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Colombia apuesta por el enfoque territorial participativo para la transformación del campo

San José, 30 de mayo, 2017 (IICA). Los Programas de Desarrollo Rural Integral con Enfoque Territorial (PDRIET) y los Sistemas Territoriales de Innovación (STI) son dos de los instrumentos fundamentales utilizados en los procesos de desarrollo rural territorial en Colombia, durante las negociaciones y tras el acuerdo de paz.

La participación activa de todos los actores es clave en los procesos de desarrollo rural territorial.

Las experiencias de desarrollo con enfoque territorial participativo fueron analizadas en el foro virtual “Aprendizajes de procesos territoriales impulsados en Colombia”, una iniciativa coordinada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en coordinación con varias redes nacionales e internacionales, como la Red de Gestión Territorial para el Desarrollo Rural y la Construcción de Paz (Red GTD Paz), la Red GDT de México, la Red CODET de Centroamérica y RETE de Brasil.

“Este espacio se genera con el objetivo de favorecer el intercambio y la discusión de aprendizajes sobre gestión social del desarrollo de los territorios rurales a partir de experiencias territoriales en Colombia, en sus respectivos marcos político-institucionales, con miras a su discusión comparada respecto de otras experiencias latinoamericanas”, indicó Mario Samper, especialista internacional en inclusión en la agricultura, del IICA.

“El enfoque territorial participativo reconoce una ruralidad diferenciada y diversificada y a los habitantes rurales como gestores y actores de su propio desarrollo”, explicó Santiago Perry, director ejecutivo de la Corporación PBA, durante su presentación sobre los procesos territoriales de cuatro regiones del país: Zona Costanera de Córdoba, Sur del Atlántico, provincia de Márquez y Territorio Solidario de Santander.

Los PDRIET son programas orientados a lograr el desarrollo y la transformación productiva, social e institucional de los territorios rurales. Los SIT, como parte de estos programas, son la base de la nueva estrategia que modifica la visión vertical de generación y transmisión del conocimiento y la tecnología por sistemas abiertos y horizontales de cooperación construidos desde los territorios.

Expertos reconocen la importancia de sistematizar las experiencias de desarrollo y construir metodología.

Por su parte, Gustavo Ramírez, consultor para FAO de la Agencia Nacional de Tierras, quien presentó los procesos en las Zonas de Reserva Campesina (ZRC) en Colombia, destacó la “necesidad de pensar en procesos de planeación regional para no caer en el activismo sino en procesos de desarrollo estructurado”.

Las ZRC pretenden fomentar y estabilizar la economía campesina, superar las causas de los conflictos sociales que las afecten y crear las condiciones para el logro de la paz y la justicia social. Estas zonas se definen como áreas geográficas que por sus características agroecológicas y socioeconómicas requieren regulación, limitación y ordenamiento de la propiedad.

Desde 2003, Colombia contabiliza más de un millón de hectáreas constituidas como Zonas de Reserva Campesina, lo que representa un 0,91% del territorio nacional.

En común, los territorios seleccionados comparten una alta presencia de agricultura familiar y condiciones de pobreza rural.

Los expositores coincidieron en la relevancia de la comunicación y en la necesidad de sistematizar las experiencias y desarrollar metodologías. Para Perry, es indispensable fortalecer las organizaciones de productores y de los sectores pobres y vulnerables, para que puedan participar en igualdad de condiciones. También señaló que “el empoderamiento de los actores territoriales es esencial para la continuidad del proceso”.

Si desea tener acceso a los recursos generados en este foro, puede visitar el portal del Sistema de Gestión Estratégica para el Desarrollo Territorial y la Agricultura Familiar (SiGET).

Más información: mario.samper@iica.int