La investigación y el desarrollo agrícola en Latinoamérica han permitido luchar contra la pobreza y el hambre en otras regiones del planeta, dijo en conferencia magistral ante los Ministros de Agricultura.
San José, Costa Rica, 27 de octubre, 2011 (IICA). Las inversiones hechas por América Latina en investigación y desarrollo (I+D) de
la agricultura, y las innovaciones que esto ha producido, trascienden fronteras y contribuyen a la seguridad alimentaria en todo el orbe, de acuerdo con el experto de la Fundación Bill & Melinda Gates, Prahbu Pingali.
“Latinoamérica es muy importante en el proceso de transferencia global de tecnología y aún puede invertir muchísimo en sus propias innovaciones para ayudar al mundo en su lucha contra la pobreza y el hambre”, aseguró en Costa Rica el Subdirector de Desarrollo Agrícola de la Fundación Gates, durante el Encuentro de Ministros de Agricultura de las Américas 2011, efectuado en octubre en San José.
En una alocución cargada de optimismo hacia el papel de nuestra región, Pingali recordó que a partir de la segunda mitad del siglo XX las investigaciones de algunos países latinoamericanos para el mejoramiento de alimentos como el trigo, el maíz, el camote y la yuca fueron exportadas a naciones del sur de Asia y África subsahariana, permitiéndoles superar las hambrunas que los azotaban y, en el caso de la India y Pakistán, convertirse en territorios de autosuficiencia alimentaria.
“Las contribuciones de la innovación agrícola en América Latina también se han dado en agronomía, manejo de suelos, almacenaje poscosecha y educación”, expresó Pingali.
La forma en que estos avances, promovidos por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), coinciden con los objetivos de la Fundación Gates en Asia y África, fue el tema de la conferencia magistral del encuentro de ministros; cita organizada por el IICA con el auspicio del Gobierno costarricense.
Crecimiento integral
Las innovaciones agrícolas aumentaron el contenido proteínico y la resistencia a enfermedades y sequías de ciertos alimentos básicos en América Latina, pero también impulsaron las economías de algunos países de la región (como Brasil, Argentina y México), pues se incrementó el comercio agropecuario, de acuerdo con Pingali.
“La I+D en agricultura se complementó con inversión en infraestructura de transporte e irrigación, robustecimiento de mercados y mejoramiento de políticas”, aseveró el subdirector de desarrollo agrícola de la Fundación Gates.
Pingali destacó el trabajo de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA) en recuperación de suelos para la agricultura, por el cual este país ha podido aumentar su producción sin incrementar de manera significativa el área cultivada. En este caso, algunas innovaciones han sido el uso de semillas tolerantes a la alta acidez del suelo y la reducción de la labranza de las fincas, para permitir el aumento de biomasa en el terreno.
En África subsahariana, donde 83% de la tierra está degradada para la agricultura, la experiencia brasileña puede servir para incrementar la productividad de los cultivos, de acuerdo con Pingali, quien añadió que la inversión en I+D agrícola puede generar aumento en los rendimientos de entre 40% y 50%.
“Necesitamos encontrar maneras para aumentar las capacidades de investigación y desarrollo y llevar el conocimiento a los pequeños productores”, consideró el representante.
“La Universidad Earth en Costa Rica y el Zamorano en Honduras proveen una educación que conjuga la teoría y la práctica en agronegocios; sus estudiantes se gradúan conectados a las nuevas cadenas de valor. Esta orientación puede ser útil en África”, recalcó.
“En la Fundación Gates sabemos que la innovación aumenta la productividad de la agricultura y que esta puede convertirse en un motor para la economía, al tiempo que puede reducir la pobreza y el hambre”, manifestó Pingali. “Por eso, buscamos construir alianzas para llevar las innovaciones de América Latina a otras geografías”, expresó.
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