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Jóvenes rurales de las Américas y África hicieron escuchar su voz por una agricultura más sostenible y con oportunidades de desarrollo para las comunidades

El debate fue dividido en tres módulos: cambio climático y su impacto en las juventudes rurales; las juventudes como agentes de cambio y cómo promover el talento de los jóvenes a través de la capacitación.
El debate fue dividido en tres módulos: cambio climático y su impacto en las juventudes rurales; las juventudes como agentes de cambio y cómo promover el talento de los jóvenes a través de la capacitación.

San José, 9 de diciembre de 2021 (IICA). Jóvenes rurales de las Américas y África protagonizaron un espacio de debate e intercambio de conocimientos y experiencias en el que hicieron un llamado a la creación de oportunidades para el desarrollo colectivo e individual que generen arraigo en el campo.

En la actividad participaron jóvenes agricultores de los dos continentes junto a miembros de organizaciones de la sociedad civil, que hicieron escuchar sus voces y contaron su tarea cotidiana, en busca de una producción de alimentos que favorezca el bienestar de sus comunidades y sea más sostenible en lo económico, lo social y lo ambiental.

El Foro Internacional de Jóvenes Rurales fue organizado por la Red Global de Jóvenes de Agricultura Climáticamente Inteligente (GCSAYN) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con el apoyo del Programa Semear Internacional. Por parte del IICA, los realizadores fueron Rodolfo Daldegan, especialista en agronegocios, y Gabriel Delgado, Representante en Brasil.

El encuentro fue convocado bajo los principios de género, inclusión e interculturalidad y tuvo activa participación de jóvenes de entre 18 y 35 años de las Américas y África.

“En un contexto de cambio climático que nos impone la necesidad de construir una agricultura más sostenible es de gran importancia realizar estos encuentros, tanto para nosotros como las generaciones futuras. Podemos transformar las prácticas agrícolas en África y en América Latina”, dijo Ntiokam Divine, fundador y director de la Red Global de Jóvenes por una Agricultura Climáticamente Inteligente (CSAYN, por sus siglas en inglés).

La CSAYN tiene sede en Camerún y reúne a voluntarios basados en África, Asia, Estados Unidos y Europa que buscan crear conciencia entre jóvenes y grupos vulnerables acerca de la importancia de una agricultura que sea parte de la solución en el combate al cambio climático.

Por su lado, Fabiana Viterbo. Coordinadora del Programa Semear Internacional, llamó a empoderar a la juventud a través de la generación de conocimientos. “Es fundamental- dijo- potenciar el trabajo de los jóvenes, que tienen mucho para compartir y para contribuir al desarrollo de las comunidades en cada una de las zonas rurales”, afirmó.

Semear Internacional es un programa de generación de conocimiento en zonas semiáridas del Nordeste de Brasil, que se propone facilitar el acceso a buenas prácticas por parte de la población rural, mejorar sus condiciones de vida y promover el desarrollo sostenible y equitativo de la región.

La cuestión de género y juventud es uno de los ejes transversales presentes en todos los programas hemisféricos que lleva adelante el IICA, en su tarea de promoción del desarrollo agrícola y el bienestar rurales en las Américas.

“Las juventudes importan mucho para el IICA, para los países, y para la construcción de la agricultura y la ruralidad. Buscamos poner a los jóvenes al frente de las políticas y las acciones. Para nosotros los jóvenes no son sólo el futuro, sino también el presente”, afirmó Federico Villarreal, Director de Cooperación Técnica del Instituto.

“En las Américas y en África hay muchas y muy importantes cuestiones en común”, agregó Villarreal, quien explicó que el intercambio entre jóvenes de distintos países tiene como objetivo estimular el aprendizaje y promover el diálogo sobre las temáticas que interesan a las nuevas generaciones, ponerlas al frente de los debates y generar los espacios para promover su desarrollo en la ruralidad.

El debate fue dividido en tres módulos: cambio climático y su impacto en las juventudes rurales; las juventudes como agentes de cambio y cómo promover el talento de los jóvenes a través de la capacitación.

María Isabel Quintero-Ramírez, abogada especializada en temas ambientales e investigadora de la vida de las comunidades campesinas de Colombia, contó que el fin del largo conflicto armado en su país se desarrolló en las zonas rurales y produjo un gran desplazamiento hacia las zonas urbanas.

“Hoy todavía los jóvenes no ven oportunidades en el campo y eso contribuye a la migración. A eso hay que sumarle los desafíos ambientales y el cambio climático, que convierten en particularmente vulnerable a la población rural. Es urgente un cambio de paradigma en las políticas públicas, de manera que haya asistencia técnica y financiera y se cree una red entre el consumidor y productor, para eliminar la barrera de desigualdad entre lo rural y lo urbano”, afirmó Quintero-Ramírez, quien trabaja en el Programa de Cambio Climático y Gestión de Recursos Naturales del IICA.

Por su lado, Juliet Ejezie, de la CSAYN, afirmó que los jóvenes son los grandes impulsores de la innovación en las zonas rurales.

“Nos preguntamos cómo podemos lograr mejores prácticas para dar mejores perspectivas a las futuras generaciones. Tenemos que mejorar el bienestar de los animales y resguardar más adecuadamente los ecosistemas, porque sabemos que las actividades humanas causan daño al ambiente”, sostuvo Ejezie.

La joven Josilma Bertino, productora agroecológica y estudiante de ciencias biológicas del estado brasileño de Pernambuco, contó sus experiencias para lidiar con la escasez de agua propia de la zona. “Trabajamos –relató- en la producción de alimentos y también buscamos contribuir con el ecosistema. Queremos realizar una transformadora y la mejor manera es a través de la transmisión de conocimientos”.

“Para que los jóvenes se queden en las zonas rurales y se dediquen a la agricultura es imprescindible que existan políticas que los motiven a hacerlo”, aportó Kwe Julliete Ngwankfu, estudiante de ingeniería agronómica en Camerún y miembro de una organización de juventudes rurales.

Finalmente, Clécio Cleiton da Silva Morais, joven ambientalista del Nordeste brasileño, expresó su convencimiento de que es decisivo promover el asociativismo y el trabajo colectivo entre las nuevas generaciones. “Sólo con ellos –dijo- conseguiremos que los proyectos salgan del papel y se hagan realidad, de manera que los jóvenes puedan destacarse en la agricultura y aporten al cuidado de nuestros recursos naturales”.

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