Trabaja de la mano con el IICA desde el 2018 fomentando el trascendental papel de las mujeres rurales para la producción de alimentos en el mundo, para promover su empoderamiento y mejorar sus condiciones socioeconómicas.
Sus aportes se reflejan en el apoyo financiero para la segunda edición del libro Luchadoras, una compilación de visiones y artículos que buscan evidenciar por qué es urgente crear mayores oportunidades para las mujeres que habitan en el campo, y en las exposiciones de la muestra fotográfica “El alma de la ruralidad”.