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El Premio Mundial de Alimentación 2020 llama a un manejo sostenible del suelo para potenciar la productividad agrícola

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Rattan Lal, ganador del Premio Mundial de la Alimentación 2020 y el Director General del IICA, Manuel Otero.
Rattan Lal, ganador del Premio Mundial de la Alimentación 2020, y el Director General del IICA, Manuel Otero.

San José, 7 de julio, 2020 (IICA). Rattan Lal, ganador del Premio Mundial de la Alimentación 2020, instó a promover una agricultura cada vez más eficiente que sea capaz de producir más con menos y en armonía con el ambiente, lo que hace imprescindible preservar la salud de los suelos.

Lal, considerado una de las mentes científicas más influyentes del mundo, mantuvo una conversación virtual con el Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero, como parte de una serie de encuentros de alto nivel impulsados por el Instituto para analizar el impacto del Covid-19 en temas de seguridad alimentaria.

En el diálogo, que se centró en la gestión de los suelos y el desarrollo sostenible, el distinguido profesor universitario de Ciencias del Suelo y director del Centro de Gestión del Carbón y Captación de la Universidad del Estado de Ohio, explicó que este recurso natural está relacionado y es crucial para avanzar en el cumplimiento de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), relacionados con el fin de la pobreza, del hambre, salud y bienestar, agua limpia y saneamiento, acción por el clima y vida de ecosistemas terrestres. 

“La salud del suelo está muy ligada con la salud humana y el bienestar humano. Esta relación nos dice que los ODS y la salud de los suelos, la materia orgánica, los suelos, todos están conectados. La salud de los suelos y la salud humana se afectan a través de la nutrición y la calidad de los alimentos que se producen”, afirmó Rattan, autor de 22 libros y de casi 1. 000 artículos en revistas científicas.

Otero, en tanto, coincidió en que “para el futuro de la humanidad, es importantísimo tener en cuenta la salud de los suelos”, así como transmitir este mensaje a los pequeños agricultores y brindarles la cooperación técnica para fomentar la restructuración de los suelos agrícolas, y el impulso de modelos productivos más pragmáticos y holísticos.

El laureado investigador detalló en la charla que un suelo saludable también tiene que ver con la nutrición de un alimento. En ese sentido enfatizó que América Latina y el Caribe debe enfocarse en solventar problemáticas por la degradación y erosión de sus suelos cultivables.

“La degradación de los suelos de los pequeños agricultores afecta no solo su productividad y los ingresos de su finca, también, la calidad nutricional de los alimentos que producen”, dijo.

“Es un problema en Latinoamérica; la erosión del suelo muestra que el 20 % de suelos están afectados, sobre todo en Centroamérica; desertificación de 17 % Colombia, 28 % en Ecuador, Chile 62 %, y en el noreste brasileño. Y la salinización, sobre todo en las pampas y otras partes de Argentina, Perú y lugares áridos, son problemas serios”, agregó el también Premio Nobel de la Paz en 2007.

Rattan también hizo énfasis en la importancia de la materia orgánica para los suelos, ya que a la hora de producir permitiría reducir el uso de pesticidas y fertilizantes químicos, remarcando el rol de los suelos en la captación de carbono, y señaló la gran tarea que tiene la agricultura en reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, donde la meta para el 2050 es llegar a cero emisiones netas.

“Se debe pensar en una agricultura que integre distintos cultivos con árboles, con ganado, que adopte prácticas que ayuden a que los suelos regulen enfermedades y con un buen sistema integrado de gestión de nutrientes. También hay que obtener más con menor uso de químicos. Al reducir el uso de pesticidas y fertilizantes químicos se mejora la salud del suelo y del contenido orgánico del suelo”, mencionó.

“La agricultura no puede ser un problema, tiene que ser parte de la solución para enfrentar el cambio climático, porque no podemos subsistir sin agricultura. La región tiene mucho potencial para absorción de carbono en la vegetación y como resultados de la reducción de las emisiones de la agricultura. Centro y Suramérica han reducido sus emisiones por unidad de producción, esa es una excelente señal en términos de cultivo más que de ganadería, pero hay que seguir trabajando en eso y ahí el IICA tiene un papel fundamental”, agregó Lal. 

El científico, cuyo trabajo se ha centrado en el potencial de los suelos para ayudar a resolver problemas globales como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la calidad del agua, concluyó ponderando que es importante promover la agricultura sostenible, apoyar a los agricultores para tratar de llevar la ciencia a la acción, y demostrar que no se pueden desconectar la salud y el bienestar humano de la salud de los suelos y de la naturaleza, porque van de la mano.

“Hay que apoyar a los agricultores para que puedan cuidar de la tierra, empoderarlos, empoderar a los agricultores y muchas son mujeres, muchas son mujeres agricultoras”, concluyó.

 

Más información:

Gerencia de Comunicación Institucional del IICA.

comunicacion.institucional@iica.int