En el Primer Congreso Internacional de Bioeconomía Circular Fase III, panelistas destacan la importancia de la aplicación del conocimiento bioeconómico basado en la generación de productos y servicios.
Ciudad de México, 01 Noviembre, 2021 (IICA).- Los sistemas alimentarios requieren una transformación profunda y del apoyo coordinado de los sectores públicos y privados, de la academia y de la ciencia, para diseñar y fomentar prácticas de producción sustentables con el apoyo de políticas que permitan el uso de la bioeconomía circular para mejorar la productividad del sector agroalimentario, coincidieron en señalar expertos.
Al concluir el Primer Congreso Internacional de Bioeconomía Circular Fase III: Los senderos de la bioeconomía, panelistas destacaron la inaplazable necesidad de transformar los sistemas alimentarios aplicando ese modelo económico, pues mejora los rendimientos de productos agroalimentarios primarios y secundarios, fomenta la capacidad de reuso, reciclamiento, renovación de residuos biológicos e inorgánicos y regeneración de ecosistemas y paisajes.
“La renovación de los sistemas alimentarios demanda el diseño de estrategias nacionales que atiendan los principales retos y oportunidades para la reactivación socio económica y la adaptación al cambio climático, y la bioeconomía puede ayudar a lograr una agricultura resiliente, sostenible e inclusiva, capaz de contribuir a la recuperación económica en condiciones de mayor igualdad y justicia social”, señaló Diego Montenegro, Representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en México
El Congreso reunió a expertos dedicados a la investigación, docencia, empresas sociales, iniciativa pública y privada y durante tres días identificaron oportunidades para la bioeconomía en las principales cadenas agroalimentarias de México para contribuir a mejorar su productividad y competitividad en forma más sostenible.
Fue convocado por el IICA en México, el Sector Agroindustrial de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA), la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), la Agencia Espacial Mexicana (AEM), y la Red INNOVAGRO.
En las mesas de trabajo, los expertos mencionaron que la superación económica obliga a los países a repensar sus políticas para mejorar los rendimientos de productos agroalimentarios, y el impulso hacia una agricultura resiliente, sostenible e inclusiva.
El rector de la Universidad Autónoma de Chapingo, José Solís Ramírez, destacó la importancia de contar con una visión integral de las necesidades del campo y la bioeconomía abre expectativas para la formación educativa y la investigación.
“La Universidad Autónoma Chapingo considera que el sistema educativo puede tener impacto en el cuidado del planeta con la incorporación de temas y asignaturas que abran el conocimiento sobre la bioeconomía circular y su aplicación en la producción de alimentos”, dijo.
Martha Escalante, Secretaria Ejecutiva de la Red Innovagro destacó que para avanzar hacia la transformación profunda del sector productivo, la ciencia y la tecnología son elementos detonantes de mejoras en la productividad del sector agroalimentario.
“La ciencia y la tecnología deben trabajar de manera coordinada para que la producción en el campo sea más competitivo y todo ello de la mano de políticas que den sustento a la innovación en la producción de alimentos”, dijo.
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