La inversión en la agricultura puede elevar la productividad, contribuir a mitigar y adaptarse al cambio climático y formar recursos humanos que impulsen la innovación en el sector.
Montreal, 11 de junio, 2014 (IICA). La inversión en agricultura, sobre todo en innovación, puede ser un negocio de alta rentabilidad económica, social y ambiental, de acuerdo con el Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Víctor M. Villalobos.
En la Conferencia de Montreal, Canadá, organizada por el Foro Económico Internacional de las Américas, Villalobos afirmó ante empresarios y líderes políticos de esta región que el hemisferio tiene el potencial para ser una solución al problema de la alimentación global, pero su sector agroalimentario urge de grandes transformaciones para lograrlo.
El IICA, como organismo del Sistema Interamericano especializado en agricultura, fue invitado a este encuentro para exponer por qué la innovación es fundamental para el sector y cuáles son los actores clave que pueden potenciarla.
“Requerimos innovar, es decir, hacer las cosas de manera diferente y mejor. Considero que existen tres tipos de innovación que tienen mayores impactos para que la agricultura sea más productiva, competitiva y sustentable, estas son la tecnológica, la institucional y la social”, expresó el Director General del IICA en la conferencia, realizada entre el 9 y el 12 de junio.
La agricultura, agregó, debe aumentar su productividad en al menos 70% para satisfacer las necesidades de los 9.000 millones de habitantes que tendría el planeta en el 2050. Además de alimentos, el sector agrícola está llamado a producir materia prima para otras industrias.
Sin embargo, en las Américas el crecimiento de la producción agrícola está limitado por las brechas de productividad entre los países, el área disponible para nuevos cultivos, la competencia por el agua con otros sectores, los efectos de la variabilidad climática y la volatilidad y el aumento de los precios de los servicios y los insumos necesarios para producir.
“Para impulsar procesos de cambio hay que tener una visión integral y de carácter estratégico, que de manera práctica debería traducirse en la construcción de políticas nacionales de innovación”, aseguró Villalobos.
“La innovación es el motor que nos permitirá construir un futuro mejor para la agricultura y para la seguridad alimentaria; y la inversión en su combustible”, añadió.
Para el IICA, destacó el Director General, es clave que las inversiones en agricultura se enfoquen a innovar para que el sector se adapte y contribuya a la mitigación del cambio climático, potencie la producción de pequeña y mediana escala, produzca alimentos más nutritivos, reduzca las pérdidas de alimentos y forme más recursos humanos que trabajen en el agro.
Agregó que para aumentar la inversión en I+D en los países de medianos y bajos ingresos, que además son altamente dependientes de la agricultura, el sector privado es fundamental.
“También se requieren inversiones públicas y privadas en el capital natural, físico y humano, que tienen roles complementarios en el proceso de producción agrícola. Pero la inversión nacional es insuficiente y es necesario atraer, en América Latina y el Caribe, inversión extranjera directa”, manifestó.
La atracción de estos recursos puede ser propiciada por los gobiernos mediante marcos regulatorios claros y sin obstáculos, sistemas educativos sólidos y el impulso a la I+D que además establezca vínculos efectivos entre los creadores y los usuarios del conocimiento.
“Los organismos de cooperación técnica, como el IICA, podemos colaborar para mejorar la institucionalidad de la innovación y su articulación con las necesidades de los productores, así como proponer alternativas para el destino de las inversiones”, consideró Villalobos.
Más información:
evangelina.beltran@iica.int
Discurso del Director General del IICA en la Conferencia de Montreal, 2014 (en inglés).