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“Países ven al IICA como aliado estratégico en bioseguridad”

Pedro Rocha es el coordinador del Área de Biotecnología y Bioseguridad del IICA.

San José, Costa Rica, junio de 2013 (IICA). El interés por desarrollar marcos nacionales de bioseguridad que regulen el uso de la biotecnología aumenta en América Latina y el Caribe, por lo que el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) incrementa sus esfuerzos para entregar información basada en ciencia a los países, de modo que contribuya a la toma de decisiones bien fundamentadas.

De acuerdo con el coordinador del Área de Biotecnología y Bioseguridad del IICA, Pedro Rocha, los países del hemisferio han comprendido que la bioseguridad es necesaria, por ejemplo, para minimizar riesgos en la salud pública o preservar la biodiversidad, independientemente de su posición sobre una de las técnicas biotecnológicas más debatidas en la actualidad, como la transgénesis.

El especialista aporta explicaciones y delimita la posición del IICA sobre la biotecnología:

1. ¿Qué es la biotecnología agrícola? ¿Cuál es su utilidad ante los retos de la agricultura?

El IICA coincide con la definición de la Convención de Diversidad Biológica, que en 1992 definió la biotecnología como toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos, organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos. A partir de esto, uno podría decir que la biotecnología agrícola hace referencia a las herramientas biotecnológicas que tienen aplicación para el desarrollo de la agricultura.

Se ha considerado que la biotecnología es una caja de herramientas indispensables para poder desarrollar la agricultura ante los problemas actuales de cambio climático y ante las demandas crecientes en cantidad y calidad de alimentos por parte de una población que aumenta. Además, se le concibe como una posibilidad de generar nuevos negocios para el sector agrícola.

2. ¿Qué es la bioseguridad y por qué es necesaria?

Surge de una modalidad particular de la biotecnología, que es el de la liberación de los organismos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos. El concepto de bioseguridad que manejamos hace referencia a medidas políticas que contemplan el riesgo de liberar OGM en el ambiente, a procedimientos que se ocupan de preservar la integridad biológica y de minimizar los potenciales efectos negativos que la biotecnología pudiera tener sobre el ambiente o la salud humana o animal.

¿Por qué es importante? Porque de alguna manera se constituye en un garante de las aplicaciones seguras de la biotecnología. Queda claro el concepto de biotecnología cuando uno habla desde el punto de vista teórico, pero cuando empieza a hablar de la aplicación y la utilidad práctica de la biotecnología, de manera indispensable hay que considerar a la bioseguridad como la serie de medidas y lineamientos que permiten el uso seguro de estas innovaciones.

3. ¿Cómo han reaccionado los países de las Américas al trabajo que hace el IICA de promover el desarrollo de marcos de bioseguridad?

Hemos tenido una recepción total y el beneplácito de los 34 países miembros del Instituto, independientemente de su posición sobre la biotecnología o sobre los transgénicos en particular. Ha sido una experiencia muy motivadora saber que están interesados en hacerle frente al tema.

Los países, independientemente de su posición, consideran que la biotecnología –con esta visión amplia que tiene el IICA– es un área estratégica para su desarrollo agropecuario y que los marcos de bioseguridad son importantes para atender los requerimientos asociados con los OGM.

Aunque la vasta mayoría de países del hemisferio han firmado el Protocolo de Cartagena, no todos lo han ratificado, pero están interesados en que les apoyemos en su implementación. Ven en el IICA un aliado estratégico que puede acompañarles técnicamente en lo que consideren necesario hacer.

4. ¿Cuál es la posición del IICA frente a la biotecnología agrícola?

Nos basamos en cuatro pilares:

I. La biotecnología es mucho más que transgénesis, es una caja de herramientas en donde hay técnicas muy poderosas, como cultivo de tejidos, marcadores moleculares, genómica y otras.

II. El IICA no está a favor ni en contra de una técnica particular. El IICA entrega a sus países miembros la información que generan los centros de investigación, información científicamente validada que nosotros de alguna manera ayudamos a hacer más entendible y a llevarla al público relacionado con el sector agrícola, a los que hacen las políticas y a quienes toman decisiones sobre agricultura, para que esas decisiones se basen en ciencia.

III. Aunque el IICA no toma posición sobre la transgénesis, sí tenemos algo que decir sobre ella: no importa si la posición de los países es de aceptación o rechazo de los OGM o de la transgénesis como tal, lo importante es que implementen sus marcos regulatorios de bioseguridad. Nosotros consideramos a la bioseguridad como una manera de fortalecer la institucionalidad de los países y su toma de decisiones, así como una expresión de su soberanía.

IV. El IICA considera a la biotecnología como complemento y fundamento de todas las formas de agricultura que se conocen.

Con esos cuatro pilares estamos orientando todas nuestras acciones, que recaen en tres grandes grupos: apoyo a la construcción de capacidades técnicas en biotecnología y bioseguridad en los países, apoyo a la institucionalidad y correcta comunicación de la biotecnología.

5. ¿Cómo compagina el IICA sus postulados con las diferentes posiciones sobre biotecnología de sus 34 países miembros?

Basados en nuestro segundo pilar representamos la posición de 34 países. Respetamos la posición de aceptación o rechazo que tomen, pues cada país es soberano en tomar la decisión que quiera.

Hay muchos factores que influyen en una nación para que acoja o rechace los OGM, es bueno que se dé esa discusión y que los países tengan libertad de tomar su decisión. Lo importante es que se tome basada en ciencia y no en supuestos o creencias, o incluso en malas interpretaciones, porque eso sí puede influir en el desarrollo de su agricultura.

6. En Costa Rica el IICA apoya una estrategia de comunicación eficaz de la biotecnología. ¿Cómo es? ¿A cuáles retos se enfrenta?

El proyecto UNEP-GEF, que procura implementar un marco de bioseguridad en Costa Rica, nos pidió generar una estrategia de comunicación y educación de la biotecnología, en la que trabajamos un año y en la que se incorporaron cinco mensajes muy sencillos relacionados con la biotecnología en los programas curriculares de los colegios, desde el primer ciclo hasta el último.

Queremos enviar el mensaje de que la biotecnología es una caja de herramientas a la que todos tenemos acceso si sabemos que existe y la sabemos utilizar. El otro mensaje importante es que la biotecnología debe aplicarse con responsabilidad y el garante de esa responsabilidad son las medidas de bioseguridad que adopte cada país.

Un tercer mensaje es que la biotecnología es una oportunidad de tener negocios rentables, negocios en los que no importa si usted es pequeño, mediano o gran agricultor, ahí puede encontrar un nicho de mercado y posibilidades.

En este momento la estrategia está siendo validada por el Ministerio de Educación Pública, esperamos que en un futuro no muy lejano se puedan conseguir recursos para su utilización y se puedan tener resultados de manera rápida.

7. ¿Estos retos en Costa Rica son los mismos para el resto de América Latina y el Caribe?

El principal reto que encontramos para la implementación de este tipo de estrategias y la presentación de este tipo de ideas es la desinformación que existe en los países. Si usted entra a Internet y busca OGM o transgénicos, y busca figuras, de seguro empezará a encontrar manzanas con dientes, papas con colmillos o deformaciones terribles, la verdad nada de eso existe. Lo más traumático es que ese mensaje causa un impacto muy grande y al final nocivo entre, por ejemplo, los niños, quienes van a ser los usuarios de la biotecnología más adelante y van a poder solucionar algunos problemas de la agricultura con esas herramientas.

Otra barrera es ese mensaje errado de que la biotecnología son solo transgénicos. Por ejemplo, la agricultura orgánica está utilizando biotecnología desde hace mucho tiempo, es más, si uno considera el número de herramientas biotecnológicas que se utilizan, puede ser más biotecnológico un pequeño agricultor que una gran compañía multinacional.

Hay que hablar de sesgo en ambos lados, tanto de los que están en contra como de los que están a favor. Los que están en contra están diciendo que los OGM son lo peor y causan todos los problemas, cosa que no es cierta, pero también hay otros grupos que llegan a vender la idea que de esos organismos son la solución a todos los problemas y las dos posiciones son falsas. Hay que encontrar un punto intermedio porque efectivamente esos cultivos transgénicos u OGM se constituyen en una solución tecnológica a algunos de los problemas, pero no a todos.

Más información: 
pedro.rocha@iica.int