Especialistas convocados por el IICA y otras organizaciones destacaron que la activación territorial, articulada con canastas territoriales de bienes y servicios y los circuitos cortos de comercialización, son pilares para la dinamización económica incluyente de los territorios rurales.
Ciudad de México, 10 noviembre, 2020 (IICA). Los efectos de la pandemia por el coronavirus obligan a construir modelos de desarrollo territorial que contengan cambios estructurales y que deberán incluir a los Sistemas Agroalimentarios Localizados (SIAL) y a los Circuitos Cortos de Comercialización, con el objetivo de dinamizarlos y llevarlos a un desarrollo sostenible real, coincidieron expertos en agroindustrias rurales en un coloquio en México.
Durante el encuentro ¿Un nuevo mundo rural y agroindustrial y después del COVID-19? El rol de los SIAL, organizado por la Red Sial, el Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales (ICAR) de la Universidad Autónoma del Estado de México y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), se señaló la estrecha relación entre el territorio, la proximidad de los actores y los productos típicos diferenciados que se generan en las concentraciones de agroindustrias, elementos que toman la forma de un SIAL.
Hernando Riveros, consultor internacional y especialista en gestión de cadenas y circuitos agroalimentarios, mencionó que los canales de mercados tradicionales, compuestos por centrales mayoristas y mercados de productores, han sido opacados por la predominante distribución moderna: los supermercados en sus diferentes formatos y el emergente e-commerce.
Por ello, dijo, se requiere pensar y buscar cambios estructurales que los lleven a un desarrollo sostenible efectivo, además las metas para el 2030 deberían revisarse y actualizarse, para que no sean solo indicadores de resultados.
“Los procesos de activación territorial, articulados a la conformación de canastas territoriales de bienes y servicios, y la promoción de circuitos cortos de comercialización son pilares importantes en la dinamización económica incluyente de los territorios rurales”, señaló Riveros.
Marvin Blanco, especialista en agronegocios del IICA, mencionó que la articulación entre la producción agroalimentaria y el turismo ha sido considerada como una de las estrategias viables para activar los SIAL.
La pandemia revela carencias en infraestructura rural, internet y relevo generacional, así como para fortalecer capacidades, transformar fincas en agronegocios, promover tecnología, creatividad e innovación, y para impulsar el financiamiento a tasas de interés flexibles, para lo que el enfoque SIAL puede aportar mucho como eje metodológico para la vinculación de actores y estrategias, manifestó Blanco.
“El SIAL podría hacer aporte metodológico a los gobiernos porque deben hacer propuestas para fortalecer y activar la economía de los territorios”, mencionó.
Marcelo Champredonde, miembro de la red SIAL de Argentina, indicó que gran parte de los enfoques teóricos y de las metodologías implementadas en la valorización de productos locales en América Latina se basan en aprendizajes desarrollados en contextos institucionales, sociales y económicos como el europeo o el de Estados Unidos. Conceptos como competitividad, acortamiento de cadenas, nichos de mercado, cotizaciones y otros.
“COVID-19 nos encerró y obligó a desarrollar sistemas tecnológicos para llegar a lugares recónditos con sus artesanías y productos, reforzó la capacidad colectiva, se organizaron más y ahora se busca abrir espacios a territorios, a los circuitos cortos de comercialización para ayudar a pequeños productores y familias rurales”, afirmó Champredonde.
Agregó que el rol de los municipios es vital para redinamizar los territorios.
François Boucher, consultor internacional y representante de la Red SIAL México, comentó que el foco está en los territorios y existen herramientas potentes para superar estas situaciones, como la diversificación de productos y el acceso a internet.
Destacó las aportaciones de los SIAL y los circuitos cortos de comercialización a la dinamización económica incluyente, a partir del estudio de seis casos de activación de recursos específicos en concentraciones de agroindustrias rurales con enfoque SIAL, en territorios rurales de América Latina y el Caribe.
Boucher subrayó que los procesos de activación territorial, articulados a la conformación de canastas territoriales de bienes y servicios, y la promoción de circuitos cortos de comercialización, son pilares importantes en la dinamización económica incluyente de los territorios rurales.
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