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Director General del IICA tiende más puentes de diálogo con productores de África, que piden más tecnologías y crédito para construir agricultura regenerativa y resiliente

Primera
En el debate, agricultores de Costa de Marfil, Lesoto, Mali, Nigeria, Kenia, Ruanda, Sudáfrica, Uganda y Zambia debatieron con responsables políticos internacionales y otros socios sobre la importancia de políticas que permitan a los pequeños agricultores aplicar prácticas agrícolas regenerativas de forma más amplia y mejorar la seguridad alimentaria en África.

 

Roma, 9 de octubre de 2024 (Bayer/IICA) – Pequeños agricultores de África se benefician de la agricultura regenerativa a través de un conjunto diverso de prácticas, pero necesitan un mejor acceso a la tecnología y al financiamiento.

Este fue el resultado clave de la segunda Mesa Redonda de Agricultores Africanos, coorganizada en Roma por la Academia Pontificia para la Vida, Bayer, la Red Global de Agricultores, la Organización Mundial de Agricultores, la Fundación Africana de Tecnología Agrícola (AATF) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

En el diálogo, el Director General del IICA, Manuel Otero, destacó las enormes contribuciones que las exitosas experiencias de América Latina y el Caribe pueden hacer para que África incremente su productividad, recupere suelos degradados y genere empleos e ingresos para productores, fortaleciendo la seguridad alimentaria continental y global, en un marco de sostenibilidad.

“El futuro pertenece a África, América Latina y el Caribe, que son espacios que tienen que ayudarse mutuamente y con mucho camino por recorrer en desarrollo e innovación agrícola. Nuestra región, América Latina y el Caribe, es garante de la seguridad alimentaria mundial y tiene gran responsabilidad porque ahí están casi todos los recursos naturales o buena parte de los que la humanidad debe conservar para trazar una idea de nuevos modelos de desarrollo sostenible, por lo que tiene mucho que aportar a África, donde el IICA ya tiene varios convenios de colaboración y quiere crear más”, dijo Otero.

Stefano Marras, director de alianzas globales de Bayer en Roma, destacó la importancia de la convergencia de productores, la investigación, la cooperación técnica internacional, el sector privado y la propia Academia Pontificia en torno a una agenda que tiene como centro al sector agropecuario y la agricultura familiar de un continente llamado a ser vital para la seguridad alimentaria global.

En el debate, agricultores de Costa de Marfil, Lesoto, Mali, Nigeria, Kenia, Ruanda, Sudáfrica, Uganda y Zambia debatieron con responsables políticos internacionales y otros socios sobre la importancia de políticas que permitan a los pequeños agricultores aplicar prácticas agrícolas regenerativas de forma más amplia y mejorar la seguridad alimentaria en África.

En ese sentido hicieron un llamamiento a los gobiernos para que desarrollen políticas que promuevan un enfoque de las soluciones agrícolas orientada a los resultados, tecnológicamente neutro y basado en evidencia.

Unir esto a la mejora de la formación de los agricultores y el apoyo a las prácticas agrícolas regenerativas podría ser un gran paso hacia una mayor productividad, al tiempo que se beneficia al medio ambiente. Esto puede lograrse mediante un conjunto diverso de prácticas y tecnologías que combinen herramientas modernas y tradicionales, todas ellas adaptadas a las necesidades específicas de los agricultores. Y lo que es más importante, los agricultores afirman que no existe una solución única para este empeño.

“La inmensa mayoría de los alimentos de África los producen pequeños agricultores. Es importante escucharlos y conocer los grandes retos a los que se enfrentan a la luz del cambio climático”, declaró Debra Mallowah, responsable de la región de África de la División de Ciencia de Cultivos de Bayer.

“Hoy hemos escuchado cómo muchos agricultores están contribuyendo al desarrollo socioeconómico y medioambiental de la región subsahariana. El sector privado, junto con los gobiernos y los responsables políticos, las organizaciones internacionales, las instituciones de investigación y la sociedad civil deben desarrollar infraestructuras, crear capacidad, llevar a cabo investigaciones e invertir en innovaciones para crear un entorno propicio para que esos agricultores prosperen y, en última instancia, nos beneficien a todos.»

Elisha Lewanika, agricultor zambiano, subrayó la importancia de la agricultura regenerativa y la necesidad de técnicas agrícolas adecuadas para mejorar la salud del suelo y el rendimiento de los cultivos.

Para Matente Kethisa, de Lesoto, la salud y la conservación del suelo son fundamentales para afrontar los retos del cambio climático: «En mi comunidad de Nikito, el suelo es la base de la agricultura. Nos centramos en preservar y mejorar su calidad mediante la rotación de cultivos, el acolchado, la agricultura sin labranza y la gestión de nutrientes”.

 

Segunda
En el diálogo, el Director General del IICA, Manuel Otero, destacó las enormes contribuciones que las exitosas experiencias de América Latina y el Caribe pueden hacer para que África incremente su productividad, recupere suelos degradados y genere empleos e ingresos para productores.

Amadou Sidibe, de Malí, destacó las ventajas de la tecnología de invernaderos para mitigar los efectos del cambio climático: “Mientras las lluvias torrenciales y las inundaciones afectaban a muchas partes de África Occidental, nuestros invernaderos no se veían afectados. Durante los periodos secos, mis invernaderos utilizan el 90% del agua disponible de forma muy eficiente, lo que los convierte en una poderosa herramienta para gestionar la agricultura en tiempos de un clima cada vez más impredecible”.

A pesar de los beneficios demostrados de los diversos enfoques, los agricultores destacaron las barreras a las que se enfrentan para acceder a las herramientas que necesitan para aprovechar plenamente el potencial de la agricultura regenerativa.

La escasa inversión pública y privada en innovación y desarrollo, los elevados costos iniciales de las tecnologías más modernas, el acceso limitado a seguros y políticas de crédito y la falta de infraestructuras impiden a muchos pequeños agricultores contribuir a la transición de la agricultura hacia una mayor productividad con un impacto reducido en el medio ambiente.

Para promover la agricultura regenerativa, los agricultores africanos instaron a los gobiernos a revisar las políticas, permitiendo el acceso a diversas tecnologías adaptadas a las necesidades de los agricultores.

Las instituciones financieras deberían ofrecer préstamos a bajo interés, subvenciones y seguros, especialmente para los pequeños agricultores, fomentando la inversión en tecnologías modernas y prácticas sostenibles.

Según los agricultores, sigue siendo esencial ampliar la educación y la formación a través de granjas de demostración, plataformas digitales y servicios de extensión.

La agricultura sustenta a más del 50% de la población africana y contribuye en un 35% a su PIB, llegando hasta el 60% en algunos países. A pesar de ello, África se enfrenta a un aumento de las importaciones de alimentos y a una persistente inseguridad alimentaria debido a la baja productividad, el escaso valor añadido por trabajador y la agricultura de subsistencia por debajo de escalas eficientes, con un tamaño medio de las explotaciones de 1,3 hectáreas. A pesar de tener el 65% de la tierra cultivable que queda en el mundo, sólo se utiliza el 10%.

Para Bayer, la agricultura regenerativa es un modelo de producción basado en resultados que tiene como núcleo la mejora de la salud del suelo y el fortalecimiento de la resiliencia como objetivo clave.

Otros objetivos principales son la mitigación del cambio climático, el mantenimiento o la restauración de la biodiversidad, la conservación del agua, así como el aumento del rendimiento y la mejora del bienestar económico y social de los agricultores y sus comunidades.

 

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