
San José, 15 de mayo de 2025 (IICA) – La bioeconomía es la vía más poderosa para transformar la agricultura, los sistemas agroalimentarios y los territorios rurales de América Latina, coincidieron las autoridades que participaron en la apertura de la Conferencia Internacional de la Red Latinoamericana de Bioeconomía 2025, que se desarrolla en la sede del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Señalaron, además, que el potencial de la bioeconomía como herramienta para el desarrollo sostenible de la región se logrará a través del pleno uso de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Más de 150 personas de los distintos países de la región y del resto del mundo participan en el encuentro, incluyendo autoridades públicas, líderes empresariales, académicos, investigadores y representantes de organismos internacionales de cooperación.
La cita consta de cuatro jornadas de diálogo, discusión, análisis, networking y planificación estratégica para la bioeconomía de LATAM y tiene también como objetivo construir puentes con la bioeconomía del resto del mundo.
«Nuestra tarea es construir puentes, también entre producción y ambiente, y la bioeconomía es un modelo de desarrollo para esto, para generar crecimiento económico y desarrollo social, sabiendo que los mercados de los bioproductos se expanden mucho más rápido que los tradicionales. Estamos ante una enorme oportunidad, ya que nuestras zonas rurales son grandes cuencas productoras de biomasa», dijo el director general del IICA, Manuel Otero.
La Conferencia que se desarrolla en el IICA es el lugar de encuentro de los integrantes de la Red Latinoamericana de Bioeconomía, nacida a principios del 2023 como un espacio de construcción entre los principales referentes e impulsores de la bioeconomía de la región. El IICA ejerce la Secretaría de la Red, que hoy reúne a más de 80 instituciones de 14 países.
También participan en la Conferencia las instituciones que están liderando las iniciativas de la bioeconomía en otros países y regiones y en los principales espacios internacionales.
Joachim von Braum, profesor de Economía y Cambio Tecnológico en el Centro de Investigación y Desarrollo (ZEF) de la Universidad de Bonn, Alemania y Embajador de Buena Voluntad del IICA fue uno de los expositores de la primera sesión plenaria, en la que se discutió sobre las principales perspectivas en ciencias, tecnologías y mercados de la bioeconomía en el mundo.
Junto a él presentó su ponencia el experto brasileño en Bioeconomía e Innovación Eduardo do Couto, en una sesión que fue moderada por el Director de Cooperación Técnica del IICA, Muhammad Ibrahim.
“Vivimos un momento singular en la historia. Los avances en las ciencias de la vida, en biotecnología, en biología sintética o digitalización abren oportunidades inimaginables hace unos pocos años”, dijo Ibrahim.
El Director de Cooperación Técnica del IICA apuntó también que la bioeconomía da la oportunidad de replantear “cómo producimos, cómo consumimos y cómo interactuamos con el planeta. Si utilizamos y replicamos los procesos biológicos en nuestra actividad productiva, y aplicamos el conocimiento, sin duda podemos construir economías más sostenibles y modelos sociales más inclusivos”.
El representante en Costa Rica de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Alexander Leicht; la Directora Administrativa de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), Edith Paredes, y el Subdirector General del IICA, Lloyd Day, participaron de la ceremonia de apertura. Enseguida, el Gerente de Innovación y Bioeconomía del IICA, Hugo Chavarría, presentó los objetivos de la Conferencia.
Generación de conocimiento
El profesor Von Braun se refirió en su exposición al futuro de la bioeconomía y su vínculo con la innovación tecnológica, la innovación social y la innovación organizacional y política.
“La bioeconomía del futuro se basa en innovaciones tecnológicas, sociales y políticas. Desde nuevas aplicaciones biotecnológicas hasta iniciativas sociales en agricultura y energía local, y adaptaciones en estructuras de gobernanza, la bioeconomía ofrece soluciones sostenibles y inclusivas”, afirmó.
También señaló que las innovaciones bio-basadas transformarán las ciudades, con edificios de madera, paneles de algas para energía y diseños arquitectónicos bio-inspirados. “Estas soluciones urbanas reducirán la brecha rural-urbana y promoverán una economía circular», anticipó el experto que entre 2020 y 2021 fue Presidente del Grupo Científico convocado por el Secretario General de las Naciones Unidas para la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios.
Lloyd Day consideró que la bioconomía permite integrar la nueva frontera del conocimiento con los saberes locales y ancestrales para transformar la abundante biomasa y rica biodiversidad del continente en productos y servicios que promuevan mayores oportunidades de empleo e ingresos, tanto para las empresas como para las comunidades rurales.
“Nuestra región tiene más del 50% de la biodiversidad conocida del planeta y es la mayor exportadora de biomasa. Sin embargo, estas ventajas comparativas no se traducen en ventajas competitivas. Todavía desechamos muchos residuos y agregamos poco valor localmente. Además, seguimos apostando por modelos extractivos que no generan encadenamientos de valor en territorios. Necesitamos despertar como región”, apuntó.
Alexander Leicht, en nombre de UNESCO, señaló que la ciencia y la innovación deben jugar un rol central para afrontar los desafíos que enfrenta la humanidad.
“La UNESCO apoyó la constitución de la Red Latinoamericana de Bioeconomía. Como agencia especializada en ciencias, creemos en la necesidad de avanzar en la diplomacia científica. Estamos en un momento crucial, en que la humanidad enfrenta una suma de crisis interconectadas, y la ciencia es imprescindible para enfrentarlas. La respuesta a la mayoría de los desafíos está en la generación de conocimiento de base científica accesible para todos”, sostuvo.
Edith Paredes se refirió a la importancia de la bioeconomía para la OTCA, que reúne a ocho países (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela) y es el único bloque socio-ambiental de naciones dedicado a la Amazonia.
“El bosque amazónico –advirtió- está en un punto muy preocupante. La OTCA tiene el mandato diplomático y político de sus ocho miembros, con una instrucción muy concreta: evitar el punto de no retorno poniendo la vida en el centro. En ese sentido, la economía para el desarrollo sostenible o bioeconomía tiene que ser un enfoque inclusivo y justo. No es una alternativa. Es el camino, el motor que tenemos que usar para el desarrollo socioeconómico y ambiental de este bioma”.
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