Se unen esfuerzos para institucionalizar la agricultura familiar como necesidad de Estado
Tegucigalpa, 10 de septiembre de 2015, IICA. Instituciones del sector público, a través de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, SAG, la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social, SEDIS y el Instituto Nacional Agrario, INA, juntan esfuerzos con organizaciones de agricultura familiar como Plataforma Agraria, ACAN, FECORAH, UMCAH, CHMC, y reciben el apoyo de la Academia (UNA y EAP), de ONGs (FUNDER, OXFAM, IDE, ASONOG), de los colegios de ingenieros agrónomos (CINAH, COLPROCAH), de organizaciones de investigación agrícola (FHIA) y de la cooperación internacional (IICA, FAO, CATIE) para incorporar la problemática de la agricultura familiar en la agenda pública, a través de la realización de un Foro “Agricultura Familiar y Políticas Públicas Diferenciadas”, realizado el 9 de septiembre.
El Foro sirvió como plataforma para que la SAG presentara y oficializara el concepto de Agricultura Familiar para Honduras, consensuado en el marco del Comité de Agricultura Familiar, el cual quedo establecido como:
Gustavo Cárdenas Bejarano, Representante del IICA, expresó que el Instituto a través de su Proyecto ”Productividad y sustentabilidad de la agricultura familiar para la seguridad alimentaria y economía rural” busca contribuir y dar a conocer la situación actual de la agricultura familiar: sus políticas e institucionalidades, movilizar la voluntad política y apuntar a alternativas de soluciones que puedan formar parte de una propuesta para formular o perfeccionar políticas públicas diferenciadas y sus instrumentos. Recalcó que la formulación de estas políticas “no debe construirse de manera tradicional, de arriba hacia abajo, sino que debe salir de las iniciativas que tienen los productores, de su interpretación y debe institucionalizarse a través de leyes, programas y políticas públicas, e incluidas en los POA estratégicos a nivel de gobierno central, municipal y sectorial con asignación de presupuesto”.
Por su parte el Especialista de AF del IICA, Breno Tiburcio, presentó la experiencia de Brasil haciendo énfasis que hay que empezar cambiando de paradigma y acabar con la visión “perdedora” de la AF, tradicionalmente asociada a pequeña producción, subsistencia, pobreza y demostrar que la AF es “ganadora” y mucho más que la producción interna de alimentos. Se ha reconocido su aporte en la adaptación al cambio climático y la promoción del manejo sostenible de los recursos naturales, en la valoración de las identidades culturales a través de la transmisión intergeneracional de prácticas productivas y en la importancia de las mujeres y jóvenes en la sostenibilidad del mundo rural.
La diversidad y heterogeneidad que caracteriza la Agricultura Familiar en Honduras, hace que los retos que enfrenta sean múltiples, desde mejorar su acceso a tierras agrícolas, a insumos y tecnologías que generen mayores rendimientos, asistencia técnica, acceso al riego, acceso al crédito y a mercados para aquellos que tienen excedentes de producción.
Otro de los conferencistas en el evento fue el Sr. Carlos Pomareda quien destacó que entre los desafíos que el país debe enfrentar en materia de Agricultura Familiar sobresalen: continuar haciendo énfasis en el crecimiento económico pero sin descuidar la visión de desarrollo; fortalecer las organizaciones de productores, cajas rurales, alianzas en las cadenas productivas y gobiernos locales y; lograr pasar de enunciados y buenas intenciones a acciones efectivas y concretas.
Por la tarde el evento tuvo un segundo bloque en donde se formaron grupos de trabajo, con el propósito de priorizar temas estratégicos para avanzar en la formulación de una agenda pública y estrategia nacional de agricultura familiar con base en el dialogo realizado y de acuerdo a las recomendaciones. Algunos de los hallazgos en la discusión muestran algunos vacíos en las políticas públicas vigentes y la necesidad de una mayor articulación interinstitucional.
Los participantes reconocieron que la problemática de la Agricultura Familiar es amplia y variada, sin embargo, sus contribuciones a la economía y a la sociedad en general son importantes y deben visibilizarse.
Se concluyó que la agricultura familiar es un asunto estratégico para la sociedad y la economía nacional por su potencial para generar correlaciones positivas entre las dimensiones económicas, sociales, ambientales y políticas y para generar cambios se debe empezar por asignar recursos y articular esfuerzos entre todos los actores institucionales.
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