La Conferencia Internacional de Agricultura Tropical subrayó la importancia de articular investigación, innovación y saberes locales para transformar la agricultura en zonas tropicales.
San José, 6 de agosto de 2025 (IICA) – La transformación de la agricultura tropical hacia sistemas más sostenibles, resilientes e inclusivos requiere una acción coordinada entre la investigación científica, los agricultores y los responsables de políticas públicas, de acuerdo con especialistas que participaron en un foro organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE).
La Conferencia Internacional de Agricultura Tropical, efectuada en Costa Rica, reunió a científicos, representantes de instituciones de investigación, organismos multilaterales y autoridades del sector público, quienes coincidieron en que la agricultura tropical no solo es clave para la seguridad alimentaria global, sino que enfrenta desafíos estructurales que exigen soluciones innovadoras que surjan de la investigación, adaptadas al contexto local y con fuerte participación de los productores.
Dentro del foro, protagonizaron el espacio dedicado a la investigación Rodomiro Ortiz, profesor de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas (SLU); Marcelo Augusto Boechat Morandi, investigador y representante de Relaciones Internacionales de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA); Stephen Kresovich, director del Laboratorio de Innovación para la Mejora de Cultivos de Feed the Future; y Roberto Camacho, director ejecutivo del Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA) de Costa Rica.
Rodomiro Ortiz advirtió que la agricultura tropical actual ha sido uno de los principales impulsores de la transgresión de límites planetarios, como la integridad de la biosfera y los flujos biogeoquímicos.
Propuso avanzar hacia una agricultura climáticamente inteligente, basada en prácticas como la agroforestería, la conservación de suelos y el uso eficiente del agua y la investigación, con la intensificación agrícola sostenible como vía para producir más alimentos con menor impacto ambiental.
Por su parte, Marcelo Augusto Boechat Morandi subrayó que solo una acción coordinada entre la investigación científica y los agricultores permitirá enfrentar los desafíos del presente y del futuro.
“La agricultura del futuro será sostenible, inclusiva y basada en datos. Para lograrlo, necesitamos inversión en investigación, transferencia de conocimiento y políticas públicas que faciliten la adopción de nuevas tecnologías”, afirmó.
La Conferencia Internacional de Agricultura Tropical dejó en evidencia que el futuro de la agricultura en las zonas tropicales depende de la capacidad de articular investigación científica, innovación y conocimiento de los agricultores.
Los expertos afirmaron que la colaboración entre investigadores, productores y tomadores de decisiones no solo es deseable, sino imprescindible, para construir sistemas agroalimentarios sostenibles, resilientes y equitativos que respondan a los desafíos del cambio climático y la seguridad alimentaria global.
En este sentido y desde una perspectiva de cooperación internacional, Stephen Kresovich destacó la importancia de los laboratorios de innovación regionales como motores de transformación.
Señaló que el mejoramiento de cultivos debe integrar conocimientos agrícolas, sociales y económicos y que fortalecer las capacidades de los institutos nacionales de investigación agrícola es clave para alinear la ciencia con las necesidades reales de las comunidades.
“La transformación de la agricultura tropical requiere soluciones adaptadas, inclusivas y basadas en evidencia. Solo mediante una acción coordinada entre la ciencia y los agricultores podremos construir sistemas alimentarios resilientes y sostenibles”, concluyó.
Finalmente, Roberto Camacho, director ejecutivo del INTA de Costa Rica, presento la visión del país centroamericano sobre el papel de la investigación en la agricultura tropical. Subrayó que el trabajo del INTA se basa en la generación de tecnologías adaptadas a las condiciones locales y en la articulación con productores. “La investigación científica debe estar al servicio de los agricultores y del desarrollo sostenible del país”, añadió.
“Solo con una acción coordinada entre ciencia y territorio podremos construir una agricultura tropical resiliente, productiva y adaptada al cambio climático”, finalizó Camacho.
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