Mediante videoconferencias y otros recursos, el IICA promueve el uso de las tecnologías de la información y la comunicación para difundir nuevos enfoques en temas cruciales de la agricultura de las Américas.
San José, Costa Rica, 16 de agosto, 2011 (IICA). Dos organizaciones de Nicaragua y una de El Salvador compartieron con productores de Centroamérica y República Dominicana, sus experiencias en la implementación de mejores prácticas agroempresariales para mejorar la vinculación a los mercados, los encadenamientos y la agregación de valor.
El intercambio se produjo como parte de la Iniciativa Centroamericana para la Vinculación de Pequeños Productores Agropecuarios a los Mercados, ejecutada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Unidad Regional de Asistencia Técnica (RUTA) y la Secretaría Ejecutiva del Consejo Agropecuario Centroamericano (SECAC).
Mediante una videoconferencia, representantes de la Asociación de Productores de Santa Lucía (ASOPROL) y NICARAOCOOP, ambas de Nicaragua, y la organización Cadena de la miel de El Salvador, expusieron cómo han logrado vincularse a los mercados nacional e internacional y desarrollar agronegocios, al actuar como bloques de productores en lugar de hacerlo en forma aislada.
Lograr este tipo de vinculación es parte de los objetivos del programa de concentración técnica de Agronegocios y Comercialización del IICA.
“El Instituto hace un esfuerzo por establecer mecanismos ágiles de intercambio de información y experiencias en el acceso a mercados. Esto permitirá aumentar la productividad agrícola, la cual tiene como secuencia lógica el desarrollo rural”, aseguró el Director General del IICA, Víctor M. Villalobos.
La iniciativa del IICA, RUTA y SECAC, dirigida a pequeños productores y surgida hace más de un año, pretende fortalecer la relación entre empresas agrícolas y sus mercados actuales y potenciales, explicó el gerente del programa de Agronegocios y Comercialización, Miguel García.
Marcelo Núñez, especialista de este programa, indicó que mediante el uso de la tecnologías de la información y la comunicación se ponen a disposición de los países centroamericanos enfoques novedosos en temas como la sanidad agropecuaria, la inocuidad y calidad de los alimentos, los instrumentos financieros y la gestión del riesgo.
Para Rónald Meza, representante de RUTA, el intercambio de experiencias también permite identificar posibilidades de mejora en las instituciones agrícolas del istmo y República Dominicana, dentro de la Estrategia Centroamericana de Desarrollo Rural Territorial (ECADERT).
Casos de éxito
En Nicaragua, ASOPROL agrupa a unos mil productores de frijol, quienes reciben semillas certificadas y tienen garantizado el acopio de su cosecha, pues la venta se contrata previamente, a precios diferenciados, con empresas comercializadoras.
La organización brinda financiamiento a los agremiados, servicios poscosecha, asesoría comercial y transferencia tecnológica, entre otros beneficios; pero se enfrenta al reto de modernizar las variedades de semilla y agregar valor a los frijoles que comercializa, por ejemplo, mediante la venta de frijoles molidos enlatados.
También en este país, NICARAOCOOP funciona como una cooperativa de tercer grado, es decir, reúne a grupos que al mismo tiempo son integrados por gremios de productores. Se enfoca en la venta de ajonjolí y miel, sobre todo en el mercado interno.
Los cerca de 2000 socios producen ajonjolí certificado como orgánico y de comercio justo, que junto con la miel exportan a Estados Unidos, resto de Centroamérica y la Unión Europea.
Integrar la cooperativa ha permitido a los pequeños agricultores costear las exigencias de las certificaciones, diversificar mercados y vender bajo una única marca (Vida natural) dentro de Nicaragua, donde se dirigen a compradores de estrato económico medio y medio alto.
Por último, la Cadena de la miel de El Salvador se basa en el empuje de una empresa que ejerce liderazgo entre los productores, conocida como “empresa tractora”. Esta compañía, llamada Joya de Cerén, pide a sus proveedores cumplir estándares de limpieza, humedad de la miel, trazabilidad, ausencia de residuos químicos y envases inocuos, entre otros.
Los 320 miembros de la organización también producen abejas reinas e insumos apícolas de madera y cera, que junto con la miel pueden vender a Joya de Cerén o a cualquier otra firma salvadoreña o internacional.
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marcelo.nunez@iica.int