Las Jornadas de Diálogos de las Agriculturas Familiares de las Américas se llevaron a cabo en el Palacio de Itamaraty, Brasil, donde se reunieron altos funcionarios, representantes de organizaciones campesinas e indígenas, autoridades de organismos internacionales y especialistas técnicos de distintos países.
San José, 13 de septiembre de 2023 (IICA) – Fortalecer la agricultura familiar en el hemisferio es una forma de promover la prosperidad, la equidad entre los géneros, la innovación y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios, señalaron altos funcionarios nacionales, representantes de organizaciones campesinas e indígenas, autoridades de organismos internacionales y especialistas técnicos de distintos países reunidos en Brasilia.
Las Jornadas de Diálogos de las Agriculturas Familiares de las Américas -organizadas por el Ministerio del Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar de Brasil (MDA) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)- consistieron en dos días de intercambio de experiencias y debates, desarrolladas en el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
Como resultado de una multiplicidad de aportes y de la construcción colectiva, la actividad concluyó con la lectura de los que se considera que deben ser ejes de una nueva generación de políticas públicas en la materia.
Algunos de ellos son la necesidad de fomentar el asociativismo y el cooperativismo; facilitar la incorporación de ciencia y tecnología por parte de los pequeños agricultores; promover la llegada plena de conectividad a las zonas rurales del continente y favorecer el acceso al crédito.
Las conclusiones serán presentadas ante la Junta Interamericana de Agricultura (JIA), que como órgano superior de gobierno del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) reúne a los ministros de las Américas y se reunirá entre el 3 y el 5 de octubre próximos. También serán llevadas por el IICA a la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 28), que tendrá lugar a partir del 30 de noviembre en Dubái.
En la apertura de los Diálogos participó Paulo Teixeira, ministro de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar de Brasil, mientras que el cierre lo realizaron la Secretaria Nacional de Agricultura Familiar y Agroecología Patricia Vasconcelos y el Director General del IICA, Manuel Otero, junto al Representante en Brasil del organismo de desarrollo agrícola y bienestar rural de las Américas, Gabriel Delgado.
Vasconcelos subrayó la importancia para el gobierno brasileño de su alianza con el IICA, para avanzar en su objetivo de fortalecimiento de la agricultura familiar, a la que considera central para el desarrollo económico y social del país y la región.
“Es esencial que los gobiernos reconozcamos las capacidades de la agricultura familiar para contribuir no solo con la seguridad alimentaria y la economía, sino también con la prosperidad en las áreas rurales, la igualdad de género, la innovación, la mitigación del cambio climático y la sostenibilidad”, afirmó Vasconcelos.
La funcionaria advirtió que los países de la región aún tienen mucho por construir para darle a los agricultores familiares condiciones para un mejor acceso a mercados, servicios y tecnologías adecuadas que a su vez les posibiliten alcanzar mejores condiciones de vida y hacer un aporte mayor al desarrollo económico y social.
Nueva generación de políticas públicas
Manuel Otero, a su turno, dijo que la agricultura familiar es muchas veces injustamente asociada con destrucción de los suelos o señalada porque no genera empleo y no incorpora tecnología, pero que esa es una imagen distorsionada.
En ese sentido, el Director General del IICA afirmó que es responsabilidad de los países y de los organismos internacionales promover una nueva generación de políticas públicas para acelerar la jerarquización de la agricultura familiar.
“Necesitamos poner en marcha círculos virtuosos para que mujeres, jóvenes y grupos vulnerables sean protagonistas de la transformación de la agricultura. Es fundamental el cooperativismo y hay que generar incentivos para promoverlo. También hay que incorporar la nueva frontera del conocimiento, en conjunto con los saberes ancestrales de nuestros habitantes rurales. Finalmente, más conectividad junto al acceso al financiamiento son puentes para poner a nuestros agricultores familiares como actores centrales del proceso de transformación”, dijo Otero.
Una de las coincidencias más importantes de las Jornadas fue que deben ampliarse y profundizarse la elaboración de marcos jurídicos e institucionales para la agricultura familiar, en los que se reconozca los derechos de los pequeños productores como sujetos de política pública, que permita formalizar su acceso a recursos productivos.
También se señaló que la mujer, a pesar de su rol creciente en la agricultura familiar, y en la sociedad en general, sigue enfrentando situaciones de inequidad en el acceso a los recursos y las decisiones. Por eso es imperativo fomentar la equidad económica y el derecho a ingresos propios e independientes para las mujeres rurales, así como su agenda de derechos.
Garantizar el acceso a los recursos productivos, específicamente tierra y capital es otro aspecto crítico. En consecuencia, se requiere desarrollar mecanismos que permitan facilitar la adquisición de tierras, incluyendo formas alternativas de uso de las mismas para poblaciones jóvenes, al igual que el acceso a capital productivo.
Otro de los consensos fue que las transformaciones productivas deben facilitar la transición desde sistemas tradicionales hacia sistemas de producción agroecológicos o sustentables. Estos sistemas potencian las capacidades de la agricultura familiar en el combate al cambio climático y en su adaptación. Las políticas públicas deben facilitar esa transición, para lo que deben estimular una mayor inversión en investigación y tecnológica, capacitación, asistencia técnica e intercambio de experiencias.
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