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IICA: Crisis europea afectaría más a importadores netos de alimentos en las Américas

San José, Costa Rica, 4 de noviembre, 2011 (IICA). El alto endeudamiento y las dificultades de pago que se ciernen sobre varios países de Europa, y el bajo crecimiento económico de Estados Unidos, podrían desembocar en una recesión que repercutiría en Latinoamérica y el Caribe, sobre todo en las naciones exportadoras netas de alimentos en el corto plazo, aunque en el mediano y largo plazo sus efectos serán mayores para las importadoras netas de alimentos.

Así lo indica una nota técnica distribuida por el Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Víctor M. Villalobos, a las principales autoridades agrícolas del hemisferio.

Establece el informe: “La región no es uniforme en términos de su capacidad de respuesta ante una crisis, dado que algunos países son más vulnerables que otros por su condición de alta dependencia de la importación de alimentos y de energía, bajas reservas monetarias y altos niveles de endeudamiento y déficit fiscal”.

Algunos países de las Américas son más vulnerables que otros dentro de la misma región por su alta dependencia de las importaciones de alimentos, entre otros factores.

De acuerdo con el documento, en los últimos dos años los países de América Latina y el Caribe han tenido una fuerte recuperación tras la crisis del 2008, gracias a los flujos de capital, precios récord de las exportaciones de productos básicos, sólidas políticas y una alta expansión del crédito interno, que le depararon un crecimiento de la economía del 6% en el 2010 y que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima de 4,5% para el 2011.

Pero añade: “Es de esperar que ante la desaceleración de la economía mundial y probable recesión, a la región le será difícil mantener el crecimiento económico e incluso, es posible que caiga por debajo del 4%”.

Son cinco los posibles canales de transmisión por los que el alto endeudamiento de algunas naciones europeas y la débil expansión de la economía estadounidense pueden impactar a varios estados miembros del IICA:

• Descenso en las importaciones de los países desarrollados 
• Bajas tasas de interés que desincentivan la producción, lo que presiona los precios de los bienes agrícolas al alza 
• Cambios al alza y a la baja en el tipo de cambio del dólar, que provocan oscilaciones en los precios internacionales y llegada de capitales especulativos 
• Precios del petróleo y su efecto sobre otras materias primas 
• Escenario global de alto riesgo e incertidumbre.

La situación europea y de EE. UU. también plantea desafíos y oportunidades a la agricultura de América Latina y el Caribe, manifiesta el IICA, que deben ser respondidos con políticas efectivas a integrales. Estos retos son:

• Evitar distorsiones comerciales, pues pueden aumentar los precios domésticos y afectar la seguridad alimentaria y nutricional de los países 
• Controlar los rebotes inflacionarios por el aumento de los precios internacionales de los alimentos 
• Dinamizar los mercados domésticos como alternativa al posible descenso en las exportaciones hacia Europa y EE. UU. 
• Atacar las imperfecciones del mercado que impiden que la caída en los precios internacionales del petróleo se transmita a otros productos e insumos 
• Responder en forma oportuna a caídas en la demanda agrícola de otras naciones, como China, y promover el comercio intrarregional 
• Incentivar la producción doméstica de alimentos, en especial en países importadores netos y con posición macroeconómica vulnerable.

“Es tiempo de aprovechar las fortalezas de la región diseñando políticas orientadas a bajar costos de transacción, usar más sostenible y eficientemente los recursos naturales, mejorar la infraestructura e invertir en capital humano y en innovación, que son apuestas de largo aliento”, dijo Villalobos, con el fin de que la agricultura contribuya a la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza en el hemisferio.

Más información: 
rafael.trejos@iica.int