Estudio del caso brasileño sobre tecnologías para el MIS en ALC

Ciclo de foros virtuales

Año Internacional de los Suelos

2015

Foro N° 3

Objetivos

• Intercambiar información y experiencias sobre el estado del arte de la degradación de los suelos, los avances en desarrollos tecnológicos para el manejo integrado del suelo y su impacto en la productividad agrícola, servicios ecosistémicos y la adaptación y mitigación al cambio climático.

• Promover agendas de investigación y cooperación en el tema de manejo integrado de suelos.

• Crear un espacio de diálogo en políticas públicas para el manejo integrado del suelo en ALC.

Organizador

• Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)

Metodología

El ciclo de foros virtuales constituye un espacio semanal para aumentar conocimientos y reflexionar sobre el manejo integrado del suelo en el contexto latinoamericano. Se llevarán a cabo durante seis semanas, las primeras cuatro en idioma español y el resto en idioma inglés, dirigido particularmente a los países del Caribe.

Los temas iniciarán con el abordaje de contexto actual y estado del arte, estudios de caso o tecnologías que están siendo efectivas y una reflexión sobre las políticas, estrategias y herramientas para la toma de decisión que coadyuvan al manejo integrado de los suelos, con el fin de prevenir o recuperarlos de los procesos de degradación y conservar los recursos naturales y la biodiversidad.

Cada foro tendrá una duración de dos horas con la participación de dos a tres expertos en los temas abordados, quienes harán presentaciones de 20 minutos más un espacio final para preguntas y discusión. Las consultas podrán enviarse de manera virtual o presencial cuando aplique.

Antecedentes

Cuatro quintas partes de los alimentos necesarios para más de nueve mil millones de personas en el 2050 provendrán de las tierras existentes a través de la intensificación de la producción agrícola, y se prevé que un gran porcentaje de esta demanda de alimentos sea satisfecha por los países de la región latinoamericana.

Sin embargo, la alta vulnerabilidad de muchos países de América Latina y el Caribe (ALC), acentuada en gran medida por la variabilidad climática y el cambio climático, es una de las mayores amenazas para la producción agropecuaria, la seguridad alimentaria y nutricional y el desarrollo sostenible.

Los países de ALC se ven expuestos a los efectos que trae consigo el cambio climático. Esto incluye los cambios en los patrones de lluvias, el incremento en las temperaturas y la intensidad de los eventos extremos que condicionan la productividad del sector agropecuario de las Américas.

El cambio climático constituye uno de los disparadores de la degradación de los suelos, a la vez que el uso de prácticas agrícolas no sustentables provoca erosión, sedimentación de ríos, pérdida de fuentes de agua y de cobertura vegetal y pérdida de biodiversidad, agravando los impactos climáticos.

Estos impactos pueden aminorarse con el uso de enfoques de manejo integrado de suelos (MIS) que resaltan la importancia de las propiedades físicas del suelo y la materia orgánica mediante la mejora de la fertilidad, la disponibilidad de agua, la mejora de la cubierta vegetal, la optimización de los ciclos de nutrientes y las técnicas de conservación.

En resumen, enfocar esfuerzos en el tema del suelo es apremiante. Los suelos saludables producen alimentos sanos, apoyan una vida saludable, mayores servicios ecosistémicos y promueven un ambiente sano.

Justificación

El suelo es un sistema natural de gran complejidad en términos de los procesos físicos, químicos y biológicos que permiten la vida de los demás ecosistemas, el ciclo del agua y tiene impactos en seguridad alimentaria, los servicios ecosistémicos que provee y la subsistencia de la humanidad.

Los desafíos actuales de la variabilidad climática y el cambio climático constituyen presiones adicionales sobre la calidad y las funciones básicas del suelo, las que aumentan por el uso de prácticas inapropiadas para su manejo.

Estimaciones de FAO (2011) indican que una cuarta parte de la tierra del planeta presenta un estado elevado de degradación. Según Gardi et al. (2014) más de la mitad de los 576 millones de hectáreas de la tierra cultivable de América Latina, particularmente el 74% de Mesoamérica y el 45% de Suramérica, está siendo afectada por procesos de degradación.

Se considera que la degradación de los suelos se debe principalmente al cambio climático, a cambios en el uso del suelo, a su sobreexplotación y a la inequidad social. Los principales desafíos son la conservación y manejo del suelo.

En congruencia con los retos mencionados, en la 68 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, llevada a cabo en Nueva York, los países del mundo reconocen la importancia de los suelos para el desarrollo agrícola, las funciones esenciales de los ecosistemas, la seguridad alimentaria y el mantenimiento de la vida sobre la Tierra, declarando el 2015 como Año Internacional del Suelo (AIS).

Asimismo, existe conciencia entre los países de ALC de que los sistemas productivos actuales dificultan el manejo sostenible de los recursos naturales, particularmente de los suelos.

Siguiendo los mandatos de los gobiernos de ALC y la relación con la agenda global de desarrollo post 2015, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) busca contribuir al desarrollo e implementación de políticas y aumentar capacidades de los actores para impulsar procesos de planificación de la agricultura relacionados con la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos, el manejo adecuado del suelo y el uso eficiente del recurso hídrico (PMP 2014-2018).

Se propone realizar un ciclo de foros virtuales con el fin de resaltar la importancia del suelo como un sistema básico para la vida y la necesidad de manejarlo de manera sostenible para combatir y mitigar los desafíos de nuestro tiempo: promover la seguridad alimentaria, gestionar eficientemente los recursos naturales y la degradación de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos, en un contexto de cambio climático, y cómo responder ante estos desafíos mediante la creación de políticas públicas efectivas y el uso de prácticas agrícolas sostenibles.