seguridad alimentaria”, afirmó.
Villalobos y representantes del IICA, SEGIB y Red Latinoamericana de Política Comercial (RED LATN), así como la Viceministra de Ambiente de Costa Rica, Ana Lorena Guevara, participaron, junto con otros 40 expertos, en un taller en la sede central del Instituto, donde se analizó el programa de investigación.
“Para asegurar la alimentación también hay que garantizar ingresos a los productores. El comercio debe facilitarse, pero no puede impedir hacer frente a las necesidades alimentarias de los pueblos”, afirmó la Viceministra Guevara.
En criterio de la Directora de la Oficina para Centroamérica de la SEGIB, Doris Osterlof, y del coordinador del nodo centroamericano de la Red LATN, Juan Manuel Villasuso, es la primera vez que en la región se investigan las relaciones entre cambio climático, seguridad alimentaria y comercio.
Villasuso expresó que nuevas áreas de trabajo surgen a partir del “crecimiento verde” requerido para enfrentar los retos del cambio climático y del desarrollo inclusivo.
Osterlof señaló que el objetivo es contribuir con la interacción de las políticas que emanen de organismos nacionales y regionales responsables de agricultura, comercio y cambio climático.
Distorsiones mundiales
“El comercio y la agricultura más que objetivos en sí mismos, son instrumentos para resolver los problemas de la seguridad alimentaria”, consideró el ex-Director General del IICA, Martín Piñeiro.
En su opinión, el cambio climático es un desestabilizador en esa relación, porque la agricultura es una de las actividades más emisoras de GEI y a la vez debe adaptarse al cambio en el clima.
Para reducir las emanaciones de gases, los países han impuesto límites al crecimiento industrial y esto afecta la distribución internacional del ingreso, costo que pagan sobre todo las naciones menos desarrolladas.
Además, la volatilidad en los precios internacionales de los alimentos ha provocado que las naciones respondan con medidas comerciales defensivas que dificultan el acceso de los consumidores a estos bienes básicos.
Los precios de los commodities (arroz, soya, trigo y otros), cuyo pico más alto fue en el 2008, seguirán elevados, lo que beneficia a los estados que dominan la oferta mundial, como Brasil, Argentina y EE. UU., y perjudica a grandes importadores como México y la Unión Europea.
“El comercio empieza a estar gobernado por ‘elefantes’ o ‘grandes jugadores’, lo que hagan tendrá impacto sobre los precios y la seguridad alimentaria”, acotó Piñeiro.
Aprovechar la biodiversidad
La investigación planteada por IICA, SEGIB y RED LATN cobra vigencia hoy porque los efectos negativos del cambio climático en la agricultura y la seguridad alimentaria se están viendo más rápido de lo que se pronosticaba, afirmó David Williams, coordinador del Programa de Recursos Genéticos del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR, por sus siglas en inglés).
Para este investigador, el cambio climático aumentará la interdependencia de los países para abastecerse de los recursos genéticos de su biodiversidad, que serán utilizados para adaptar al agro a las nuevas condiciones.
“La biodiversidad en las Américas es única en el mundo. Es una fortaleza compartida, sus recursos genéticos tienen que estar en el centro del nuevo paradigma de la agricultura”, indicó Williams en el taller efectuado en el IICA.
Según este especialista, las nuevas tecnologías que permiten aprovechar la diversidad genética deben estar disponibles para los pequeños productores, para lo cual hay que fortalecer las capacidades institucionales de apoyo a los sectores agrícolas y rurales.
“Hay que explorar mecanismos alternativos para fortalecer los intercambios de semillas y conocimientos. Eso antes lo hacían los mercados”, añadió el investigador de CGIAR.
Durante el encuentro, organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), FAO, CEPAL, IFPRI y las agencias de cooperación alemana GIZ y española AECID presentaron sus visiones sobre el tema e iniciativas que ya está apoyando en la región.
Más información:
rafael.trejos@iica.int
DOsterlof@segib.org
jmvilla@racsa.co.cr