Se busca que los líderes rurales cuenten con habilidades y capacidades para detonar procesos de desarrollo desde sus comunidades.
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, 2016 (IICA).- Pequeños productores, ganaderos, silvicultores y líderes comunitarios de cuatro regiones de Chiapas (Selva Lacandona, Sierra Madre de Chiapas, Selva Negra y Cintalapa) participaron en el encuentro “Fortalecimiento de las capacidades de liderazgo colaborativo de líderes rurales del sureste de México”, el cual tiene la intención de convertir a actores locales, en factores de cambio en sus comunidades.
El grupo integrado por 32 líderes silvicultores, ganaderos, pequeños agricultores y líderes comunitarios, recibieron del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) la capacitación que les permitirá identificar oportunidades de colaboración, contar con destrezas de liderazgo colaborativo, y diseñar y ejecutar soluciones innovadoras.
Esas capacidades de liderazgo podrán replicarlas con actores locales hasta contar con mujeres y hombres del mundo rural que apoyen el inicio de las transformaciones de los territorios en los que habitan.
El encuentro se realizó en San Cristóbal de las Casas y empleó la metodología “Desatando Energías Locales” (DEL), desarrollada por el IICA, la cual fue reconocida por los participantes y abrió la posibilidad para que la Comisión Nacional de Biodiversidad (CONABIO), la Asociación Civil Pronatura Sur, y el Centro de Formación para la Sustentabilidad Moxviquil, AC., exploren junto al IICA, oportunidades de colaboración, tanto a nivel nacional como internacional, para impactar en el desarrollo rural del estado mexicano de Chiapas.
El IICA considera que el fortalecimiento de las capacidades de liderazgo en los ámbitos regional, nacional y principalmente territorial, es indispensable para que los pobladores rurales sean protagonistas en la solución de los problemas que los afectan, apoderándose de las iniciativas y los procesos de desarrollo de sus comunidades y adquiriendo las habilidades y las destrezas requeridas para superar el círculo vicioso del paternalismo, el clientelismo y la dependencia.
Ello puede beneficiar al desarrollo de una agricultura competitiva y sustentable para las Américas, entendida como aquella que logra mejorar la productividad y la competitividad, que aumenta su capacidad para mitigar y adaptarse al cambio climático y para utilizar mejor los recursos naturales y que potencia su contribución al desarrollo de los territorios y al logro de la seguridad alimentaria y el bienestar rural.
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