150 especialistas coincidieron en que los esfuerzos de sus investigaciones deben enfocarse en la integración de la mitigación y adaptación, la gestión de riesgos climáticos y la nutrición.
San José, 30 de abril, 2018 (IICA). Los principales retos que afrontará la investigación científica en el futuro cercano, ligados a la agricultura a nivel mundial, fue parte de lo que discutieron cerca de 150 especialistas de cinco continentes durante la VII edición del Taller Global del Proyecto de Intercomparación y Mejoramiento de Modelos Agrícolas (AgMIP por sus siglas en inglés), que albergó la sede central del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), ubicada en San José, Costa Rica.
Según explicó el investigador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Peter Craufurd, hay tres grandes áreas de oportunidad en las que deben centrarse las investigaciones: mitigación y adaptación al cambio climático que respondan a las necesidades de toma de decisión a diferentes escalas, la gestión integral de riesgos producto de la variabilidad climática como sequías e inundaciones, y la integración de la seguridad alimentaria y nutricional en los análisis de perspectivas para el agro.
El primer desafío está relacionado con cómo se logra informar, con base en ciencia, lo que deben impulsar los gobiernos de cada país para realizar las transformaciones necesarias en el sector agrícola con el fin de alcanzar los objetivos de desarrollo de éste frente a un clima cambiante.
“Es cómo a través de las investigaciones científicas podemos apoyar a los países a que logren la implementación de sus medidas de adaptación y mitigación en respuesta a los compromisos internacionales como el Acuerdo de París, las Contribuciones Nacionales Determinadas, pero también, en respuesta a sus estrategias de planificación nacional para la inversión de recursos públicos. Además, vincular el trabajo nuestro a los procesos políticos reales y que se encaminen hacia la sostenibilidad”, detalló Craufurd.
Con él coincidieron Cynthia Rosenzweig, climatóloga estadounidense del Instituto Goddard de NASA para Estudios Espaciales e integrante del comité ejecutivo de AgMIP, y la especialista en Agricultura y Cambio Climático del IICA, Daniela Medina.
El segundo reto que debe afrontar la investigación, indicaron los especialistas, es cómo mejorar las decisiones inmediatas relacionadas al manejo de la variabilidad climática, los riesgos climáticos actuales, los fenómenos naturales extremos y cómo hacer para proveer suficiente información que pueda eventualmente transformarse en sistemas de alerta temprana u otros mecanismos de respuesta inmediata enfocados en evitar o disminuir las pérdidas y daños en el sector.
“Debemos proyectar los riesgos de la agricultura a corto plazo, sobre todo en sequía y los rendimientos. Que la información científica se traduzca en sistemas de apoyo de decisión para que el sistema productivo como tal pueda mitigar estos riegos y diseñar estrategias de gestión integral con datos lo más precisos posibles, sobre la ocurrencia de dichos acontecimientos como sequías e inundaciones, por ejemplo”, dijo Rosenzweig.
Por su parte, Medina comentó que el tercer punto focal es en cómo articular la seguridad alimentaria y nutricional en los análisis, para que esto luego esté reflejado en las políticas y en las acciones que indudablemente se implementan en el campo.
“Cuando se hacen los diferentes análisis científicos se tiende a tener una visión muy productivista, generalmente enfocada en impactos económicos y se tiende a olvidar la relevancia de integrar en estas evaluaciones cómo todos los cambios que se realizan en los sistemas productivos afectan las dietas y patrones de consumo, y por el otro lado cómo lo que consumen las personas también impacta la composición de la producción y los sistemas alimentarios”, mencionó la especialista del IICA.
Agregó que, incluir los vínculos con la nutrición y la salud humana en los análisis que se realizan es un paso crucial para lograr que los sistemas alimentarios favorezcan la salud humana y ambiental.
Para solventar estos retos, los expertos concordaron en que la información científica debe comunicarse de manera efectiva a los gobiernos y tomadores de decisión con el fin de que estos conozcan los beneficios y desventajas de aplicar lo que indican las investigaciones, las herramientas, infraestructura y recursos que se requieren para que los encargados de llevar el conocimiento al campo lo compartan con los productores y que estos últimos también brinden una realimentación para el enfoque de los esfuerzos de investigación.
La VII edición del Taller Global de AgMIP se realizó por primera vez en un país de América Latina y fue coorganizado por el IICA. Se presentaron los nuevos avances en herramientas y metodologías de última generación, útiles para abordar los desafíos que enfrenta el sector agropecuario.
AgMIP, desde su creación en el 2010, centra sus labores en comprender cómo la agricultura y la seguridad alimentaria son vulnerables a los cambios globales y cómo los sistemas agrícolas responderán al cambio climático y otros factores socioeconómicos en los próximos años. Conecta expertos, herramientas de modelaje, escalas, escenarios, sistemas computacionales y métodos de análisis para permitir la evaluación integrada y el desarrollo de herramientas de apoyo a la toma de decisión basada en ciencia.
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Daniela Medina, especialista en Agricultura y Cambio Climático del IICA