Género y energía: dos aliados para reducir la pobreza en la región andina
Lima, Perú, 20 de agosto, 2015 (IICA).En países en desarrollo, muchas mujeres que viven en comunidades alejadas no cuentan con energía moderna para realizar actividades cotidianas en sus hogares, situación que las ha llevado a disponer la mayor parte de su tiempo, reduciendo sus posibilidades de inserción social y acceso a servicios básicos como educación.
Si se propone mejorar la calidad de vida de pobladores que viven en las áreas rurales y periurbanas de la región andina, resulta crucial acortar las brechas de desigualdad de género y exclusión mejorando las condiciones de salud, educación, bienestar y actividades productivas para todos y todas. Ello se logra a través del acceso de las mujeres a medios modernos de energía para poder empoderarlas y así contribuir a su autonomía económica.
Bajo esta premisa se desarrolló el curso sobre Enfoque Basado en Derechos Humanos, Reducción de Desigualdades y Equidad de Género, los días 10 y 11 de agosto, en Lima, Perú, en el cual participaron los equipos técnicos de los países donde se ejecuta el Programa Alianza en Energía y Ambiente con la Región Andina (AEA).
Las experiencias obtenidas a partir de las iniciativas en energía renovable apoyadas por el Programa AEA en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú fueron la base para analizar las estrategias y acciones más adecuadas a través de la perspectiva del enfoque de género y reducción de desigualdades considerando la participación de mujeres en la toma de decisiones para un mejor acceso y uso de la energía en los países andinos.
Por ejemplo, la iniciativa Articulación energética para poblaciones indígenas de la región amazónica ecuatoriana, apoyada por el Programa AEA y ejecutada por la Fundación Ecuatoriana de Energía Apropiada (Fedeta), ha propuesto una agenda basada en energías renovables que fortalezca la participación de las mujeres indígenas en el Observatorio Energético Morona Santiago, una experiencia pionera que fortalece las participación activa de actores quienes demandan energía sostenible que ayude a conservar su territorio y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
La energía como derecho
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 1.300 millones de personas en el mundo viven sin electricidad, situación por demás alarmante que ha llevado a considerar la energía como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con miras a posicionarla como un derecho y que deberá ser priorizada por los Estados. Según el OBD 7 “Garantizar el acceso a una energía asequible, segura (confiable) sostenible y moderna”, significa que cada vez más hombres y mujeres puedan lograr tener acceso a servicios de energía moderna, incrementando a la vez el porcentaje de la energía consumida procedente de fuentes renovables.
En este contexto, el Programa AEA orientará su agenda de trabajo al 2016 hacia la promoción del acceso y uso de la energía como un derecho humano.
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