En pabellón del IICA en Dubái, el Consorcio Amazonia Legal llama a toda América Latina a cooperar con la COP30, que tendrá como sede la amazónica ciudad de Belém
Dubái, Emiratos Árabes Unidos, 8 de diciembre de 2023 (IICA) – La COP30, que se realizará en el 2025 en la ciudad brasileña de Belém, debe ser la COP de América Latina, ya que abrirá enormes oportunidades de transformación estructural para una región que anhela encontrar el camino del desarrollo sostenible.
Junto a ese enunciado, Marcello Brito, ingeniero en alimentos y director ejecutivo del Consorcio Amazonia Legal, formado por los nueve estados amazónicos brasileños que tiene como misión acelerar el desarrollo sustentable de la Amazonia de forma integrada y cooperativa, llama a todos los países de la región latinoamericana y caribeña a colaborar con un encuentro que, según afirma, si Brasil y sus vecinos actúan con inteligencia estratégica y política, debe imponer una nueva agenda económico-financiera-climática: la agenda de la naturaleza.
Brito habló sobre estos desafíos en el pabellón del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en la COP28, la Casa de la Agricultura Sostenible de las Américas, en la que participó de un evento sobre bioeconomía y economía circular. Allí hizo la invitación a los países de la región para sumarse activamente al proceso que llevará a la concreción de la primera COP en la Amazonia y que debe desencadenar un cambio global en las agendas ambientales.
“La COP30 trae oportunidades a Brasil y a la Amazonia, pero también responsabilidades. En el campo de las responsabilidades, hay una que es de Brasil y que tenemos que hacer con velocidad y agilidad: estancar la deforestación. La primera responsabilidad es que nuestras leyes sean puestas en práctica. ¿Qué significa eso? No puede ocurrir más deforestación ilegal en la Amazonia. Ese proceso ilegal que viene ocurriendo en los últimos años, tenemos que terminarlo. Terminar con eso. Ya existen suficientes áreas degradadas para que hagamos transformación en agricultura, en bioeconomía, en sistemas de integración agropecuarios forestales y varios otros. Esa es una responsabilidad de Brasil”, aseguró.
Sobre el proceso que debe desencadenar la COP amazónica, indicó que “las oportunidades son varias. La primera es para la ciudad de Belém, que tendrá un legado urbanístico, con todos los investimentos que serán hechos para recibir a los invitados del mundo entero. Pero más importante que eso, es recordar que esa no es la COP de Belém. Es la COP de la Amazonia. Y cuando hablamos de la Amazonia, hablamos de todos los países amazónicos. Entonces si tenemos la inteligencia estratégica, política, de en estos próximos dos años afirmar una agenda que llamo agenda de la naturaleza, esa será la agenda económico-financiera-climática de los próximos 10 años que vendrán pos COP30”.
En este sentido, Brito explicó que “en el 2025, por las normas de la ONU, todos los países tendrán que presentar sus nuevas NDCs (NOTA: Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional -NDC, por su sigla en inglés- son los compromisos asumidos por los países que forman parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y que deben llevar a cabo para intensificar sus acciones contra el cambio climático, ya sea para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero GEI- (acciones de mitigación) o para adaptarse a los impactos producidos por ese fenómeno (acciones de adaptación). Las contribuciones de cada país son establecidas en función de sus circunstancias nacionales y sus respectivas capacidades. El conjunto de las NDC presentadas por cada país debería contribuir con el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París de “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C con respecto a los niveles preindustriales”). ¿Y no sería excelente si esas NDCs fuesen basadas en mercados de la naturaleza? O sea, en mercados de la sociobiodiversidad. Esa sería una transformación completa y estructural de América Latina”.
Al detallar ese punto, el representante del organismo brasileño que reúne a los estados de Acre, Amapá, Amazonas, Mato Grosso, Maranhão, Pará, Rondônia, Roraima y Tocantins, expresó que “en la COP28 de Dubái, cuando se recorren los pabellones, se encontrará a la gente hablando de la Amazonia. Probablemente gente que nunca puso el pie en la Amazonia. Entonces diría que no se habla de la Amazonia, sin presencia de amazónicos. Si vamos a hablar de la Amazonia boliviana, que haya bolivianos, de la Amazonia colombiana, que haya colombianos. Y de la brasileña, que haya amazónicos brasileños. El hecho de que llevemos a Belém en 2025 más de 160 jefes de Estado, significa que donde esos jefes de Estado van, el sector económico va junto con ellos. Eso significa que por primera vez en la historia tendremos el poder político y el poder económico del mundo, conociendo en el lugar la Amazonia latinoamericana”.
Por eso, añadió, las oportunidades que se abren para la región latinoamericana son las de los “mercados de la bioeconomía, productos de la bioeconomía, productos de la selva, productos madereros. Cuando hablamos de restauración forestal, hablamos de industria química, de industria farmacéutica, a través de activos de la bioeconomía. Toda América Latina es rica en minerales, ahí se dice … pero eso tiene un problema de sustentabilidad. Sí. Pero no es bloquear la minería, es qué tipo de minería tenemos que hacer. Para hacer la transición climática-energética, no hay cómo hacerla sin minería. Esa es otra oportunidad que se abre, para las baterías, etc. Y por último, una oportunidad enorme de los países que es la producción de hidrógeno, a través de una matriz energética limpia, que es una característica de los países amazónicos y sudamericanos. Hay una serie de oportunidades y podría citar varias otras. Lo que necesitamos es una colaboración precompetitiva entre los países de la región para que esto ocurra”.
Respecto al papel de la cooperación técnica internacional, y específicamente del IICA, Brito concluyó indicando que “si sumamos producción agrícola de todos los países que son cubiertos por el IICA, encontraremos que tendremos una participación muy grande y una responsabilidad muy grande en la alimentación mundial. No sólo para nuestras poblaciones, sino también por volumen de los productos exportados. El IICA es un transformador de ese proceso. Aquí discutimos mucho de agricultura regenerativa, circular, pero alguien precisa llevar eso a los productores y el IICA es quien hace eso”.
El Director General del IICA, Manuel Otero, ha expresado en reiteradas oportunidades, incluso en una visita a Brasilia a inicios de año, el pleno respaldo del organismo hemisférico a la candidatura de la amazónica ciudad brasileña de Belém como sede de la COP30 antes que la ONU confirmara su realización en Brasil.
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