El Premio Mundial de Alimentación 2014, Sanjaya Rajaram, puntualizó las acciones que debe ejecutar el sector agrícola para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, en una conferencia organizada por el IICA.
San José, 23 de noviembre, 2016 (IICA). A diario 800 millones de personas en el mundo carecen de alimentos. Incrementar la productividad agrícola y fortalecer programas de mejoramiento genético forman parte de las soluciones para reducir esta cifra y hacerle frente a un reto cada vez más desafiante: alimentar al mundo.
Estas son algunas de las conclusiones de la conferencia: Una respuesta global para lograr los objetivos de desarrollo sustentable y enfrentar el cambio climático, efectuada en la sede central del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en Costa Rica.
El científico y fitomejorador, Sanjaya Rajaram, ganador del Premio Mundial de la Alimentación en 2014, fue quien dio la ponencia, y junto a autoridades del Instituto y el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Tabaré Aguerre, analizaron las principales acciones que debe implementar el agro para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional en el mundo.
“Se requiere de intervenciones en materia de fitomejoramiento dirigidas a aumentar la productividad de los cultivos. Necesitamos más inversión en tecnología de híbridos. Los cultivos modificados genéticamente están disponibles para los pequeños productores, quienes no precisan tecnologías diferentes, sino, una forma distinta de comunicárselas”, afirmó Rajaram.
Además del Premio Mundial de la Alimentación, el especialista ha recibido 98 distinciones y premios, como la Presea del Estado de México 2016, en reconocimiento a sus contribuciones a la investigación sobre la producción y el mejoramiento del trigo y a su sobresaliente trayectoria profesional como investigador de dicho cultivo a nivel mundial.
Aparte de fortalecer los programas de mejoramiento genético, los conferencistas coincidieron en que es fundamental adaptarse al cambio climático, mantener el carbono en el suelo, los bosques y los océanos, complementar la agricultura moderna con la orgánica y dotar a la agricultura familiar de invocación y tecnología, para garantizar el alimento al mundo.
“Fortalecer los programas de mejoramiento genético es la base para afrontar, con base en el conocimiento, este reto que aún estamos entendiendo en toda su dimensión. Hay que seguir apoyando a la agricultura familiar porque a través de ella podremos impactar en la seguridad alimentaria en mayor proporción, incrementar rendimientos, incorporar híbridos, mejorar las razas criollas y transferir conocimiento de forma más práctica para vincularlo con las decisiones políticas, solo así se sorteará este gran reto”, agregó el Director General del IICA, Víctor M. Villalobos.
Y es que, según Rajaram, la población mundial actual es de 7 300 millones, y para el 2050 se incrementará a 9 720 millones. La agricultura está en capacidad de hacerle frente a la responsabilidad de dotar de alimento a esta cantidad de personas, siempre que se aumente la producción de cultivos a un ritmo del 1,6 % por año. Actualmente alcanza solo el 1 %.
“A modo de ejemplo, producción mundial de trigo se halla entre 700 y 800 millones de toneladas. En 2050 la demanda será de 1000 millones”, aseguró Rajaram.
Para el ministro Aguerre, el problema de la seguridad alimentaria, de la agricultura y de mantener el carbono orgánico de los suelos, que incide en la productividad, tampoco se resuelve en los ámbitos de la política pública agropecuaria.
“Los Estados tienen que desarrollar de forma comprometida enfoques donde los bienes públicos tienen que contribuir a equilibrar aquellas cosas que el mercado por sí solo no logra, todo nuestro empeño tiene que estar en ese camino”, comentó.
La conferencia se transmitió de manera virtual a través de www.iica.int, y registró 216 conexiones de 20 países diferentes.
Más información: evangelina.beltran@iica.int
Audios
Conferencia de Sanjaya Rajaram.
Intervención de Víctor M. Villalobos.
Intervención de Tabaré Aguerre.