Los principales resultados del PRIICA, una iniciativa del IICA y la Unión Europea ejecutada por cuatro años en el país, se presentaron hoy en la sede central del Instituto.
San José, 7 de diciembre, 2016 (IICA). La creación de la Asociación de Productores de Aguacate y Frutas Tropicales de Bajura (APAB), la generación de una semilla de tomate más resistente a enfermedades del suelo y el procesamiento industrial de yuca para la elaboración de harinas de consumo humano y animal, destacan dentro de los principales legados que usarán los productores de Costa Rica, tras la ejecución del Programa Regional de Investigación e Innovación por Cadenas de Valor Agrícola (PRIICA) en el país.
La presentación de los resultados del Programa se realizó hoy en la sede central del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en Coronado, durante el evento de cierre de la iniciativa. Ésta se implementó durante cuatro años gracias al apoyo financiero de la Unión Europea (UE), y al trabajo conjunto entre el IICA, el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA) y una serie de entidades públicas y privadas que brindaron su vital aporte a lo largo del proceso.
“Las acciones tienen una incidencia en la producción, disponibilidad y conservación de alimentos, y están alineadas con los objetivos de la Seguridad Alimentaria y Nutricional. Son aportes relevantes para la competitividad y la diversificación productiva de las organizaciones involucradas, predominantemente aquellas de pequeños productores”, expresó el Director General del IICA, Víctor M. Villalobos.
La actividad convocó a más de 150 personas, y ahí se detallaron las 13 tecnologías de innovación agrícola que el PRIICA generó en Costa Rica en cuatro agrocadenas: aguacate, papa, tomate y yuca, así como su efectivo alcance: 886 beneficiarios, de los cuales 514 son productores nacionales.
“El éxito del proyecto es de ustedes (los productores), son los dueños de los resultados del PRIICA, un programa útil. Para la Unión Europea ser socio de este tipo de proyectos que desarrolla de manera estable y más resiliente a Centroamérica, es la verdadera razón de nuestra presencia en la región, y cada euro, dólar o colón tienen sentido”, afirmó el Representante de la UE, Xavier Pinsolle.
Aportes por agrocadena
En el caso del aguacate, además de la creación de la APAB, se estableció un vivero que garantiza la calidad de las plantas de este fruto a costos accesibles y ofrece la posibilidad de seleccionar la genética que se adapte a las condiciones productivas.
También, sobresale la conformación de dos biofábricas para la producción de bioinsumos en plantaciones. Actualmente 35 agricultores echan mano de este recurso, que permite una reducción del 70% en los costos de producción.
En la cadena de tomate la acción de mayor distinción fue la puesta en el mercado de la semilla Prodigio F1, un hibrido que reduce el impacto de la marchitez bacteriana (Pseudomonas solanacearum) en este cultivo y promete mayor productividad, según validaciones de campo hechas en diversas regiones tomateras del país. Este híbrido es el primero producido por la institucionalidad pública.
La generación de valor agregado al tomate fue otro de los resultados del PRIICA. Se motivó y capacitó a los productores para que diversificaran sus productos, se redujo así las pérdidas poscosecha y se contribuyó a mejorar la seguridad alimentaria y nutricional.
Mientras que, en la agrocadena de papa, uno de los principales aportes fueron las técnicas hidropónicas para incrementar la oferta de la semilla básica y pre básica de este cultivo.
Finalmente, la iniciativa sobre el procesamiento industrial y la generación de harinas para alimentación animal y humana, encabezan los resultados que el PRIICA deja en yuca. Este producto posee gran potencial para su transformación industrial, de ahí que se creó un centro de capacitación para los productores con el objetivo de que estén en constante aprendizaje e intercambien experiencias sobre los procesos agroindustriales del cultivo.
“Tratamos de identificar demandas comunes, que fueron grandes, al igual que los esfuerzos para tener soluciones en la misma proporción. Ahora tenemos nuevas variedades, valor agregado en otras agrocadenas y tecnologías disponibles, lo que necesitamos es que todo esto se incorpore en los campos y en el comercio para lograr la innovación que nosotros andamos persiguiendo”, agregó el director ejecutivo del INTA, Carlos Araya.
El PRIICA, producto del respaldo económico de la UE, centró sus acciones en Centroamérica y Panamá con el objetivo de incrementar la disponibilidad de los alimentos, el acceso a ellos y generar bienes públicos internacionales mediante la investigación agrícola.
Como parte de sus acciones se conformaron los Consorcios Locales de Investigación e Innovación Tecnológica Agrícola (CLIITA), que agruparon a los productores por cadena de valor y le facilitó al INTA la tarea de liderar la transferencia de tecnologías y los procesos de supervisión técnica de las diversas fases de implementación. Además, tras el cierre del Programa, serán claves para darle sostenibilidad a lo logrado.
Más información: miguel.arvelo@iica.int