En representación del gobierno de Brasil, la secretaria Miranda participó en el lanzamiento del documento en el pabellón Casa de la Agricultura Sostenible de las Américas, que el IICA instaló en la COP28 como forma de visibilizar los esfuerzos que la agricultura regional lleva a cabo para la mitigación y adaptación al calentamiento global.
Dubái, 4 de diciembre de 2023 (IICA) – El enfrentamiento a narrativas críticas del impacto climático de nuestra ganadería debe hacerse a través de un solo camino, que es el de los datos, afirmó la Secretaria de Innovación, Desarrollo Sustentable, Irrigación y Cooperativismo del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil, Renata Miranda, al destacar el documento sobre producción ganadera presentado en el pabellón del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) instalado en la COP28, la cumbre climática de la ONU que se realiza en Dubái.
El estudio, plasmado en el documento “Ganadería bovina y cambio climático en las Américas: hacia modelos de desarrollo bajos en carbono”, de autoría del científico argentino Ernesto Viglizzo, advierte que las publicaciones que atribuyen a la ganadería bovina una parte significativa de la responsabilidad sobre el cambio climático son equivocadas porque le adjudican emisiones que no le corresponden, provenientes de otros sectores de la economía, como el industrial, el transporte, el residencial, la distribución o el consumo doméstico.
Viglizzo, un referente internacional en temas de ganadería, suelos y cambio climático doctorado en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y miembro de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria de Argentina, ha disertado acerca de la problemática climática y ambiental de las Américas en las universidades de Harvard, Oxford y universidades de Latinoamérica, y es un frecuente invitado como editor y coeditor de prestigiosas editoriales científicas internacionales como Springer-Nature y Elsevier.
Según Viglizzo, la ganadería bovina tiene un impacto mucho menor sobre el calentamiento global al que se alega si se miden las emisiones de gases de efecto invernadero que efectivamente le corresponden, las del período de cría de animales, y se excluyen las que le adjudican, que provienen de otros sectores de la economía.
El investigador indica en el estudio, también, que solo las emisiones de la actividad ganadera son las que deberían imputarse a las cadenas de la carne bovina y que un productor ganadero no puede cargar sobre sus espaldas emisiones que no dependen estrictamente de sus actividades.
En representación del gobierno de Brasil, la secretaria Miranda participó en el lanzamiento del documento en el pabellón Casa de la Agricultura Sostenible de las Américas, que el IICA instaló en la COP28 como forma de visibilizar los esfuerzos que la agricultura regional lleva a cabo para la mitigación y adaptación al calentamiento global.
Allí señaló que “estamos con una sobrecarga de informaciones permanente de cuánto la producción ganadera afecta e influye en el cambio de clima. Estamos siendo bombardeados con eso como si la ganadería fuese el villano del clima. El informe trae números claros y es un trabajo muy bien hecho que muestra que esto no es así”.
Y añadió: “Deberíamos estar discutiendo cuánto la producción de alimentos y la ganadería están siendo afectados por los eventos climáticos extremos que comprometen nuestra capacidad de ofrecer alimentos a la población”.
La funcionaria explicó que “muchas veces escuchamos la narrativa de los países europeos o países que trabajan con una ganadería intensiva, en confinamiento, modelos bien diferentes de los nuestros, y este trabajo de Viglizzo hace una comparación de los modelos extensivos con ese modelo intensivo en términos de emisión, dejando muy claro que no nos deben enseñar cómo hacer ganadería, porque nuestros modelos de manejos tienen un impacto mucho más positivo, con posibilidad de compensar las emisiones de carbono más que esos modelos tipo feedlots”.
Además, remarcó que “el trabajo está muy alineado con nuestra política pública en Brasil, y tenemos que insistir en todos los foros, como lo hicimos recientemente en la Conferencia de Ganadería Sustentable de la FAO, en que son varios los modelos de ganadería en el mundo y no hay como definir un patrón. Cada país tendrá que buscar el modelo más eficiente en términos productivos y climáticos, respetando las características locales”.
Miranda también subrayó la importancia del papel del IICA en la promoción y difusión de prácticas sustentables.
“El enfrentamiento a narrativas críticas del impacto climático de nuestra ganadería se debe hacer a través de un solo camino, el de los datos. Por eso este estudio es tan importante. Cuando hay datos bien construidos, consolidados, con ciencia, y se publican, haciendo una comunicación correcta de esto, se obtiene reconocimiento. Hoy la agricultura del sur debe invertir más rápidamente en ciencia, generando datos, generando documentos de alto impacto, y poniendo esto en los foros donde se discute y se decide sobre las mejores prácticas”, comentó.
Y concluyó: “El IICA tiene un papel fundamental en la articulación entre los países de América y de estos con los agentes de financiamiento. El IICA es entonces un socio clave, creando puentes, para la construcción de resultados de gran impacto regional”.
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