Los precios de los principales productos básicos han subido a niveles aún mayores que los registrados durante la crisis del 2007-2008, desafiando a los países importadores netos de alimentos.
San José, Costa Rica, 3 de febrero, 2011 (IICA). – “Aquellos países de América Latina y el Caribe que son importadores netos de alimentos deben redoblar esfuerzos para mejorar su productividad y atenuar los impactos del cambio climático”, advirtió el Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Víctor M. Villalobos, en uninforme a los Ministros de Agricultura de las Américas sobre el alza en los precios de importantes productos básicos.
En estos momentos, hay incertidumbre en los mercados mundiales, volatilidad en los precios de los granos, y han reaparecido las preocupaciones por los impactos sociales que pueda tener esta situación, aún sin existir un consenso sobre si se trata de una nueva crisis alimentaria o si es la misma de 2007-2008 que ha reaparecido, al cabo de un impase.
El desafío más importante recae sobre los países importadores netos de los productos que se están encareciendo –donde se incluyen productos tropicales como café, cacao y azúcar, lácteos y cárnicos, que en la crisis del 2007-2008 no se vieron afectados— y, principalmente, para sus poblaciones de más bajos ingresos.
Ante este panorama complejo, el IICA plantea la necesidad de realizar un esfuerzo para aumentar los niveles de inversión en tecnología e innovación agrícola, con el fin de mejorar los rendimientos e incrementar la oferta global de alimentos para satisfacer la demanda que se duplicará hacia el 2050.
También señala la necesidad de tomar acciones para enfrentar la creciente variabilidad climática que contribuye a la volatilidad de los precios y para la adaptación a los efectos del cambio climático.
“Algunas otras acciones requieren de un esfuerzo coordinado a escala regional para mejorar la disponibilidad y acceso a información oportuna; coordinar reservas de productos, especialmente cereales; así como mejorar el funcionamiento y la transparencia de los mercados”, sostuvo Villalobos.
En agosto de 2010, el IICA dio a conocer un informe en el que alertó sobre la inestabilidad en los mercados mundiales del trigo, debido a problemas experimentados por Rusia. A inicios del 2011, las noticias confirman mayores y más generalizadas alzas que las de 2007-2008, las cuales están acelerando la tasa de inflación de los alimentos, impactando la gobernabilidad en países africanos y asiáticos y reavivando las preocupaciones por la seguridad alimentaria.
Los pronósticos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) indican que los precios seguirán al alza, mientras que el Banco Mundial prevé que la situación será menos severa al contarse con una mayor oferta global de trigo, maíz y arroz que la que había en 2007-2008.
Hay, además, ciertas diferencias con la crisis del 2007-2008, como un mayor stock de los principales commodities y que, en la actualidad, no se ha incrementado el precio del arroz.
Sin embargo, otros factores –como el crecimiento de la demanda global de alimentos, el aumento del precio del petróleo, la concentración de la producción y exportación de los principales productos agrícolas, la inestabilidad climática, políticas restrictivas al comercio y la especulación de precios— generan alerta ante una eventual crisis alimentaria y un llamado para tomar acciones inmediatas.
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