San José, 4 de diciembre de 2024 (IICA) – El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) definirá una hoja de ruta previa a la COP30 que el año que viene se celebrará en Brasil con el objetivo de posicionar al sector agropecuario como esencial para la seguridad alimentaria, energética y climática del planeta.
Ese fue uno de los acuerdos establecidos en un diálogo de alto nivel en el que el Director General del IICA, Manuel Otero, repasó los resultados de la COP29 -recientemente celebrada en Bakú-, junto a tres de las figuras de mayor trayectoria para analizar críticamente la situación actual y futura de las negociaciones ambientales y su relación con la agricultura.
En el conversatorio participaron Fernando Mattos, Ministro de Ganadería Agricultura, y Pesca de Uruguay y presidente de la Junta Interamericana de Agricultura (JIA), máximo órgano de gobierno del IICA; Izabella Teixeira, ex ministra de Medio Ambiente de Brasil y negociadora-jefe de ese país en la COP21, en la que se adoptó el histórico Acuerdo de París; y el profesor Rattan Lal, referente mundial en agricultura regenerativa y ciencias de los suelos, Premio Mundial de la Alimentación y Embajador de Buena Voluntad del IICA.
Los tres destacaron que el IICA debe jugar un rol fundamental en la construcción de una agenda para la COP30 que ponga en el centro el papel irremplazable de la agricultura como sostén de la seguridad alimentaria y energética global y eche mayor luz sobre el proceso de transformación que está llevando adelante, con la ciencia y las nuevas tecnologías en un lugar protagónico.
En ese sentido, Mattos propuso que el IICA convoque a una reunión de ministros de agricultura junto al sector privado y la academia, entre otras partes interesadas, para avanzar en una articulación eficiente junto al país organizador de la COP30, Brasil, que permita un adecuado posicionamiento en Belém de los temas relacionados al sector agropecuario.
El agro en la COP29 y en la COP30
La capital de Azerbaiyán convocó hasta hace pocos días a 65.000 personas de casi 200 países en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la que el IICA y sus socios tuvieron un pabellón -denominado Casa de la Agricultura Sostenible de las Américas-, que sirvió para mostrar los avances realizados por el sector a favor de una mayor sostenibilidad y resiliencia.
La próxima edición del mayor foro de negociación ambiental del mundo se realizará a fines del año próximo en Belem do Pará, Brasil, en la desembocadura del río Amazonas.
Se espera que la agricultura ocupe en la COP30 un lugar central en la agenda considerando que Brasil es uno de los mayores productores de alimentos del mundo, y que esto impulse la voluntad política global para acerar la transición verde. Esto marcará un cambio con respecto a las últimas dos COP, que se realizaron en países que son fuertes productores y exportadores de petróleo y gas natural (Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiyán).
“La agenda climática está en una encrucijada. No se ve todavía la luz al final del túnel. Sabemos a dónde queremos ir, pero tenemos dificultades acerca de cómo llegar”, señaló Otero.
“En la COP 29 se comprometieron 300.000 millones de dólares anuales de financiamiento para la mitigación y la adaptación en los países en desarrollo. Sin embargo, nos preguntamos por qué llega tan poco dinero a la agricultura, si se dice que el sector tiene que estar al tope de la agenda global por sus responsabilidades”, indagó el Director General del IICA.
Participación activa
El ministro Mattos calificó como una “excelente noticia” que la próxima COP sea organizada en Brasil y afirmó que “debemos construir una agenda de apoyo y participación activa, ya que la agricultura y la seguridad alimentaria deberán tener un lugar más destacado, siendo Brasil una potencia agropecuaria”.
Además, destacó la iniciativa del IICA de llevar la voz de la agricultura de las Américas a la negociación ambiental en Azerbaiyán por tercera vez consecutiva, y señaló que la llegada de la COP a Brasil, será una gran oportunidad para los países latinoamericanos de poner en primer plano, junto al organizador, la importancia del equilibrio entre las tres dimensiones de la sostenibilidad, que incluye los aspectos económicos y sociales.
“No fue un fracaso total el resultado de la COP29, porque a último momento la presidencia logró cerrar acuerdos que dan alguna esperanza. Hubo una posición firme de los países petroleros, bloqueando declaraciones finales que subrayaban la necesidad de acelerar el abandono paulatino de los combustibles fósiles. Hoy los desafíos son muy importantes. Pero tendremos una enorme oportunidad en la COP30 para dar mayor fuerza a la seguridad alimentaria y la agricultura, si podemos coordinar nuestra estrategia con Brasil, aprovechamos el aprendizaje de las últimas tres COP e incorporamos más actores privados”, afirmó Mattos.
Izabella Teixeira subrayó que la discusión sobre mitigación y adaptación al cambio climático es esencialmente política, ya que se está discutiendo desarrollo. “Por otro lado -agregó- ya no estamos hablando de algo que va a ocurrir en el futuro, sino de algo que ya está aquí”.
Teixeira, quien es Asesora Especial del Director General del IICA para el G20 y las COP29 y 30, señaló que los resultados de Bakú no fueron tan buenos como se esperaban y que no hubo avances en estrategias para elevar la ambición de las acciones de combate al cambio climático.
“En la COP28 de Dubai, se había subrayado la necesidad de acelerar la transición para salir de combustibles fósiles. En Azerbaiyán hubo una reacción contra esto”, dijo.
Teixeira enfatizó que la nueva meta colectiva de financiamiento climático no es suficiente para las necesidades de los países vulnerables y se refirió a las dificultades que plantea el actual escenario geopolítico internacional.
“Es muy importante -afirmó- cómo Brasil va a manejar los resultados de Bakú para diseñar la agenda de la COP30. Esto incluye, por supuesto, cómo la agricultura se va a incorporar a las discusiones. Necesitamos que la visión de Brasil y de toda América Latina sean determinantes. Estamos ante una excelente oportunidad y un gran desafío. La agricultura debe ser el elemento clave”.
En ese sentido, hizo hincapié en la necesidad de que la región trabaje en forma unificada en la construcción de una nueva narrativa que ponga en primer plano el rol de la agricultura como parte de la solución a los desafíos globales, de la mano de la ciencia.
Liderazgo del IICA
El profesor Lal, por su lado, subrayó la importancia de la decisión del IICA de llevar una vez más las visiones de América Latina y el Caribe a la COP29, en Bakú, y señaló que la participación fue un gran éxito.
El científico, Premio Mundial de Alimentación 2020, afirmó que muchos países latinoamericanos son potencia en producción de alimentos y son también modelo para el mundo por sus prácticas de conservación, que incluyen siembra directa, cultivos de cobertura y secuestro de carbono en los suelos.
Lal dijo que la agricultura puede ser solución para un clima que ya cambió y ratificó la necesidad de que el carbono sea considerado un commodity, cuya absorción en los suelos debe ser pagada a los agricultores que realizan buenas prácticas.
“La COP30 en Brasil será una oportunidad importante para poner el foco sobre el éxito del bioetanol que se produce en ese país y es una gran herramienta para acelerar el abandono de los combustibles fósiles. La agricultura debe mostrar que es parte de la solución y el IICA tiene que jugar un rol de liderazgo en este objetivo”, concluyó.
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