Lal puso énfasis en que se requiere voluntad política al más alto nivel para acelerar la transformación de los sistemas agroalimentarios mundiales, un proceso basado en la ciencia en el que los agricultores sean considerados piezas centrales y en el que el agro se entienda como parte fundamental de las soluciones para enfrentar el cambio climático.
San José, 29 de agosto de 2022 (IICA). Rattan Lal, el científico considerado como la mayor autoridad mundial en ciencias del suelo y Premio Mundial de la Alimentación del 2020, llamó a las autoridades agrícolas y ambientales de las Américas y el resto del mundo a trabajar para que la agricultura sea reconocida como una profesión respetable y vital para la seguridad alimentaria y nutricional del planeta, “y que los agricultores tengan acceso a tecnología innovadora, con crédito y servicios de buena calidad para transferir el conocimiento existente y transformarlo en acción”.
Lal es el director del Centro de Manejo y Secuestro de Carbono (C-MASC) de la Universidad Estatal de Ohio y Embajador de Buena Voluntad del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), posición desde la cual liderará, junto al Director General del IICA, Manuel Otero, la búsqueda de diálogo y consenso que los países de las Américas llevarán a cabo en la ruta hacia la Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMUNCC), que se celebrará en noviembre en Egipto.
En una entrevista para el IICA, Lal puso énfasis en que se requiere voluntad política al más alto nivel para acelerar la transformación de los sistemas agroalimentarios mundiales, un proceso basado en la ciencia en el que los agricultores sean considerados piezas centrales y en el que el agro se entienda como parte fundamental de las soluciones para enfrentar el cambio climático.
“La ciencia está disponible. Sí, necesitamos más ciencia, pero lo que ya está disponible no está reflejándose en la acción. Se necesita voluntad política para trasladar la ciencia a acciones, a políticas que sean pro agricultura, pro agricultores y pro naturaleza”, afirmó quien fue considerado por sus colegas en el 2021 como el científico más productivo e influyente de la agricultura y la agronomía mundiales.
El proceso de diálogo y consenso entre las naciones americanas, previo a la COP27, será protagonizado por los Ministros y Secretarios de Agricultura de los países y facilitado por el IICA, organizador de un encuentro entre esas autoridades programado para 22 y 23 de septiembre, en Costa Rica.
El momento para generar consenso hemisférico en este tema es clave, pues se estima que en la COP27, en noviembre, la agricultura tendrá un papel preponderante debido a su importancia para garantizar la seguridad alimentaria, en un planeta cuya población es cada vez mayor y que debe encontrar cómo producir de maneras más sostenibles, resilientes, inclusivas y eficientes.
La Conferencia de las Partes o COP es la reunión anual de los países firmantes de la CMNUCC, casi la totalidad de las naciones del mundo, en el que presentan sus posiciones y avances para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero y así reducir los efectos negativos de las acciones humanas sobre el clima.
El IICA, ejerciendo su rol promotor de la acción colectiva de los países, tuvo un papel central para facilitar el año pasado el consenso de las Américas ante la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU, realizada en septiembre en Nueva York, foro al que el continente llegó como la única región con una posición convergente, que puso en primer plano a la agricultura y a los agricultores, que garantizan la seguridad alimentaria y nutricional planetaria.
El poder “divino” del suelo
Rattan Lal coordina junto con el IICA la iniciativa Suelos Vivos de las Américas, implementada hasta ahora en Brasil, Canadá, Colombia, Chile, El Salvador, Paraguay y Uruguay, con el apoyo de Bayer, Syngenta y PepsiCo.
¿Por qué hablar de suelos en el ámbito de la reducción de emisiones? Lal lo explicó con claridad: “Un ejemplo es que la tierra tiene suelo y se la tiene que tratar como una cuenta bancaria. No podemos quitar y quitar sin depositar nada. Se aplica la ley del retorno; lo que quitamos del suelo, hay que reincorporarlo. Si no lo hacemos, agotamos los suelos. En los suelos de África, el Caribe y algunos países de Latinoamérica, de los Andes, o de la India o el sudeste asiático, se han agotado los suelos porque quitamos más de lo que aportamos”.
“Aquí la clave es la educación y es donde los agricultores necesitan ayuda (…). Si los agricultores sufren, si están desesperados, en la miseria, trasladan este sufrimiento a la tierra, al suelo. Y el suelo les devuelve bajo rendimiento, alimentos de mala calidad, comida contaminada y esto afecta la salud de las personas. Debemos lograr que la gente entienda que la salud de las plantas, de los suelos, de los animales, de las personas, del ambiente y del planeta es única e indivisible. Esta continuidad, esta conectividad debe respetarse. Aquí es donde se debe trabajar con los formuladores de políticas, los agricultores y el sector privado, para que estemos todos juntos”, sentenció.
Para Lal, el suelo es de máxima importancia global. “Es una entidad viva. Si el suelo muere, no puede producir. El suelo muerto es solamente polvo. Un suelo vivo es el único lugar del universo donde las raíces se entrelazan, y que tiene un poder divino, si puedo decirlo (…), de hacer resurgir algo muerto y darle vida nuevamente”.
Su visión es holística. “Si el suelo es un ente vivo, ¿tiene derechos? ¿Como otros seres vivos? En mi opinión, sí. Tener la posesión del suelo no significa que podemos hacer con él lo que queramos. Verter químicos, inundarlos como queramos, ararlos de cualquier manera y cuando deseamos. No. Hay vida en ese suelo y debemos respetarla”, expresó el científico.
En el camino hacia la COP27, este Embajador de Buena Voluntad y Cátedra IICA en Ciencias del Suelo destacó que la agricultura tropical de las Américas puede ser ejemplo para el mundo sobre cómo la ciencia es clave para producir con sostenibilidad. Comparó el Cerrado brasileño (gran ecosistema tipo sabana ubicado en el corazón de ese país) con las oportunidades que ve para la agricultura africana.
“Yo vi la zona del Cerrado en 1975 y no era diferente de lo que es África hoy. Fíjense lo que pasó con la educación, con la inversión en agricultura, con la respetabilidad de la profesión del agricultor. Obviamente, se necesita hacer más, pero en la actualidad la agricultura en el Cerrado es mejor que en Estados Unidos. Con 25 años, se ha transformado en el principal exportador de alimentos. África tiene el mismo potencial”, comentó.
¿Quién es?
Nombre: Rattan Lal.
Director del Centro de Manejo y Secuestro de Carbono (C-MASC) de la Universidad Estatal de Ohio, miembro de la Junta para el Desarrollo Internacional de la Alimentación y la Agricultura (BIFAD), asesora de USAID en temas agrícolas y de educación superior relacionados con la inseguridad alimentaria en países en desarrollo.
Premio Mundial de la Alimentación 2020 y co-laureado con el Premio Nobel de la Paz 2007, como parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
Embajador de Buena Voluntad y Cátedra en Ciencias del Suelo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Reconocido en 2021 como el científico más productivo e influyente de la agricultura y la agronomía mundiales, de acuerdo con un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Stanford publicado por la revista PLOS Biology.
Entrevista completa en este enlace.
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