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Caribe urge esfuerzo interagencial ante emergencia por sigatoka negra

La industrai bananera es una de las principales fuentes de ingreso del Caribe.

Trinidad y Tobago, 10 de agosto, 2012 (IICA). El Caribe enfrenta una situación de emergencia ante la expansión de la enfermedad de la sigatoka negra, que podría afectar la estabilidad económica de los países de la región. Por ello, se ha solicitado el apoyo del IICA, la FAO y CARDI para hacer frente a la situación de forma inmediata.

La sigatoka negra es una enfermedad que ataca las hojas de los cultivos de banano y plátano, afectando su fotosíntesis y reduciendo los rendimientos. Aunque ya se ha presentado en otras partes del mundo, como Centro y Suramérica, su llegada al Caribe y su rápida expansión tomó por sorpresa a la industria, explicó Humberto Gómez, especialista en innovación tecnológica en la Región Caribe, con sede en Trinidad y Tobago, del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

De allí que países como Dominica, Granada, Guyana, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas hayan solicitado la asistencia urgente del IICA, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto Caribeño de Investigación y Desarrollo Agrícola (CARDI).

Una de las primeras acciones del Instituto es buscar la respuesta conjunta a la emergencia. Mediante un seminario virtual, el 16 de agosto, se procurará informar sobre la enfermedad y sus alcances, así como la forma en que se puede controlar. Se contará con el apoyo del profesor de la Universidad EARTH, Luis Ernesto Pocasangre, y del especialista de IICA, Kervin Stephenson.

“No existen soluciones mágicas como el simple uso de fungicidas. La sigatoka negra es agresiva y tiene una alta capacidad de mutación, por lo que logra volverse resistente a los fungicidas cuando estos se aplican mal. Se requiere una solución integral en las fincas, en los países y en la región, que implica la coordinación de todos los afectados”, señaló Gómez.

En el seminario se explicará a productores, extensionistas, encargados técnicos de los Ministerios de Agricultura y otros tomadores de decisiones la importancia de realizar un manejo integral de los bananales. Además, se discutirán las vulnerabilidades regionales que dificultan el control de la sigatoka.

Otro aspecto que se abarcará en el seminario será la necesidad de trabajar en conjunto. Dado que la enfermedad es agresiva y tiene gran capacidad de mutación, la falta de atención en una zona pueden afectar a otras; además el esfuerzo coordinado contribuiría a bajar los costos del control.

“Hay un ambiente pesimista en la región, como si la industria ya no tuviera futuro. Por eso, en el seminario queremos recalcar que aún se está a tiempo de tomar acciones y que este desafío puede ser una oportunidad para controlar la enfermedad y al mismo tiempo elevar los rendimientos y la calidad”, sostuvo Gómez.

Por otro lado, un consultor de FAO visitará a los países del Caribe más vulnerables a la sigatoka, con el propósito de determinar el estado de la emergencia y proponer acciones conjuntas para controlar o revertir los daños.

Este informe permitirá que el IICA, la FAO y CARDI formulen una propuesta de cooperación técnica para combatir la enfermedad.

Múltiples consecuencias

La sigatoka negra llegó en un momento inoportuno para la industria, indicó Gómez. La baja rentabilidad de la producción de banano podría haber afectado indirectamente el buen manejo de las plantaciones, lo que habría contribuido a la expansión de la enfermedad.

El panorama se complica cuando se considera que la industria bananera genera divisas y es el bastión económico de muchas poblaciones rurales en el Caribe. De acuerdo con el especialista del IICA, cualquier impacto negativo no sólo afectaría a la industria, sino que tendría repercusiones en las fuentes de empleo, la economía y la seguridad alimentaria caribeña.

El banano forma parte de la dieta de la población del Caribe. La imposibilidad de satisfacer las necesidades locales y el encarecimiento mundial de carbohidratos importantes, como los cereales, pondrían en riesgo la seguridad alimentaria de la región.

“Nos preocupan las consecuencias socioeconómicas de esta emergencia, que sobrepasan al sector agrícola. Pero estamos a tiempo de tomar acciones, la coordinación intrarregional y la anuencia de los productores de mejorar el manejo de los bananales son claves en el proceso”, sentenció Gómez.

Más información: 
humberto.gomez@iica.int