Desde diciembre de 2020, Lal y el IICA ya han obtenido valiosos resultados en distintos países de América Latina y el Caribe a través de la iniciativa “Suelos Vivos de las Américas”, que ha articulado esfuerzos públicos y privados en el combate a la degradación de los suelos, un fenómeno que amenaza la producción de alimentos y la seguridad alimentaria.
San José, 27 de julio de 2022 (IICA) – África tiene la capacidad y los recursos para convertirse en la canasta de alimentos al mundo y el continente americano puede ayudarla a lograrlo, dijo el laureado científico Rattan Lal en la primera “Cumbre África-Américas sobre Sistemas Agroalimentarios”, que reúne en Costa Rica a ministros, viceministros y altos funcionarios de Agricultura, Medio Ambiente y Ciencia y Tecnología de 40 países.
Lal, considerado la máxima autoridad mundial en ciencias del suelo, hizo un recorrido detallado por los principales obstáculos que enfrenta la producción agropecuaria en África y dijo que, a pesar de los problemas, las sabanas africanas pueden ser transformadas en una gran fuente de alimentos, como lo han sido las brasileñas, si se transforma el conocimiento científico en acción.
El científico, co-ganador del Nobel de la Paz, Premio Mundial de la Alimentación y Embajador de Buena Voluntad del IICA, compartió en la Cumbre el panel “Cambio Climático y Resiliencia” junto a los ministros de Agricultura de Nigeria, Mohammed Mahmood Abubakar; de San Vicente y Las Granadinas, Saboto Caesar; de Somalia, Said Husseinm lid; de Uganda, Rwamirama Bright Kanyontore, y la viceministra de Costa Rica, Rocío Valerio Rodríguez.
“Una revolución verde en África debe basarse en la ciencia y en el suelo. Las personas son reflejo del suelo en el cual viven. Cuando el suelo está degradado las personas sufren. Al mismo tiempo, si las personas no tienen buena calidad de vida, el suelo se deteriora. Esto es un círculo vicioso que nunca termina”, afirmó el científico, Director del Centro de Manejo y Secuestro de Carbono (C-MASC), en la Universidad Estatal de Ohio.
Desde diciembre de 2020, Lal y el IICA ya han obtenido valiosos resultados en distintos países de América Latina y el Caribe a través de la iniciativa “Suelos Vivos de las Américas”, que ha articulado esfuerzos públicos y privados en el combate a la degradación de los suelos, un fenómeno que amenaza la producción de alimentos y la seguridad alimentaria.
El especialista consideró que el trabajo realizado por su equipo junto al IICA puede ser de gran utilidad para el continente africano: “Sería un privilegio poder ayudar junto al IICA. África y Sudamérica estuvieron juntas hace millones de años y se separaron por movimientos geológicos, pero hoy podemos crear un puente y trabajar juntos para implementar un plan que aumente su producción de alimentos y, al mismo tiempo, contribuya a la mitigación del cambio climático”.
Entre los problemas que enfrenta la agricultura en África, Lal dijo que el principal es la sequía. También mencionó la degradación del suelo, la creciente urbanización y el cambio climático.
Lal advirtió que a los pequeños agricultores debe pagárseles por el servicio que brindan a todo el planeta al realizar buenas prácticas en sus tierras que favorecen la retención de carbono en el suelo y, de esa manera, ayudan en la lucha global contra el cambio climático.
“Todo el mundo dice que debe premiarse a los productores, pero nadie los premia. Necesitan recursos para cuidar el suelo”, sostuvo. Y agregó que el sector privado puede jugar un rol muy importante en brindar la tecnología al productor para que realice prácticas conservacionistas y regenerativas.
En cuanto a la urbanización, Lal dijo que la población de las ciudades principales en África está creciendo de 10 a 12 veces en 30 o 40 años.
“Para 2100 -afirmó- la ciudad más grande del mundo será Lagos, Nigeria, con 85 millones de personas. Hay que pensar que una ciudad de 30 millones requiere 200 toneladas de comida por día, por lo que los planeadores urbanos tienen que tomar en cuenta que el 20% de la agricultura debe realizarse en los límites de la ciudad, con más hidroponía y terrazas de cultivo”.
“Si África tiene voluntad política para hacerlo, con el IICA podemos ayudar. Pero hay que tener un cronograma para poder llegar a algún lado. África debe ser parte de la solución”, cerró Lal.
Inmediatamente, Mohammed Mahmood Abubakar, Ministro de Agricultura de Nigeria, señaló que su país está promoviendo tecnologías para la innovación en la actividad agropecuaria. “Buscamos tener una agricultura climáticamente inteligente, mejorar la productividad, desarrollar cadenas de valor de cultivos clave y aumentar la resiliencia”, afirmó.
Rocío Valerio Rodríguez, viceministra de Agricultura y Ganadería de Costa Rica, sostuvo que América y África son “dos continentes con grandes coincidencias, que debemos usarla en nuestro favor. Esta Cumbre se realiza en época de postpandemia y de un conflicto militar que han roto el equilibrio de los mercados mundiales y los flujos comerciales. La inseguridad alimentaria acecha cada vez a más personas”.
Said Husseinm lid, Ministro de Agricultura e Irrigación de Somalia, consideró que “la hambruna es un desastre creado por el hombre, especialmente en África. África es un continente muy rico y puede alimentar a su población, pero nos enfrentamos a diferentes problemas por causas políticas y económicas, África puede tener buena relación con el continente americano que le traiga muchos beneficios”.
El ministro ugandés, Bright Kanyontore, en tanto, reconoció que “las oportunidades de cooperación con incidencia en el ambiente están aumentado, reduciendo el uso de pesticidas y favoreciendo las buenas prácticas agropecuarias, con eficiencia en la producción. Uganda ha buscado cooperación, que nos ha brindado la posibilidad de ser más resilientes. En conclusión, las organizaciones continentales, como AGRA, contribuyen a explorar las oportunidades de inversión en áreas de ciencia, tecnología e innovación”.
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